María Cristina Garay Andrade (Desde Monte Grande, Buenos Aires. Argentina. Especial para Argenpress Cultural)
Como droga demandante filtrada en la sangre acelera
Al pulso palpitante que por desearte en gemido desespera
Tu mirada traviesa penetrando sutilmente agazapada
Es hechizo de amor y en cautiverio caigo atrapada
Ambición desmedida de tu piel recostada sobre la mía
Reclama tu ser por un jadeante instante de cercanía
Bajas defensas presagian síndrome de abstinencia
Si no te tengo conmigo te pienso con insistencia
¿En que poro acariciado se detiene el vibrar peregrino?...
La dulzura de tus destrezas lo motiva andando un sólo camino
Saboreando el néctar de tu boca se convierte en vicioso
Perdiéndome con tus labios en elevación de éxtasis glorioso
Bañada la alcoba con música apacible cantando enamorada
Una y otra vez insiste con hacer el amor la trasnochada
Y sin poder negarme a la entrega de incondicional amante
Termino abrazando tu cuerpo como droga demandante
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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
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