estuve a punto de contestar el mail de "teresita", pero como tampoco la conozco y pa no quemarme mucho las pestañas... tuve el atrevimiento de pediirle prestado este texto a una de las mejroes plumas sonorenses... Arturo Soto Munguía, en esta ocasión coincido plenamente con el!
Saludos
KOKE
Bueno, pues yo también le entro al debate que nos tiene a todos en el filito de la butaca y con el Jesús en la boca.
Me refiero a la sucesión más polémica de la historia nacional, la que ha involucrado a amplios sectores de la sociedad civil y política en un debate sobre el pasado, el presente y el futuro del ser mexicano.
Y se trata de una sucesión incierta, porque se construye sobre una de las más precarias bases de legitimidad que como nunca antes, ofrece una opinión pública dividida y enfrentada.
En torno a la figura del ungido giran todos los sentimientos de un pueblo que divide sus opiniones entre los que lo aman, los que lo odian y los que pensamos que ya basta de jugar con el escore, que llegó el momento de jalar todos parejo.
No es el primero, pero ojalá sea el último en llegar a su nuevo encargo, mediante prácticas que deberían estar en desuso, si bien todos quienes le han precedido han sido electos de esa manera.
También surgieron de un proceso que jamás se ha caracterizado por sus métodos democráticos y, antes bien, sobran casos para documentar una historia de triquiñuelas que siempre ha favorecido a los ricos, y entre los ricos, a los dueños de las grandes cadenas televisivas nacionales, por citar un caso.
Acá la raza de bronce, nomás nos quedamos viendo para todos lados, cada vez que llega uno más, cargando el mismo atole de promesas que pretende seguir suministrando por la vía oral, mediante el conocido método del dedo diferente.
Aún así, creo que este muchacho merece una oportunidad. Aunque a muchos no les guste, y chillen y se revuelquen, el señor ya fue electo y hay que apoyarlo.
Aunque el resultado de esa elección desató una intensa polémica que sigue ocupando espacios privilegiados en los medios de comunicación, creo que es el momento de bajarle de tono al enfrentamiento, y depositar en él la confianza para ver si en los próximos años, las cosas pintan mejor para los mexicanos.
No es nadita de carismático, pero su chamba no es, tampoco, la de ganar un concurso de belleza. A cambio de simpatía, nos ofrece la gran experiencia y colmillo que sólo desarrollan aquellos que se han forjado en la pelea diaria, tanto en territorio nacional como en el extranjero, donde este muchacho ha escrito páginas gloriosas para México.
Es importante destacar que para llegar hasta donde ha llegado, el señor tuvo que hacer gala de una notable voluntad de negociación política en las cúpulas donde se decide el rumbo de la nación, y donde no siempre ha sido bien visto por algunos que, de hecho, siempre le pusieron piedritas en el camino.
Pero alcanzó su meta, y eso habla de un tipo empeñoso y triunfador.
Eso prueba que una vez más, sus empeños por alcanzar la meta que se trazó desde hace muchos años, y en la que tuvo que aguantar de todo –despidos incluidos—, hoy han dado frutos.
Y ahora que estará a las riendas del destino nacional, lo menos que podemos hacer es desearle que le vaya bien, porque el país no aguanta una decepción más.
La tarea que tiene al frente no es, ni por asomo, sencilla. Hacia dentro de su organización, deberá desplegar todas las artes de la negociación, para conciliar los intereses políticos y económicos, que son inmensos, y que siempre han mandado en esos niveles.
Hacia fuera, deberá conciliar los ánimos que una población que se encuentra muy polarizada entre quienes aplauden su llegada, y quienes la condenarán por siempre. Entre unos y otros, algunos los hay que suelen rayar en las manifestaciones violentas para expresar su apoyo o rechazo.
Hay otra gran parte de la población, entre la que me cuento, a la que nos vale madre si el tipo es simpático o no, pues lo que nos interesa son los resultados, después de tantos años de fracasos.
Somos algunitos quienes creemos que, por el rumbo que han tomado las cosas, a los mexicanos más nos vale cerrar filas en torno a la figura del hombre que hoy, tiene ante sí la oportunidad de levantar el ánimo de una nación cansada de promesas incumplidas, expectativas falsas, sueños de grandeza y al parecer, condenada al eterno laberinto del "ya merito".
No, señoras y señores. Ya basta. Los de hoy son tiempos de definiciones, y aunque me gane algunas mentadas, soy el primero en apuntarme para apoyar con todo a Hugo Sánchez.
A webo.
¿A poco pensaban que estaba hablando de Felipe?
No. Ese se me hace que no va a llegar al Mundial.
ME CAE QUE EL ESPURIO NO LLEGA AL MNDIAL!
SALUDOS !!
ANIMO Y NI UN PASO ATRAS!
KOKE.