El 22 de abril a través del Canal del Congreso se pudo seguir en vivo la discusión sobre las reformas a la Ley de Seguridad Nacional. Hubo senadores que se mantuvieron mudos, como si el asunto fuera intrascendente, otros parlanchines con exceso de digresiones y una conducción del debate por el Senador Murillo Karam claramente inclinado a la ambigüedad en capítulos claves como el del fuero militar.
En senadores panistas y priístas mucho pesó el reciente anuncio del Secretario de Gobernación de enviar una iniciativa de reformas, que claro está, intentará dar a los militares cobertura jurídica para que actúen en las calles sin riesgo de ser enjuiciados ahora o más tarde.
Deberá recordarse que algunos generales, bajo anonimato, expresaron su profunda molestia porque los enviaron a luchar contra el narcotráfico en las calles sin protección legal, a la que no tienen derecho según mandato constitucional. Los generales saben bien que basta un cambio de gobierno para que se termine la impunidad que hoy les cobija, por ello exigen protección jurídica. Por ejemplo, en Argentina recientemente se condenó a 25 años de prisión a un expresidente de la República, por su responsabilidad en el pasado de unas decenas de muertes. En México ya se acumularon 23 mil caídos del narco, de las fuerzas militares y policiales, y de inocentes ajenos a la maldad de la delincuencia, y todavía no aparece el primer responsable oficial de este bárbaro desastre humanitario. Si ahora les dan un manto protector jurídico a los militares responsables, los dolientes de los muertos inocentes cursarán el resto de sus vidas con el dolor de sus pérdidas y el agravio de la impunidad.
El debate televisado, a pesar de sus deficiencias, mostró que al menos en el seno de la Comisión de Seguridad Nacional hay resistencia de algunos senadores para no dejar las cosas como están y menos a agravarlas dando protección a las fuerzas militares. Habrá que esperar el debate en el pleno del Senado cuando les llegue la iniciativa del gobierno.
Además de las reformas a la Ley de Seguridad Nacional sería imperdonable que no se actualizara el Código Militar del que deriva el fuero militar que hoy beneficia a los soldados cuando agravian a civiles con agresiones, cateos, robos, violaciones y hasta homicidios.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos exige suprimir el fuero militar y que sean los tribunales del fuero común los que juzguen a los militares cuando incurran en delitos contra civiles. Los mandatos de esta Corte son de cumplimiento obligatorio por los tratados internacionales que al respecto ha suscrito el Estado Mexicano.
El ejército recibe a diario una andanada de críticas por su actuación violenta en las calles o en los retenes urbanos y en las carreteras, sin que con ello logre mermar el comercio de drogas.
Es sabido que el financiero es el punto débil del narcotráfico y ahí es donde debiera ponerse el acento y no en la persecución a balazos; pero, las fuerzas federales, ejército y policía, accionan sus armas con más énfasis que la inteligencia militar, sin doblegar a las cada vez más nutridas bandas de delincuentes que ya llegaron a unos 500 mil individuos. Por todo esto la guerra antinarco se llama la guerra perdida.
Hasta aquí el seguimiento a la militarización del país que como una pesada loza colocó Felipe Calderón sobre una población cada día más lastimada por una estrategia equivocada que cumple los fines del imperio estadounidense, pero contrario a las prioridades de la mayoría de los mexicanos que se refieren a la desigualdad, el atraso antidemocrático y la falta de futuro para todos, particularmente de las nuevas generaciones.
Si Felipe Calderón dado su origen espurio, intentó legitimarse utilizando al ejército, lo que obtuvo fue una ilegitimidad aún mayor.
MORELIA, MICH. 24 DE ABRIL DEL 2010.
ROBERTO ROBLES GARNICA
LIC. JOSÉ DE LA LUZ RODRÍGUEZ
UBALDO FERNÁNDEZ
GUSTAVO BERNAL
La Casa de Todos, somos todos
Ricardo Andrade Jardí
No deja de ser curiosa o, peor aún, peligrosa la ligereza con la que el usurpador Fecal hace declaraciones para ensalzar su pretendida y falsa guerra contra el crimen organizado. Cuando salta a la vista que se trata en la realidad de implementar un Estado represivo ante la absoluta ilegitimidad con la que hoy navega hacia el naufragio la usurpada administración pública federal.
El viernes 23 de abril se da a conocer la noticia de que el AFI, apoyada por la Policía Municipal de la aún panista Mérida, por la noche, con la cobardía que caracteriza la guerra del desgobierno federal contra los luchadores sociales, allanó la Peña conocida como "La Casa de Todos". Un espacio público de crítica y libre pensamiento sede del Kolectivo El Rebelde en Yucatán.
Es evidente que el allanamiento contra La Casa de Todos responde al hostigamiento del que son parte todos los grupos sociales que manifiestan un sentir crítico contra un sistema criminal que está arrastrando al país, no sólo a una de las peores crisis económicas del mundo, sino a la peor crisis política desde los años en que los liberales lucharon por la independencia política de México. Crisis a la que han sumado una crisis ética propiciada por la corrupción de un sistema que es capaz de encontrar "peligrosos delincuentes" entre los luchadores sociales. Mientras los verdaderos delincuentes siguen impunemente libres: redes de pederastas a las que están ligados curas católicos y gobernadores preciosos, empresarios que blanquean millones de dólares del narcotráfico y que despojan ejidatarios y compran franjas de costa, ante la ceguera de toda autoridad, monopolios telecráticos que difaman y mienten con la seguridad de la IMPUNIDAD por la que no sólo pagan, sino que lo exigen todo a su favor de los gobiernos locales y federales, a cambio de promover las imágenes de políticos ambiciosos y mediocres, que garantizan a cambio de silencios cómplices la seguridad de que todo siga igual. Comandos armados que pueden cerrar durante horas el centro de Monterrey, corazón financiero del país, y secuestrar a huéspedes de "finos hoteles", sin que ninguna autoridad, municipal, estatal, federal, civil o militar, intervenga. En fin… Cada día es más claro que lo que se vive en México es la imposición sistémica de un Estado de terror, que no pretende para nada terminar, como lo promueven los millonarios anuncios del desgobierno federal, con el crimen organizado
"Me siento animado. El futuro es nuestro"
Ricardo Flores Magón
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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
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