viernes, 25 de abril de 2008

ISABEL DORADO AUZ


Signos de la Decadencia

Hace algunas semanas comentaba acerca de la decadencia que está padeciendo esa extraña maraña de intereses que creó y encabezó Eduardo Bours por alrededor de cuatro años en el Estado de Sonora y que con la ayuda de los medios de comunicación hizo ver fuerte lo que desde el inicio fue un Gobierno bastante débil. Digo cuatro años, porque desde hace rato este dizque Gobierno no más no da una y todo indica que acabará mucho peor de cómo empezó.

Curiosamente la radio, otrora el mecanismo más eficaz de control mediático, abrió un espacio de crítica, aún y con la resistencia de varios comunicadores, para que la ciudadanía expresara de manera abierta la inconformidad contenida en los primeros cuatro años de Gobierno. De pronto, en Hermosillo, los comunicadores se vieron presionados por una sociedad cada vez más participativa y los defensores de oficio no tuvieron la capacidad de contrarrestar esa andanada que surgió desde la sociedad criticando las malas acciones de Gobierno.

Como en todo proceso de descomposición, es muy común que la liebre salte por donde menos te lo esperas. Fue en el municipio de Etchojoa, donde una demanda muy justa de Rezonificación, generada a mediados del 2006, puso en jaque la viabilidad de esta especie de dictadura que ha querido ejercer el mandatario en turno. Se paralizaron más de 150 escuelas de educación primaria con el apoyo de un gran contingente de padres de familia y el gobernador tuvo "la brillante idea" de reprimir con la Judicial del Estado al movimiento, lo cual provocó una huelga de hambre que culminó con una especie de acuerdo que finalmente el gobernador incumplió. Resultado, la exigencia permanece y la solución a la demanda magisterial nomás no llega.

En Mayo de 2007, se experimenta en Sonora lo que la derecha a nivel nacional ha implementado como "Justicia Laboral", esto es, declarar inexistentes, bajo cualquier pretexto, los movimientos de huelga. La primer víctima fue la dirigencia sindical de la Universidad Tecnológica de Hermosillo, después se presentó el mismo problema con los obreros de Cananea y más recientemente tocó el turno a la Universidad de Sonora. Por supuesto, todos estos conflictos siguen sin resolverse y no se ven signos de solución por ningún lado. Esto es, la negociación como método eficaz de conciliación ha estado totalmente ausente y se quiere, mediante el uso de la fuerza pública, doblegar la insurgencia generada.

Como se puede apreciar, los problemas del gobernador empresario tienen que ver con demandas laborales. Un empresario que difícilmente podrá entender las demandas justas de los trabajadores porque siempre le ha tocado estar del lado contrario.

Pero lo que nadie entiende, como es que un conflicto de carácter ecológico se le fue de las manos a Eduardo Bours. Una defensa justa de un pulmón de la ciudad llevó a este gobierno a reprimir, como a ningún otro conflicto social, a ese grupo de ciudadanos que buscaban defender la salud de los hermosillenses. La vejación a los derechos humanos de los manifestantes, el uso cruel del brazo de la justicia para fabricarles delitos y tenerlos declarados formalmente presos, ha propiciado que un conflicto de carácter local haya tenido una repercusión nacional e internacional. Por supuesto, el señor no entiende razones, pero tampoco encuentra la forma de contrarrestar esa opinión pública más liberada y que a través de la radio tiene en jaque a toda la estructura de Gobierno.

No sé si desde este momento Eduardo Bours ya tiró la toalla, o si podrá o tendrá la voluntad de recapacitar y tratar de enderezar el barco. En lo personal, lo que más deseo es verle el rostro humano a este gobierno y no la cara de represor que ha mostrado en los últimos meses. Nunca es tarde para virar el timón, e insisto, los enemigos no somos nosotros. Hay muchos lobos con cara de ovejas que están contribuyendo a este clima de crispación.


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Fernando V. Ochoa
cel 6621 50-83-33
ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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