Sirva esta perorata para definir que el debate actual de la legalización, regulación o despenalizacion de la mercancía denominada marihuana, esta total y definitivamente rebasado.( La locomotora ya la subió a su plataforma, ya la reclama con urgencia para ser parte de su arsenal de satisfactores y valores de uso, que la sociedad alienada exige este a su disposición como el afamado SOMA de aldous huxley en su libro de ciencia ficción, un mundo feliz.)
Libreta de notas, con información propia y ajena de asuntos fundamentalmente económicos de Fernando Ochoa V.
jueves, 31 de diciembre de 2015
La Mercancia, es la Mercancia y en adelante la respetas.
Sirva esta perorata para definir que el debate actual de la legalización, regulación o despenalizacion de la mercancía denominada marihuana, esta total y definitivamente rebasado.( La locomotora ya la subió a su plataforma, ya la reclama con urgencia para ser parte de su arsenal de satisfactores y valores de uso, que la sociedad alienada exige este a su disposición como el afamado SOMA de aldous huxley en su libro de ciencia ficción, un mundo feliz.)
sábado, 26 de diciembre de 2015
EL CAMINO QUE ME LLEVO AL LENINISMO
El camino que me llevó al leninismo
Por Ho Chi Minh
Después de la primera guerra mundial, me gané la vida en París como retocador de fotografías, unas veces, y otras como pintor de "antigüedades chinas" (¡hechas en Francia!). A veces distribuía volantes que denunciaban los crímenes franceses en Vietnam.
En esa época apoyé la Revolución de octubre sólo por instinto, sin comprender todavía su importancia histórica. Amaba y admiraba a Lenin porque era un gran patriota que había liberado a sus compatriotas; hasta entonces todavía no había leído un solo libro de él.
La razón que tuve al ingresar al Partido Socialista francés fue que estos "señores y señoras" -como llamaba a mis camaradas en esta época- mostraron simpatía hacia mi, hacia la lucha de los pueblos oprimidos. Pero no entendía lo que era un partido o un sindicato, ni lo que era el socialismo o el comunismo.
Había en aquel entonces acaloradas discusiones entre las diferentes secciones del Partido Socialista sobre la decisión de seguir en la Segunda Internacional, fundar la Segunda y media Internacional o adherirse a la Tercera Internacional de Lenin. Asistía con regularidad a las asambleas, dos o tres veces a la semana, y escuchaba atentamente las discusiones. Al principio no entendía bien. ¿Por qué las discusiones tan acaloradas? Si con la Segunda, la Segunda y media o la Tercera Internacional, se podía emprender la revolución, ¿para qué discutir? En cuanto a la Primera Internacional ¿qué había ocurrido con ella?
Lo que más me interesaba saber -y esto era precisamente lo que no se discutía en las asambleas- era cuál Internacional estaba a favor de los pueblos de los países coloniales.
Formulé esta pregunta – la más importante a mi parecer- en una asamblea. Algunos camaradas me contestaron: Es la Tercera Internacional, no la Segunda. Y un camarada me dio a leer la "Tesis sobre las cuestiones nacionales y coloniales" de Lenin publicada en L´Humanité.
Había en esa tesis términos políticos difíciles de entender. Pero a fuerza de leer y releer pude finalmente captarla casi en su totalidad. ¡Cuánta emoción, entusiasmo, claridad y confianza infundió en mi! ¡Lloraba de alegría! Solo, en mi cuarto, grité como si me estuviera dirigiendo a grandes masas. "¡Queridos mártires compatriotas! Esto es lo que necesitamos, ¡éste es el camino de nuestra liberación!"
Después de esto tuve plena confianza en Lenin y en la Tercera Internacional.
Antes, en las asambleas de mi sección del Partido, sólo escuchaba las discusiones; tenía la vaga creencia de que todas eran lógicas y no podía diferenciar entre quiénes estaban en lo cierto y quiénes en el error. Pero desde este momento, también participé en los debates y discutí con fervor. Aunque todavía me faltaban palabras en francés para expresar mis sentimientos, hice pedazos los alegatos que atacaban a Lenin y la Tercera Internacional con no menos vigor. Mi único argumento era: "Si no condenan el colonialismo, si no apoyan al pueblo colonial, ¿qué clase de revolución piensan emprender?"
No sólo tomaba parte en las asambleas de mi propia sección del partido, sino que también iba a otras secciones para plantear "mi posición". Ahora debo decir de nuevo que los camaradas Cachin, Vaillant, Couturier, Monmousseau, y muchos otro, me ayudaron a ampliar mi cultura. Finalmente, en el congreso de Tours voté con ellos por la adhesión a la Tercera Internacional.
En un principio, el patriotismo más que el comunismo me llevó a tener confianza en Lenin, en la Tercera Internacional. Paso a paso, durante la lucha, combinando el estudio del marxismo-leninismo con las actividades prácticas, llegué gradualmente a la conclusión de que sólo el socialismo y el comunismo pueden liberar de la esclavitud a las naciones oprimidas y a los trabajadores de todo el mundo.
Existe una leyenda en nuestro país y en China sobre el milagroso Libro de la Sabiduría. Al consultarlo cuando aparecen grandes dificultades siempre se encuentra la forma de salir de ellas. El leninismo no es únicamente un milagroso "libro de sabiduría", una brújula para nosotros, los revolucionarios y el pueblo vietnamitas, sino que es también el sol radiante que ilumina nuestro camino hasta la victoria final, hacia el socialismo y el comunismo.
*Artículo escrito en abril de 1960 para la revista soviética Problemas de Oriente, con motivo del decimonoveno aniversario del nacimiento de Lenin. (Ésta es, por amplio margen, la declaración más sincera hecha por Ho acerca de sus razones para adherirse al Partido Comunista, y demuestra ampliamente su enfoque pragmático de los compromisos ideológicos)
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Extraído del título: "Sobre la revolución. Escritos de Ho Chi Minh"
Selección y prólogo: Bernard B. Fall
Editorial: Siglo XXI editores
viernes, 25 de diciembre de 2015
Desde Europa, empresas demandan a países en desarrollo
Por Frank Mulder
UTRECHT, Holanda, 21 dic 2015 (IPS) - Muchos europeos le temen a la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP) porque permitiría que las empresas de Estados Unidos presenten demandas contra sus Estados.
Lo paradójico, sin embargo, es que Europa occidental se está convirtiendo en un centro de operaciones de este tipo de mecanismo, denominado solución de controversias entre inversionistas y Estados (SCIE), que generan pleitos por miles de millones de dólares contra los países pobres.
Europa occidental se está convirtiendo en un centro de operaciones de este tipo de mecanismo, denominado solución de controversias entre inversionistas y Estados (SCIE), que generan pleitos por miles de millones de dólares contra los países pobres.
En respuesta, decenas de empresas demandan al gobierno porque se sienten en desventaja ante la nueva política. El Estado se ve obligado a pagar cientos de millones de dólares en compensación financiera en los años posteriores.
¿Surrealista? Le pasó a Argentina tras la crisis económica a principios de este milenio. Buenos Aires había firmado decenas de tratados bilaterales de inversión con el fin de atraer la inversión extranjera directa. Los tratados dieron a los inversores el derecho a demandar al gobierno argentino en el caso de un conflicto. De esta manera, Argentina se convirtió en presa fácil. Con 56 juicios hasta la fecha, es el país más demandado del mundo.
El mecanismo de la SCIE le permite a una empresa demandar a un Estado sin tener que ir a la corte. El inversor puede llevar su disputa ante un panel de árbitros, que actúa como una especie de tribunal privatizado. A menudo, las audiencias tienen lugar en el Banco Mundial.
Ambas partes designan a un árbitro y estos dos designan a un tercero, el presidente. Por lo general son abogados de inversión. El trío luego decidirá si el Estado trató al inversor injustamente, y en caso afirmativo, lo que tiene que pagar. No hay posibilidad de apelación.
Explosión
El mundo del arbitraje de las inversiones es muy poco transparente. Tras una investigación de unos meses, periodistas de las revistas holandesas Oneworld y De Groene Amsterdammer publicaron una serie de artículos sobre el mundo oculto de la SCIE, acompañados de un mapa interactivo con todas las demandas por este concepto presentadas contra un Estado, e información acerca de las controversias, los fallos y los miembros de los tribunales.
Lo que se destaca es el aumento de la popularidad de la SCIE. En 2000 se habían presentado solo 15 reclamos, pero en 2014 esa cifra había saltado a 70. Ese año se habían presentado un total acumulado de 629 casos de SCIE, que podrían ser aun más, ya que no todos los casos son públicos. El número de demandas multimillonarias está creciendo.
Canadá, Estados Unidos y México están en la lista de los estados más demandados. La razón es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), del cual la SCIE es parte. Sin embargo, Estados Unidos nunca ha perdido un caso.
Los países que perdieron más casos son Argentina, Venezuela, India, México, Bolivia. En otras palabras, países en desarrollo y emergentes, muchos de los cuales llegaron a la conclusión de que este sistema de arbitraje es injusto e incluso neocolonial.
Sándwich holandés
¿Dónde se originan las demandas? En la lista de países de origen de los inversores Estados Unidos ocupa el lugar número uno, pero en los últimos años fue superado por Europa occidental. En 2014, más de la mitad de las controversias fueron presentadas por inversores europeos. Holanda tiene más controversias presentadas que Estados Unidos.
Sin embargo, una mirada más atenta a las empresas en cuestión revela que más de dos terceras partes de todas las demandas holandesas fueron presentadas por las llamadas empresas de buzón, que eligen establecerse en Holanda por su atractiva red de tratados de inversión, 95 en total."Esto se conoce como el sándwich holandés", explicó George Kahale, un abogado estadounidense que defiende a los Estados en casos de inversión. "Usted pone una empresa holandesa en el medio, y se puede decir que es holandés. Así es como se abusa del sistema", añadió.
Hombres blancos
En 88 por ciento de los casos, los investigadores encontraron los nombres de los árbitros implicados. De ellos surge un panorama de un club muy selecto de hombres – y dos mujeres – designados una y otra vez como árbitros. Quince de ellos arbitraron un sorprendente 63 por ciento de los casos. En 22 por ciento de los casos, participaron incluso dos de esos 15, lo que significa que fueron determinantes en los casos en cuestión.
"Esto no es raro", dice Bernard Hanotiau, un árbitro belga que también se encuentra entre los primeros 15. Que algunos árbitros dominen la escena se debe sólo a que son los mejores, asegura. "Si usted busca a los especialistas en cáncer de pulmón en Bélgica, también encontrará a un grupo pequeño. Somos especialistas", precisó.
Sin embargo, esto es problemático. Después de todo, los árbitros no son jueces que hicieron un juramento y fueron designados por autoridades públicas. La mayoría son abogados comerciales, que siguen ejerciendo como tales a la vez que trabajan como árbitros. Es posible que un Estado sea condenado por un juez cuyo socio en su bufete sea un abogado para un inversor en un caso comparable. La posibilidad de conflictos de interés es grande.
Según Kahale, esto genera muchos errores legales.
"Su antecedentes comerciales salen a relucir en sus decisiones. Su experiencia es en el arbitraje comercial. Su objetivo allí no es no sentar los precedentes legales adecuados, sino lograr que las partes vuelvan al negocio lo antes posible. Lo cual es muy malo. Esto no tiene que ver con unas controversias de poca monta, sino de demandas de miles de millones de dólares, de principios que son cruciales para los países, muchos de los cuales tienen un producto interno bruto pequeño", subrayó.
El futuro
Las críticas contra el actual sistema de arbitraje de inversión aumentan a medida que cada vez más países deciden cesar los tratados de inversión detrás de la SCIE, entre ellos Ecuador, India, Indonesia, Sudáfrica y Venezuela. Brasil está elaborando un modelo por el que solo los Estados pueden presentar una demanda en nombre de un inversionista.
Incluso los países europeos, en sus negociaciones con Estados Unidos sobre la TTIP, decidieron abogar por un tribunal de inversión independiente, en el que exjueces manejen los casos de inversión. El gobierno holandés anunció que renegociará los tratados de inversión existentes y que tomará medidas para que las empresas de buzón no abusen del sistema.
Si estos buenos deseos se traducen en una política real aún está por verse.
Este artículo integra un proyecto de investigación de De Groene Amsterdammer, Oneworld e IPS – Inter Press Service, con el apoyo del European Journalism Centre posible gracias a la Gates Foundation. Ver www.aboutSCIE.org.
Traducido por Álvaro Queiruga