domingo, 27 de diciembre de 2009

A propósito del fin de ciclo.

De: Jesus Martínez mtzd2@hotmail.com

Hola:

 

En una ocasión les envié, quizás no a todos, lo que considero la mejor versión de Stand by me,  (canción de Ben E. King y que se hiciera famosa en las voces de John Lennon, Mohamed Alí y el mismo B. E. King), pero que interpretada por músicos y cantores de la calle integrados en el proyecto de Playing for change: peace trough music, me pareció una encabronada chingonería ¡la mejor versión!

La idea para el proyecto Playing for change, según su página en internet, provino de una creencia común: que la música tiene el poder de derribar fronteras y distancias obligadas entre la gente; de que tiene el poder universal de superarnos y unirnos como una sola raza humana.

 

Ahora, en el marco de estas fechas de fin de un ciclo y comienzo de otro, les dejo como mensaje de navidad, esta otra chingonería de canción donde ahora se aprecia entre otras excelentes voces, la del Bono de U2. Del Feeling clásico de las voces negras y de la entrega de todos los que participan ¡ni que decir!

El tema War/No More Trouble,  está basado en el discurso de Haile Selassie, último emperador de Etiopia, en la Asamblea de la ONU en 1963. Está acreditado a Alan Cole y al percusionista de los Wailers Carlton Barrett. Bob Marley fue quien lo grabó y lo popularizó; expresa algo así como:
 
Hasta que la filosofía, que sostiene una raza
superior frente a otra inferior,
sea finalmente y permanentemente
desacreditada y abandonada.
Por todas partes habrá guerra, yo digo, guerra

Hasta que deje de haber ciudadanos
de primera y segunda clase,
Hasta que el color de la piel de un hombre
no tenga más importancia que el color de sus ojos
Yo digo, guerra

Hasta que los derechos humanos básicos sean igualmente
garantizados a todos, sin tener en cuenta la raza, habrá guerra.

Hasta ese día
El sueño de paz duradera, la ciudadanía mundial,
la regla de moralidad internacional
permanecerá, pero en una ilusión fugaz
para ser seguido, pero nunca logrado.
Ahora por todas partes esta la guerra, la guerra,

Y hasta que los regímenes innobles e infelices,
ese sometimiento de nuestros hermanos en Angola, en Mozambique, África Sur,
la esclavitud subalterno-humana,
hayan sido destruidos, absolutamente destruidos,
el bien, por todas partes está en guerra, yo digo, guerra

Guerra en el este, guerra en el oeste
Guerra al norte, guerra al sur, abajo
Guerra, guerra, rumores de guerra

Y hasta ese día, en el continente africano,
no sabrá de la paz, nosotros los africanos lucharemos,
nosotros encontraremos lo necesario y nosotros sabemos que
nosotros ganaremos,
ya que nosotros estamos confiados en la Victoria.

Del bien sobre el mal, bien sobre el mal, bueno encima del malo,
bueno encima del malo, bueno encima del malo, bueno encima del malo.

 

Con mis mejores deseos de bienestar navideño y feliz año 2010.

Jesús.

 

War/No More Trouble,  denle click en la dirección:

http://www.youtube.com/watch?v=fgWFxFg7-GU&feature=channel



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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

STALIN: Entrevista con el Escritor H.G.Wells

Joseph Stalin

Entrevista con el escritor inglés
H. G. Wells
(*) 

Wells: Le estoy muy agradecido, Sr. Stalin, por darme la oportunidad de conversar con Ud. Hace poco estuve en los Estados Unidos. Tuve una larga entrevista con el presidente Roosevelt, y en ella traté de averiguar, por cuáles ideas se deja guiar él. Ahora vengo con Ud. para preguntarle, qué hace para cambiar el mundo.

Stalin: No tanto.

Wells: Viajo por el mundo como hombre sencillo, y como hombre sencillo observo lo que sucede a mi alrededor.

Stalin: Hombres de la vida pública de su importancia, no son "gente sencilla". Naturalmente, sólo la historia pronuncia el juicio definitivo acerca de la importancia que tal o cual hombre haya tenido efectivamente; pero en todo caso, Ud. no contempla el mundo con los ojos del "hombre sencillo".

Wells: No finjo modestia. Lo que quiero decir es, que trato de ver el mundo con los ojos del hombre sencillo, y no con los de un político de partido o de un alto funcionario de administración. Mi visita a los Estado Unidos me ha dado más de un estímulo para nuevas reflexiones. El viejo mundo financiero allí se está derrumbando; la vida económica del país va siendo reorganizada según nuevos principios. Lenin dijo: "Debemos aprender a manejar nuestros asuntos, debemos aprender de los capitalistas". Hoy, los capitalistas deben aprender de ustedes, y asimilar el espíritu del socialismo. Me parece, que los Estados Unidos se encuentran en un profundo proceso de reorganización, está naciendo una economía planificada, una economía socialista. Ud. y Roosevelt parten de posiciones diferentes. ¿Pero acaso no existen, a pesar de eso, puntos de contacto entre lo que se piensa en Washington y lo que se piensa en Moscú? ¿No existe un cierto parentesco entre las respectivas ideas y necesidades? Las mismas cosas me llamaron la atención en Washington como ahora aquí: se constituyen oficinas, se crea una serie de nuevos órganos reguladores del Estado, se organiza el servicio estatal que hace tiempo hacía falta. Lo que se necesita allí como aquí es la posibilidad de intervenir con medidas directivas.

Stalin: Los Estados Unidos persiguen un fin diferente al nuestro en la URSS. El fin que persiguen los Estados Unidos se ha dado como resultado de los problemas económicos, de la crisis económica. Los americanos quieren encontrar una salida a la crisis, con medidas del capitalismo privado, sin cambiar la base económica. Intentan limitar a un mínimo el daño, las pérdidas que resultan del sistema económico actual. Con nosotros, en cambio, la vieja base económica ha sido, como Ud. sabe, destruida, y en su lugar fue creada una base económica nueva, completamente diferente. Aunque los americanos, a los que alude, alcanzaran su meta en parte, es decir, si lograsen limitar las pérdidas a un mínimo, no eliminarían las raíces de la anarquía inherente al sistema capitalista. Protegen el sistema económico que origina, forzosa e inevitablemente, anarquía de la producción. Para ellos no se trata, por lo tanto, de una reorganización de la sociedad, de abolir el viejo sistema social, del cual nacen la anarquía y las crisis, sino, a lo sumo, de restringir determinadas desventajas, de restringir determinados abusos. Subjetivamente, los americanos tal vez tengan la opinión de estar reorganizando la sociedad; pero objetivamente protegen la base actual de la sociedad. Por eso, objetivamente no habrá ninguna reorganización de la sociedad. Y tampoco una economía planificada. ¿Qué es la economía planificada? ¡Veamos algunas de sus cualidades! La economía planificada tiene como meta abolir la desocupación. Supongamos, que manteniendo el sistema capitalista, fuese posible limitar la desocupación a un cierto mínimo. Con seguridad, ningún capitalista aprobaría la eliminación total de la desocupación, la abolición del ejército de reserva de desocupados que está destinado a ejercer presión sobre el mercado de trabajo, y constituye una garantía de mano de obra barata. Ahí tiene Ud. una de las contradicciones de la "economía planificada" de la sociedad burguesa. ¡Sigamos! Economía planificada significa, impulsar la producción en aquellas ramas industriales, cuyos bienes son de especial importancia para la masa del pueblo. Pero Ud. sabe que, en el capitalismo, la ampliación de la producción se lleva a cabo de acuerdo a reglas totalmente diferentes, que el capital afluye a aquellos sectores económicos, en los que el pago de utilidades sea mayor. Nunca podrá Ud. inducir a un capitalista a que se inflinja pérdidas a sí mismo, y a que se contente con un pago de utilidades más bajo, para satisfacer las necesidades del pueblo. Sin que desaparezcan los capitalistas, sin que sea abolido el principio de la propiedad privada de los medios de producción, es imposible edificar una economía planificada.

Wells: Estoy de acuerdo con Ud. en muchos sentidos. Pero quisiera realzar, que, al decidirse un país entero por el principio de la economía planificada, al comenzar el gobierno lentamente, paso a paso, a imponer ese principio consecuentemente, al final habrá desaparecido la oligarquía financiera, y se habrá alcanzado el socialismo, en el sentido anglosajón de la palabra. El efecto que parte de las ideas "New-Deal" de Roosevelt es extraordinariamente fuerte para mí, esas ideas son socialistas. Me parece que en vez de acentuar el contraste entre ambos mundos, deberíamos aspirar a encontrar un lenguaje común para todas las fuerzas constructivas.

Stalin: Al hablar de la imposibilidad de realizar los principios de la economía planificada, manteniendo al mismo tiempo la base económica del capitalismo, no quiero, en lo más mínimo, rebajas las excepcionales facultades personales de Roosevelt, su iniciativa, su valor y su fuerza de decisión. Indudablemente, Roosevelt es, entre todos los líderes del mundo capitalista de hoy, uno de los personajes más vigorosos y sobresalientes. Por eso quisiera volver a acentuar una vez más, que mi convicción acerca de la imposibilidad de la economía planificada bajo condiciones capitalistas no significa que ponga en duda las facultades personales, el talento y el valor del presidente Roosevelt. Pero si las circunstancias no lo permiten, el líder más dotado de clarividencia no puede alcanzar el objetivo del cual Ud. habla. En un sentido puramente teórico, por supuesto no queda excluida la posibilidad de acercarse, bajo las condiciones del capitalismo, paulatina y gradualmente a la meta que Ud. llama "socialismo en el sentido anglosajón de la palabra". Pero ¿qué clase de socialismo será ese? A lo sumo refrenaría a los representantes individuales más desvergonzados del capital y aplicaría el principio de la intervención en la economía nacional en un campo algo más amplio. Todo muy bien. Pero tan pronto Roosevelt o cualquier otro líder del mundo burgués de hoy, quiera is más allá, y quiera seriamente atacar las bases del capitalismo, irremediablemente sufrirá un fracaso rotundo. Los bancos, la industria, las grandes empresas, las grandes grajas agrícolas no le pertenecen a Roosevelt. Sin excepción son propiedad privada. El ferrocarril, la flota mercante, todo esto está en manos de propietarios privados. Y, finalmente, aún el ejército de obreros calificados, de ingenieros, de técnicos no está bajo el mando de Roosevelt, sino bajo el mando de propietarios privados: toda esta gente, sin excepción, trabaja para propietarios privados. Tampoco nos debemos olvidar de la función del Estado en el mundo burgués. El Estado es una institución que organiza la defensa del país y mantiene el "orden"; es una máquina para la recaudación de impuestos. El Estado capitalista no tiene mucho que ver con la economía en el sentido propio de la palabra; ésta no se encuentra en manos del Estado. Al contrario, el Estado está en manos de la economía capitalista. Justamente por eso, Roosevelt, a pesar de toda su energía, me temo que no logrará el fin señalado por Ud., siempre suponiendo que esté, efectivamente, persiguiendo tal fin. Tal vez sea posible, dentro de algunas generaciones, aproximarse un poco más a esa meta; personalmente, sin embargo, creo que ni siquiera eso es muy probable.

Wells: Quizá esté yo más convencido de una interpretación económica de la política que Ud. Los inventos y la ciencia moderna han producido poderosas fuerzas que impulsan hacia una mejor organización, un mejor funcionamiento de la sociedad, es decir, al socialismo. Organización y regulación de la actividad individual se han convertido, por encima de toda teoría social, en necesidades mecánicas. Si empezamos por el control estatal de los bancos, y, en un segundo paso, ampliamos el control hasta incluir la industria pesada, luego la industria entera, el comercio, etc., entonces este control, que lo abarca todo, equivaldrá a la propiedad estatal de todas las ramas de la economía nacional. Este será el proceso de socialización. Socialismo e individualismo no son contrarios como blanco y negro. Hay muchas gradaciones. Existe un individualismo que raya en el bandolerismo, y existen una disciplina y una organización, que son equivalentes al socialismo. La introducción de la economía planificada depende, en gran parte, de los organizadores de la economía, de la inteligencia técnica bien formada, que poco a poco puede ser ganada para los principios de organización socialista. Esto es lo que importa. Pues organización viene antes que socialismo. Es el factor más importantes. Sin organización, la idea del socialismo queda siendo una simple idea.

Stalin: Entre el individuo y el colectivo, entre los intereses del individuo y los de la comunidad, no existen antagonismos incompatibles, o por lo menos no deberían de existir. No deberían de existir, ya que el colectivismo, el socialismo, no niega los intereses individuales, sino que, al contrario, los une con los intereses del colectivo. El socialismo no puede separarse de los intereses individuales. Sólo la sociedad socialista puede satisfacer al máximo estos intereses personales. Más aún: Sólo la sociedad socialista puede intervenir con decisión a favor de los intereses del individuo. En este sentido, no existen antagonismos incompatibles entre "individualismo" y socialismo. Pero ¿podemos negar los antagonismos entre las clases, entre la clase poseedora, la clase de los capitalistas; y la clase trabajadora, el proletariado? De un lado tenemos la clase poseedora, a la cual le pertenecen los bancos, las fábricas, las minas, los medios de transporte, las plantaciones en las colonias. Esa gente no ve más que su propio interés: quiere lucros. No se somete a la voluntad del colectivo; intenta subordinar todo lo colectivo a su voluntad. Por otro lado, tenemos a la clase de los pobres, la clase explotada, a la cual no le pertenecen ni fábricas, ni empresas, ni bancos, que, para poder vivir, está forzada a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas, y que carece de la posibilidad de satisfacer sus necesidades más elementales. ¿Cómo armonizar intereses y aspiraciones tan contrarios? A mi parecer Roosevelt no logró encontrar el camino hacia la reconciliación de estos intereses. Eso es también imposible, como lo demuestra la experiencia. Por supuesto Ud. conoce la situación en los Estados Unidos mejor que yo, pues nunca he estado allí y me informo acerca de las condiciones americanas, principalmente por medio de la literatura. Pero tengo alguna experiencia en la lucha por el socialismo, y esta experiencia me dice, que Roosevelt, si realmente tratara de servir a los intereses de la clase obrera a costa de la clase capitalista, será substituido, de parte de esa clase capitalista, por otro presidente. Los capitalistas dirán: los presidentes van y vienen, mas nosotros no nos vamos, si tal o cual presidente no representa nuestros intereses, nos buscaremos otros. ¿Qué puede, a fin de cuentas, oponer el presidente a la voluntad de la clase capitalista?

Wells: Me opongo a esa simplificada subdivisión de la humanidad en pobres y ricos. Desde luego que existe una categoría de gente, que sólo persigue afanosamente el lucro propio. Pero ¿acaso no se le ve a esta gente como a una plaga, en el oeste tanto como aquí? ¿No existe mucha gente en el oeste, para la cual el beneficio no es ninguna meta en sí, que dispone de ciertos medios financieros, que quiere invertir y costear el sustento de estas inversiones, sin que vean en esto su meta principal? Ven en las inversiones una necesidad desagradable. ¿Acaso no existen muchos ingenieros capaces, que cumplen con su deber, organizadores de la economía, que encuentran el acicate para su actividad en otra cosa que no sea el lucro? A mi parecer existe una clase numéricamente fuerte de gente capacitada, que admite que el sistema actual es insatisfactorio, y que jugará un papel importante aún en la sociedad capitalista del futuro. Durante los últimos años he pugnado mucho, he pensado mucho acerca de la necesidad de hacer propaganda por el socialismo y el cosmopolitismo en amplios círculos de los ingenieros, los pilotos, los empleados técnico-militares. Carece de sentido querer acercarse a esos círculos con una propaganda de una simple lucha de clases. Esa gente comprende, en qué estado se encuentra el mundo. Comprende que es un maldito caos, pero el simple antagonismo de la lucha de clases de Ud., lo toma como algo disparatado.

Stalin: Ud. se contrapone a la subdivisión simplificada de la humanidad en pobres y ricos. Naturalmente, existe una capa media; existe la inteligencia técnica a la que se refirió, y existen personas muy buenas y muy honestas en ella. También existen, en ella, personas deshonestas y malas. Generalmente Ud. encuentra aquí todo tipo de gente. Pero antes que nada la humanidad se divide en pobres y ricos, en poseedores y explotados, y apartar la vista de esta división fundamental, significa apartar la vista del hecho fundamental. Yo no niego la existencia de capas medias, intermedias, que se puedan poner del lado de una, o de otra de las dos clases combatientes, o que se mantengan en una posición neutral en esta lucha. Pero repito, apartar la vista de esta división fundamental de la sociedad, o de la lucha fundamental entre las dos clases principales significa cerrar los ojos ante los hechos. Esta lucha se está librando y se seguirá librando. Cómo termine la lucha, depende del proletariado, de la clase obrera.

Wells: Pero ¿no existe mucha gente, que no es pobre, y sin embargo trabaja, trabaja productivamente?

Stalin: Naturalmente que hay pequeños propietarios de tierra, artesanos, pequeños comerciantes; pero el destino de un país no depende de esa gente, sino de las masas trabajadoras que producen todo aquello que la sociedad necesita.

Wells: Pero tendrá que reconocer que existen géneros de capitalistas que difieren mucho entre sí. Hay capitalistas que sólo piensan en el lucro, sólo piensan en hacerse ricos; pero también hay quienes están dispuestos a hacer sacrificios. Tome por ejemplo al viejo Morgan. Sólo pensaba en el lucro; era sencillamente un parásito de la sociedad; sólo acumulaba posesiones. Pero tome a Rockefeller. Era un organizador brillante; ha demostrado de manera ejemplar cómo se debe organizar la explotación del petróleo. O tome a Ford. Desde luego que Ford busca el beneficio propio. ¿Pero no es también un organizador apasionado de la racionalización en la producción, del cual Ud. aprende? Quiero señalar que en los últimos tiempos se ha producido un cambio importante en la actitud de los países de habla inglesa con respecto a la URSS. La causa de esto hay que buscarla en la posición de Japón y en los acontecimientos en Alemania. Pero al lado de eso existen otras razones que no tiene su origen en la política internacional. Existe una causa más profunda, y está, justamente, en que mucha gente se va dando cuenta de que el sistema basado en el lucro privado se está derrumbando. Bajo estas circunstancias me parece que no debemos poner el antagonismo entre ambos mundos en primer plano, sino que nos deberíamos esforzar por unificar todas las corrientes constructivas, todas las fuerzas constructivas, en la medida de lo posible, en una línea. Tengo la impresión, de que mi posición es más izquierdista que la suya, Sr. Stalin, creo que el viejo sistema está más cercano a su fin de lo que Ud. cree.

Stalin: Al hablar de capitalistas, que sólo buscan el lucro, sólo buscan la riqueza, no estoy queriendo decir que esa gente no tenga ningún valor y que no sirva para nada más. Muchos de ellos disponen, sin duda, de grandes capacidades organizativas, que no pretendería negar ni soñando. No es poco lo que los hombres de la Unión Soviética aprendemos de los capitalistas. Y Morgan, al cual caracteriza de modo tan desventajoso, fue indudablemente, un organizador bueno ya capaz. Pero si habla de gente resuelta a crear un mundo nuevo, por cierto que no la encontrará en las filas de aquellos que sirven fielmente a la causa del lucro. Nosotros y ellos estamos en dos polos opuestos. Ud. ha mencionado a Ford. Desde luego que es un organizador capaz de la producción. ¿Pero no conoce su actitud para con la clase obrera? ¿No sabe a cuántos obreros lanza a la calle? El capitalista está encadenado al lucro, y ningún poder del mundo lo puede arrancar de allí. El capitalismo no es eliminado por los organizadores de la producción, por la inteligencia técnica, sino por la clase obrera, porque las capas que mencionamos no tienen un papel autónomo. El ingeniero, el organizador de la producción, no trabaja como él quiere, sino como debe, trabaja de una manera que sirve a los intereses de su patrón. Desde luego que hay excepciones; hay hombres en esa capa que han despertado del delirio capitalista. En determinadas condiciones, la inteligencia técnica puede lograr milagros y prestar grandes servicios a la humanidad. Pero también puede causar grandes daños. No es poca la experiencia que tenemos los hombres de la Unión Soviética con la inteligencia técnica. Después de la Revolución de Octubre, una determinada parte de la inteligencia técnica se negó a colaborar en la construcción de la nueva sociedad; se resistía a este trabajo de construcción y lo saboteaba. Hicimos todo lo que pudimos para integrar a la intelectualidad técnica a este trabajo constructivo; lo intentamos de una manera y de otra. Pasó mucho tiempo antes de que nuestros intelectuales preparados se encontraran dispuestos a apoyar el nuevo sistema activamente. Hoy, lo mejor de esta intelectualidad técnica está en la línea más avanzada de aquellos que construyen la sociedad socialista. Partiendo de estas experiencias, estamos muy lejos de subestimar tanto los buenos como los malos lados de esta intelectualidad; sabemos que, de un lado, puede causa daño, del otro, puede lograr "milagros". Naturalmente , las cosas serían diferentes, si fuese posible arrancar a la intelectualidad, de un solo golpe, del mundo capitalista. Pero eso es utópico. ¿Hay entre la intelectualidad técnica, muchos que osarían romper con el mundo burgués e intervenir a favor de la edificación de una nueva sociedad? ¿Cree Ud. que haya mucha gente de ese tipo, digamos, en Inglaterra o en Francia? No, son sólo pocos, los que estarían dispuestos a separarse de sus patronos y empezar con la construcción de un nuevo mundo. Además, ¿podemos ignorar el hecho que, para cambiar el mundo, se tiene que estar en posesión del poder político? Me parece, Sr. Wells, que subestima mucho la cuestión del poder político, que esta pregunta, en su concepción, no está considerada en absoluto. ¿Qué puede hacer esa gente, aún con las mejores intenciones del mundo, si no está en condiciones de plantearse la pregunta del poder, y no está, ella misma, en posesión del poder? En el mejor de los casos, puede apoyar a la clase que tome el poder, pero no puede cambiar el mundo por su propia fuerza. Eso sólo lo puede hacer una clase mayoritaria, que se pone en el lugar de la clase capitalista, y se convierte, en vez de ésta, en dirigente. Esta clase, es la clase obrera. Desde luego que hay que aceptar la ayuda de la intelectualidad técnica; y, en sentido inverso, hay que ayudarle a ella. Pero no se debe creer, que la intelectualidad técnica fuese capaz de jugar un papel histórico autónomo. La transformación del mundo es un proceso grande, complicado y penoso. Esta gran tarea exige una gran clase. Sólo grandes barcos emprenden largos viajes.

Wells: Sí, pero para emprender un viaje largo, se necesita un capitán y un timonel.

Stalin: Eso es correcto, pero lo primero que se necesita para un viaje largo, es un barco grande. ¿Qué es un timonel sin barco? Nada.

Wells: El barco grande es la humanidad, no una clase.

Stalin: Ud., Sr. Wells, por lo visto parte de la suposición, de que todos los hombres son buenos. Yo, mientras tanto, no olvido que también existen muchos hombres malos. No creo en la virtud de la burguesía.

Wells: Recuerdo la situación de la intelectualidad hace algunas décadas. En aquel entonces, la intelectualidad técnica era numéricamente pequeña, pero había mucho que hacer, y cada ingeniero tenía, técnica e intelectualmente, su oportunidad. Por eso, la intelectualidad técnica era la clase menos revolucionaria. Hoy, mientras tanto, hay intelectuales técnicos de sobra, y su mentalidad ha cambiado muy marcadamente. El hombre con formación profesional, que antes jamás habría prestado atención a discursos revolucionarios, ahora se interesa mucho por ellos. Recientemente estuve en una cena de la Royal Society, nuestra gran sociedad científica inglesa. El discurso del presidente fue una intervención en defensa de la planificación social y del control científico. Hoy, el hombre que está al frente de la Royal Society, sostiene ideas revolucionarias e insiste en una reorganización científica de la sociedad humana. Su propaganda de guerra de clases no ha podido adaptarse al paso de este desarrollo. El pensar humano cambia.

Stalin: Ya lo sé, sí, y la explicación de esto hay que buscarla en el hecho de encontrarse la sociedad capitalista en una callejón sin salida. Los capitalistas buscan un camino que los conduzca fuera de este callejón sin salida, que sea compatible con el prestigio de esta clase, con los intereses de esta clase, pero no lo encuentran. Podrán salirse un corto trecho fuera de la crisis, gateando con pies y manos en el suelo, pero no pueden encontrar un camino que les posibilite salir con la cabeza erguida, un camino que no atentara fundamentalmente contra los intereses del capitalismo. Esto se comprende, naturalmente, en amplios círculos de la intelectualidad técnica. Una gran parte de esos hombres empieza a comprender la comunidad de intereses con la clase que es capaz de mostrar una escapatoria al callejón sin salida.

Wells: Si hay alguien que entienda algo de la revolución, del lado práctico de la revolución, es Ud., Sr. Stalin. ¿Acaso se han sublevado alguna vez las masas? ¿No es una verdad innegable, que todas las revoluciones son hechas por una minoría?

Stalin: Para hacer una revolución, es menester una minoría revolucionaria dirigente; pero la minoría más capacitada, más abnegada, y más enérgica, quedaría desvalida, si no pudiese basarse en el apoyo, por lo menos pasivo, de millones.

Wells: ¿Por lo menos pasivo? ¿Tal vez subconsciente?

Stalin: En parte también el apoyo semiinstintivo, y semiconsciente, pero sin el apoyo de millones aún la mejor minoría sería impotente.

Wells: Al observar la propaganda comunista en el oeste, tengo la impresión, que esa propaganda, en vista de la situación actual, suena muy atrasada, pues es propaganda para la insurrección. Propaganda a favor del derrocamiento del sistema social por la violencia, fue buena y justa, cuando iba dirigida contra una tiranía. Pero en las condiciones actuales, derrumbándose solo el sistema de todos modos, se debería de atribuir importancia al rendimiento, a la eficacia, a la productividad, y no a la sublevación. Yo encuentro, que el tono de sublevación es un tono falso. La propaganda comunista en el oeste es una contrariedad para los hombres de mentalidad constructiva.

Stalin: Naturalmente, el viejo sistema se derrumba y se pudre. Correcto. Pero también es correcto, que se están haciendo nuevos esfuerzos, para, con otros métodos, con todos los medios, proteger este sistema moribundo, y salvarlo. Ud. saca una conclusión errónea de una premisa correcta. Con razón afirma, que el viejo mundo se derrumba. Pero se equivoca, si cree, que se derrumba por sí solo. No, la sustitución de un sistema social por otro es un proceso revolucionario, largo y penoso. No es un proceso espontáneo simplemente, sino una lucha: es un proceso que se lleva a cabo en el choque de las clases. El capitalismo se pudre, pero no se le puede comparar sencillamente con un árbol, que esté tan corrompido, que tiene que caer a tierra por sí solo. No, la revolución, el relevo de un sistema por otro, ha sido siempre una lucha, una lucha penosa y cruel, una lucha de vida o muerte. Y cada vez que los hombres del mundo nuevo llegaron al poder, tuvieron que defenderse de los intentos del mundo viejo de restaurar el viejo orden por la violencia; estos hombres del mundo nuevo siempre han tenido que estar en guardia, siempre dispuestos a rechazar los ataques del mundo viejo al nuevo sistema. Sí, tiene razón al decir que se derrumba el viejo sistema social; pero no se derrumba por sí mismo. Tome por ejemplo el fascismo. El fascismo es una fuerza reaccionaria que, utilizando la violencia, intenta conservar el viejo mundo. ¿Qué quiere hacer con los fascistas? ¿Discutir con ellos? ¿Tratar de convencerlos? Pero así, con ellos, no se logra ni lo más mínimo. Los comunistas no glorifican, de ninguna manera, la aplicación de la violencia. Pero ellos, los comunistas, no tienen la intención de dejarse sorprender, no se pueden fiar de que el viejo mundo se saldrá del escenario voluntariamente, ven, que el viejo sistema se defiende por la violencia y, por eso mismo, los comunistas le dicen a la clase obrera: ¡Contestad a la violencia con la violencia, haced todo lo que esté en vuestras fuerzas para impedir que os aplaste el viejo orden moribundo, no dejéis que os aten las manos, aquellas manos, con las que derribaréis el viejo sistema! Ud. ve, por lo tanto, que los comunistas no consideran la sustitución de un sistema social por otro simplemente como un proceso espontáneo y pacífico, sino como un proceso complicado, largo y violento. Los comunistas no pueden cerrar los ojos ante los hechos.

Wells: Pero mire lo que está sucediendo en el mundo capitalista. Esto no es, simplemente, un colapso, es un estallido de violencia reaccionaria, que termina en el bandolerismo. Y a mi parecer, los socialistas pueden, cuando se da un conflicto con la violencia reaccionaria e inepta, acudir a la ley, y en vez de considerar a la policía como su enemigo, deberían apoyarla en su lucha contra los reaccionarios. Creo que carece de sentido operar con los métodos del viejo y rígido socialismo de insurrecciones.

Stalin: Los comunistas se basan en ricas experiencias históricas; esas experiencias enseñan, que una clase agotada no abandona el escenario voluntariamente. Piense en la historia de Inglaterra en el siglo XVII. ¿No decían en aquel entonces muchos que el viejo sistema social estaba podrido? Pero, a pesar de ello, ¿no fue necesario un Cromwell para anonadarlo por la fuerza?

Wells: Cromwell operaba sobre la base de la constitución, y en nombre del orden constitucional.

Stalin: ¡En nombre de la constitución ejerció violencia, hizo ejecutar al rey, disolvió y esparció el parlamento, hizo encarcelar o decapitar gente! O tome un ejemplo de la historia de mi país. ¿No estaba claro hace mucho, que se pudría, se desplomaba el sistema zarista? Pero ¿cuánta sangre tuvo que ser derramada aún, para abatirlo? ¿Y la Revolución de Octubre? ¿No hubo muchos que veían con toda claridad, que solamente nosotros, los bolcheviques, señalábamos una salida? ¿No estaba claro que el capitalismo ruso estaba podrido? Pero Ud. sabe cuán fuerte fue la resistencia, cuánta sangre tuvo que ser derramada para defender la Revolución de Octubre contra todos sus enemigos, en el interior y en el extranjero. O tome a Francia a finales del siglo XVIII. Mucho tiempo antes de 1789 ya estaba claro, cuán podrido estaba el poder del rey, cuán podrido estaba el sistema feudal. Sin embargo, aquello no pudo llevarse a cabo sin un levantamiento popular, un choque de las clases. ¿Por qué? Porque aquellas clases que tienen que abandonar el escenario de la historia, son las últimas en creer que su juego se ha acabado. Es imposible convencerlas de ello. Creen, que las grietas en la putrefacta estructura del viejo orden podrían ser remendadas, que la estructura tambaleante del viejo orden podría ser arreglada y salvada. Por eso mismo, las clases que están hundiéndose, acuden a las armas y se valen de cualquier medio, para mantenerse como clase dominante.

Wells: ¿Pero acaso la Gran Revolución francesa no fue encabezada por algunos abogados?

Stalin: Estoy lejos de querer menoscabar el papel de la inteligencia en movimientos revolucionarios: Pero ¿fue la Gran Revolución francesa una revolución de abogados, o una revolución del pueblo, que logró la victoria movilizando a amplias masas populares para la lucha contra el feudalismo, y defendiendo los intereses del Tercer Estado? ¿Y actuaron los abogados entre los dirigentes de la Gran Revolución francesa de acuerdo a las leyes del viejo orden? ¿No introdujeron un derecho nuevo, burgués-revolucionario? Ricas experiencias históricas enseñan que hasta hoy ninguna clase se ha retirado para hacerle lugar a otra voluntariamente. Esto, en la historia no tiene precedente. Los comunistas han aprendido esta lección histórica. Los comunistas celebrarían que la burguesía se retirase voluntariamente. Pero tal giro de las cosas es, como sabemos por experiencia, improbable. Por eso, los comunistas están prevenidos para lo peor, y se dirigen a la clase obrera con el llamamiento de estar alerta y preparada para la lucha. ¿De qué vale un dirigente que adormece la vigilancia de su ejército, un dirigente que no comprende que el enemigo no va a capitular, que tiene, que tiene que ser destruido? Quien, como dirigente, actúa de tal manera, engaña, traiciona a la clase obrera. Esta es la razón por la cual opino, que aquello que a Ud. la parece atrasado, para la clase obrera es, en realidad, una norma para la actividad revolucionaria.

Wells: No niego que sea necesario hacer uso de la violencia, pero sí es mi opinión, que las formas de lucha deberían ser concertadas como mejor se pueda, con las posibilidades que ofrecen las leyes existentes dignas de ser defendidas contra ataques reaccionarios. No hay ninguna necesidad de desorganizar el sistema viejo, ya que éste, tal como están las cosas, se va desorganizando por sí solo. Por eso, la sublevación contra el orden viejo, contra la ley, me parece anticuada y superada por el desarrollo. Estoy, dicho sea de paso, exagerando conscientemente, para que la verdad se haga visible de modo más claro. Puedo formular mi punto de vista de la siguiente manera: primero, estoy a favor del orden; segundo, ataco al sistema existente en tanto que no puede garantizar el orden; tercero, temo que la propaganda a favor de la guerra de clases vaya a alejar del socialismo justamente a aquellas personas cultas, que el socialismo necesita.

Stalin: Si se quiere lograr un gran objetivo, un objetivo social importante, se precisa una fuerza central, un baluarte, una clase revolucionaria. Como próximo paso, es necesario organizar el apoyo de esta fuerza central por parte de fuerzas auxiliares; en este caso, dicha fuerza auxiliar es el Partido, al cual están afiliadas también las mejores fuerzas de la inteligencia. Ud. acaba de hablar de "personas cultas". Pero ¿en qué personas cultas pensaba? En Inglaterra durante el siglo XVII, en Francia a fines del siglo XVIII, y en Rusia durante la época de la Revolución de Octubre, ¿no estaban muchas personas del lado del viejo orden? El viejo orden tenía a su servicio a muchas personas sumamente cultas, que defendían el viejo orden, que combatían el nuevo orden. La cultura es un arma, cuyo efecto depende de qué mano la haya forjado, qué mano la dirija. Por supuesto, el proletariado necesita personas sumamente cultas. Ciertamente; los ingenuos no pueden ser de ninguna ayuda para el proletariado en su lucha por el socialismo, en la edificación de una nueva sociedad. No subestimo el rol de la inteligencia; al contrario, lo subrayo. Pero la pregunta es la siguiente: ¿de qué inteligencia estamos hablando? Porque hay diferentes tipos de inteligencia.

Wells: No puede haber revolución sin cambios radicales en la instrucción pública. Basta citar dos ejemplos: el ejemplo de la República alemana, que no tocó el viejo sistema educacional, y que por eso nunca se convirtió en República; y el ejemplo del Labour Party inglés, que no tiene la intención de insistir en una transformación radical de la instrucción pública.

Stalin: Muy acertado. Permítame ahora responder a sus tres puntos. Primero: Lo más importante para la revolución es la existencia de un baluarte social. Tal baluarte social es la clase obrera. Segundo: se precisa de una fuerza auxiliar, aquello, que los comunistas llaman Partido. Al Partido está afiliada la inteligencia obrera, y aquellos elementos de la inteligencia técnica que están estrechamente ligados a la clase obrera. La inteligencia se fuerte solamente, si se une con la clase obrera. Si se contrapone a la clase obrera, se convierte en una simple cifra. El nuevo poder político crea las nuevas leyes, el nuevo orden, el cual es un orden revolucionario. Yo no estoy a favor del orden sin más ni más. Yo estoy a favor de un orden que corresponda a los intereses de la clase obrera. Por supuesto, si algunas leyes del viejo orden pueden ser utilizadas en interés de la lucha por un orden nuevo, esto debería de hacerse. No tengo objeciones contra su postulación de que el sistema actual debería ser atacado, en tanto que no puede garantizar el orden necesario para el pueblo. Y, finalmente, está equivocado si cree que los comunistas están enamorados de la violencia. Con todo gusto renunciarían a la aplicación de violencia, si la clase dominante estuviera dispuesta a cederle su lugar a la clase obrera. Pero la experiencia histórica indica lo contrario de tal suposición.

Wells: Aunque también es cierto, que la historia de Inglaterra conoce un caso, en que una clase le dejara el poder a otra clase voluntariamente. En el periodo entre 1830 y 1870, la aristocracia, que en las postrimerías del siglo XVIII tuvo aún una influencia considerable, voluntariamente, sin lucha seria, le cedió el poder a la burguesía, lo cual fue una de las causas para el sentimental mantenimiento de la monarquía. En lo sucesivo, esta transferencia del poder condujo a que erigiera su dominio la oligarquía financiera.

Stalin: Pero Ud. se ha pasado imperceptiblemente de cuestiones de la revolución a cuestiones de la reforma. Eso no es lo mismo. ¿No opina que el movimiento cartista tuvo gran significado para las reformas en la Inglaterra del siglo XIX?

Wells: Los cartistas poco hicieron, y desaparecieron sin dejar huellas.

Stalin: No comparto su opinión. Los cartistas, y el movimiento huelguístico organizado por ellos, tuvieron un papel importante; obligaron a las clases dominantes a una serie de concesiones con respecto al derecho de sufragio, con respecto a la abolición de los llamados "distritos electorales corrompidos", con respecto a algunos puntos de la "Carta". El cartismo jugó un rol histórico de no poca importancia y obligó a una parte de las clases dominantes, a menos que hubiese querido tolerar continuas conmociones, a hacer ciertas concesiones, ciertas reformas. En general cabe decir que las clases dominantes de Inglaterra, la aristocracia tanto como la burguesía, se han mostrado desde el punto de vista de sus intereses de clase, del punto de vista del afianzamiento de su poder, ser las más hábiles, las más flexibles en comparación con todas las otras clases dominantes. Tome, digamos, un ejemplo de la historia de nuestros días -la huelga general en Inglaterra, en el año 1926. En caso de semejante acontecimiento, a saber, que el Consejo general de los sindicatos dé la orden de huelga, cualquier otra burguesía hubiese, en primer lugar, hecho detener a los dirigentes sindicales. No así la burguesía británica, que con ello actuó de manera absolutamente inteligente, desde el punto de vista de sus propios intereses. No me imagino que la burguesía de los Estados Unidos, de Alemania o de Francia hubiese aplicado una estrategia tan flexible. Para mantener su dominio, las clases dominantes de Gran Bretaña no han rehusado nunca hacer pequeñas concesiones, o reformas. Pero sería un error tomar estas reformas por revolucionarias.

Wells: Ud. Tiene una opinión más favorable de las clases dominantes de mi país que yo. Pero ¿existe gran diferencia entre una pequeña revolución y una gran reforma? ¿Acaso una reforma no es una pequeña revolución?

Stalin: A consecuencia de la presión desde abajo, de la presión de las masas, la burguesía puede, manteniendo el sistema socio-económico reinante, ocasionalmente conceder determinadas reformas parciales. Al actuar así, calcula que esas concesiones son necesarias para mantener su dominio de clase. Es pues, por este motivo, imposible caracterizar una reforma como revolución. Por ello, no hemos de esperar ningún cambio del sistema social que se realice como imperceptible transición de un sistema a otro, por vía de reformas, a través de concesiones de la clase dominante.

Wells: Le agradezco mucho por esta conversación, que para mí ha tenido una gran importancia. Cuando me estuvo explicando diversos puntos, posiblemente haya recordado el pasado, cuando en los círculos ilegales antes de la revolución, solía explicar los fundamentos del socialismo. Hay actualmente sólo dos personas sobre la tierra, cuya opinión, cuya más mínima declaración es escuchada todavía por millones -de Ud. y Roosevelt. Otros, que prediquen cuanto quieran; lo que digan no será impreso ni tenido en cuenta. Aún no puedo apreciar, cuánto ha sido logrado en su país. Pero he visto ya las caras contentar de hombres y mujeres sanos, y sé, que algo muy significativo se está realizando aquí. La diferencia, en comparación con 1920, es asombrosa.

Stalin: Mucho más se hubiera podido conseguir, si los bolcheviques hubiésemos sido más inteligentes.

Wells: No, si los seres humanos fuésemos más inteligentes. Sería una buena cosa inventar un plan quinquenal para la reconstrucción del cerebro humano, pues obviamente le faltan muchas cosas imprescindibles para un orden social perfecto.

Stalin: ¿Piensa quedarse aquí para el Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos?

Wells: Desafortunadamente tengo varios compromisos, y me puedo quedar sólo por una semana en la URSS. Vine con el deseo de hablar con Ud. y estoy muy contento con nuestra charla. Pero, con los escritores, con los que pueda encontrarme, pienso hablar de la posibilidad de sus afiliación al PEN-Club. Es ésta una organización internacional de escritores, que fue fundada por Galsworthy; después de morir él, yo me convertí en su presidente. La organización es aún débil, pero tiene grupos de afiliados en muchos países, y, lo cual es aún más importante, la prensa informa muy detalladamente acerca de los discursos de sus miembros. Su principio es la libre manifestación de opiniones -también de opiniones contrarias. Espero poder discutir este punto con Gorki. No sé, si aquí ya se está preparado para tanta libertad...

Stalin: Los bolcheviques llamamos a eso "autocrítica". Se acostumbra en toda la URSS. Si Ud. deseara alguna cosa, yo le podría ayudar con voluntarios.

Wells: Le estoy muy agradecido.

Stalin: Yo le agradezco por la entrevista.


(*) Publicado en "Bolchevik", número 17, 1934.

Digitalización en Internet de marxists.org, 2002

BBC ENTREVISTA A GALEANO

"El Premio Nobel para Obama, un chiste de mal gusto", dice Eduardo Galeano

Eduardo Galeano
Para Eduardo Galeano, la vida es una caja de sorpresas. Y aunque esté acostumbrado a ellas, quizás le hayan sorprendido la cantidad y variedad de interrogantes que los lectores de BBC Mundo le plantearon.
Con qué sueña, para quién escribe, si es optimista o pesimista, si toma mate o fuma, qué piensa de la izquierda actual, qué opina del Premio Nobel a Barack Obama y si habrá una segunda parte de "Las venas abiertas de América Latina". Con franqueza, Galeano respondió a estas y otras muchas preguntas personales e íntimas.
En sus respuestas es posible conocer un poco más al hombre y al escritor que durante más de 40 años ha hecho reflexionar a millones de personas sobre el estado del mundo.
"Escribo para quienes no pueden leerme, porque los libros están tan caros que de aquí a poco se venderán en las joyerías", dijo con su habitual tono crítico.
El autor uruguayo se disculpó por no haber podido responder a más preguntas por motivos de tiempo. Sin embargo, hay mucho para leer y para descubrir sobre su pensamiento y su forma de ver la vida.

Del buen fútbol

Esther, Zaragoza, España
¿Cuáles son los ingredientes que usa en su vida para mantener el entusiasmo y la felicidad? Deberíamos embotellarlos y distribuirlos, eso sí, sin patente.

Embotellarlos, no puedo, porque se evaporan fácil. Lo que tienen de bueno es que regresan siempre, aunque a veces parece que se fueron para siempre. Regresan no sé por qué. Supongo que por gentileza de Dios o del Diablo.
Bettina Casale Cervini, Buenos Aires, Argentina
¿Para quién escribe? ¿Es posible pensar- al decir de Umberto Eco- en un lector modelo?
Escribo para los amigos que todavía no conozco. Los que conozco ya están hartos de escucharme.
Jesús, Huancayo, Perú
Le cuento que no tengo dinero para comprar libros y tampoco hay librerías en donde los vendan. Por eso no sé que preguntarle. Sólo se me ocurre: ¿qué siente de tanto escribir y escribir, cuando al final el mundo sigue más o menos igual o peor?

La verdad, ni yo me entiendo. Escribo para quienes no pueden leerme, porque los libros están tan caros que de aquí a poco se venderán en las joyerías. Pero eso sí, créame, las palabras viajan caminos misteriosos, y andan por donde ellas quieren, sin pedir permiso.
Camilo Rueda, Bogotá, Colombia
¿De qué equipo(s) de fútbol es hincha? (En Uruguay y en el mundo)

Todavía soy hincha de Nacional, aquí en el Uruguay, el club de mis amores desde mi más tierna infancia, pero sobre todo soy hincha del buen fútbol, y cuando ese milagro ocurre, lo agradezco sin mirar el color de la camiseta. Y si el buen fútbol proviene de un club chiquito, casi desconocido, pues mucho mejor todavía.

La vida según Galeano

Alejandro, Quito, Ecuador
En alguna parte dijiste que te caes y te levantas varias veces al día. Yo, en cambio, no sé como levantarme cuando tropiezo. ¿Cómo lo haces?

Te parecerá una tontería, pero de veras te juro que pienso: Si me caí, es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas. Yo soy caminante, a la orilla del río que llamamos mar, aquí en Montevideo, camino horas de horas, y las palabras caminan dentro mio y conmigo. A veces se van, y me cuesta seguir solo, sin ellas.
Rene Ramos, Lima, Perú
¿Qué es la vida para usted, en una sola palabra?
En cuatro palabras, no en una: Una caja de sorpresas.
Rita Corbo, Montevideo, Uruguay
¿Con que sueña? ¿Tiene un sueño recurrente?

Mis sueños son de una mediocridad inconfesable. Los que más se repiten son los más estúpidos, pierdo un avión, discuto con un burócrata, cosas así. ¿Qué feo, no? Me consuelo recordando aquellos versos de Pedro Salinas que dicen que "los sueños son verdaderos sueños cuando se desensueñan, y en materia mortal encarnan".
Camilo Melgar, Ciudad de Guatemala, Guatemala y Viena, Austria
¿Escribís tomando mate?

No, ya no tomo mate. Tuve que dejar, hace años, como he dejado también el cigarrillo, que tanto me acompañó durante tanto tiempo. Ahora escribo con cerveza, o algún otro trago. Y mientras escribo, hablo solo, en voz alta. Quien me ve de lejos cree que soy un borracho perdido. Perdido soy, quizá, no sé; pero borracho no. Me gusta beber y por eso no me emborracho: el trago exige que no le falten el respeto.
Pedro Freire Alvarado, Guayaquil, Ecuador
¿Por qué la gente sigue creyendo aún en Dios? ¿Consideras que esta creencia retrasa al ser humano?

Dios es el nombre que damos a la fe, y por eso es múltiple, aunque muchos crean que la diversidad de la fe es una herejía digna de castigo.

Política, globalización y América Latina

Martín, Gálvez, Argentina
¿Qué opina del Premio Nobel recibido por Barack Obama? ¿Cómo se justifica recibir ese Premio?

Me pareció un chiste de mal gusto. Pero nada tiene de raro, teniendo en cuenta que hace un siglo el Premio Nóbel de la Paz fue concedido a Teddy Roosevelt, un enamorado de la guerra, que hasta escribió un libro proponiendo la guerra como remedio de la cobardía y la debilidad de los machos en el mundo.
Raúl Guizzo, Ft. Lauderdale, EE.UU.
Nací en Estados Unidos de un padre uruguayo y una madre americana quien nació en Turquía. Entonces, sin duda, soy un producto de globalismo. ¿Qué piensas de nacionalismo y patriotismo? ¿Son buenos o crean más problemas? ¿Son partes inseparables de la identidad?

Antes de que se inventara esa horrible palabra, globalización, que designa a la dictadura universal del dinero, existía otra, linda, generosa, la palabra internacionalismo. Yo la sigo prefiriendo. Para mí, sigue significando algo así como que podemos ser compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.
María Gloria González Sánchez, Venezuela
Nuestra América toda, ¿tiene posibilidades de sanar?

Claro que sí. Tan enferma no está, si se compara. Todavía tenemos, por ejemplo, capacidad de locura, que es el síntoma infalible de la buena salud.

El mundo ¿al revés?

Javier, Brisbane, Australia
Me gustaría saber como ve usted este siglo veintiuno ¿con pesimismo? ¿Con optimismo?

Yo no creo en los optimistas full-time. Esos son farsantes o ciegos. Yo soy optimista y pesimista también, según la hora y el día, creo y descreo, celebro y lamento este tiempo nuestro y este mundo que nos ha tocado. Cada tiempo tiene su contratiempo, es verdad, pero también es verdad que cada cara contiene su contracara. La contradicción es el motor de la vida: de la vida humana y de todas las otras vidas.
Asumir eso me ayuda a no arrepentirme de mis tristezas, de mis bajones, de mis malas músicas: ellas son partes inseparables de mí.
David Duarte, Bogotá, Colombia
¿Cómo ve el mundo y el estado de la sociedad actual? ¿Cree usted que puede llegar a ponerse de pie el mundo al revés? ¿Qué cree que hace falta para que se produzca un cambio trascendental en cada uno de los habitantes de este planeta?
No sé, no creo en las fórmulas mágicas. Simplemente sé, por experiencia, que vale la pena que la gente se una para pelear juntos por las cosas en las que vale la pena creer. De a uno, solitos, poco o nada podemos hacer. Y más, te digo: no hay que desalentarse tan fácilmente. Si las cosas no salen como uno quisiera, bueno, hay que aprender el arte de la paciencia, hay que aceptar que la realidad cambia al ritmo que ella quiere, y no al que uno decide que ella debe cambiar. "Si la realidad no me obedece, no me merece", dicen, o al menos creen, algunos intelectuales. Yo no.
Alexandra, Colombia
¿Qué hacer ante la desazón y la impotencia después de leer sus escritos? ¿Qué soluciones usted plantea a la dominación y explotación que hemos sufrido desde siempre?
Yo no vendo recetas de la felicidad, y te recomiendo que no creas en los bandidos que las venden. Tampoco creo en los dogmáticos religiosos o políticos que venden certezas. Para mí, las únicas certezas dignas de fe son las que desayunan dudas cada mañana.
Manuel Burgos, Albuquerque, EE.UU.
Si hoy entrara en una máquina del tiempo, y ésta lo llevara cien años hacia el futuro, ¿qué cree que encontraría al salir de ella?

No tengo la menor idea, ni quiero tenerla. Cada vez que una gitana se me acerca, y me atrapa la mano para leerme el futuro, le pido que por favor no cometa esa crueldad. Lo mejor que tiene el futuro es que tiene mucho misterio.

La izquierda de Galeano

Jairo Zabala, Caracas
¿Qué es para usted la izquierda? Acaso esa dicotomía de izquierda versus derecha no caducó en la década del 70? ¿Hasta cuándo el mal de muchos será culpa de unos pocos "malvados"? ¿Hasta cuándo seguirá vendiendo la victimización cómo táctica para la transformación social?

La culpa es de todos, nos dicen los culpables de que las relaciones humanas se hayan envenenado y los culpables de que nos estemos quedando sin planeta. Razón tenía doña Concepción Arenal, mujer luminosa, que se recibió de abogada disfrazada de hombre, con doble corsé, y tuvo el coraje de decir lo que los hombres decían, allá por los mediados del siglo XIX: "Si la culpa es de todos, es de nadie. Quien generaliza, absuelve".
Liliana Lainfiesta, Guatemala
Estoy de acuerdo con todos los males del capitalismo que el distinguido escritor desvela, pero, ¿qué hay de los males del socialismo? ¿Cuál sería la mejor vía para un desarrollo más humano?
El siglo XX divorció la justicia y la libertad. La mitad del mundo sacrificó la justicia en nombre de la libertad, y la otra mitad sacrificó la libertad en nombre de la justicia. Esa fue la tragedia del siglo pasado. El desafío del siglo presente consiste, creo, en unir a esas hermanas siamesas que han sido obligadas a vivir separadas. La justicia y la libertad quieren vivir bien pegaditas.
Hugo Sosa Ferreyra, Playa del Carmen, México
¿Como hacer que el mundo entienda la diferencia entre la verdadera izquierda identificada con el pueblo, de la demagoga, como la burocracia soviética o cubana?

Cada cual lo entiende a su modo y manera, y a su modo y manera actúa. Yo soy muy respetuoso de las ideas y de las vidas de los demás.
Ricardo Miranda, Montreal, Canadá
¿No cree usted que las palabras "pobre" y "gratis" han creado una mentalidad resignada en las gentes deprimidas puesto que, por esperar todo gratis de "papá gobierno" hacen muy poco o nada por superar sus condiciones de vida y prefieren seguir viviendo en la pobreza?
La caridad puede producir, a veces, algo de eso. La caridad es vertical, da limosnas, siembra malas costumbres, como la holgazanería. Además, es humillante. Como dice un proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe. Pero las relaciones de solidaridad, que son horizontales, generan respuestas completamente diferentes.

Galeano, el escritor

Eduardo GaleanoAlejandra, Rosario, Argentina
Siempre me pregunté cómo hace para encontrar combinaciones tan felices de palabras, palabras que uno escuchó (y escribió) cientos de veces, y que cuando usted las junta parecen un idioma nuevo.

Gracias mil por el piropo. Sólo puedo decirte que ninguna hada visitó mi cuna. No tengo más talento que el que proviene de la experiencia: el mucho trabajo que cada día me tomo persiguiendo palabras que huyen.
Oscar González, Campeche, México
A casi 40 años de "Las Venas Abiertas de América Latina", ¿ha pensado en escribir una segunda parte?

En realidad, todos escribimos un solo libro, que va cambiando y se va multiplicando a medida que la vida vive y el escritor escribe. Para mí, "Las venas" fue un puerto de partida, no un puerto de llegada. Desde ahí, creo, multipliqué mi visión del mundo.
Juan Francisco De León, Tepoztlán, México
¿Qué opinión le merece el libro "Manual del perfecto idiota latinoamericano" y su intento por refutar lo expuesto por usted en "Las venas abiertas de Ámerica Latina"?

No tengo opinión, pero sólo puedo desear lo mejor a los autores de ese libro: que dentro de cuarenta años, su obra esté tan viva que otros autores escriban un libro para atacarla.
Ray Edson Hurtado Romero, Cochabamba, Bolivia
A lo largo de estos últimos años, ¿ha visto usted alguien (o un colectivo) que le siga la posta, que de algún modo continúe una obra como la suya?
Somos todos gotitas de algún río, brisas de un viento que no acaba cuando la propia vida acaba, pedacitos nomás, momentitos apenas, y no más que eso: no creo en otra inmortalidad más que en esa. Uno sobrevive en los demás: en la memoria y en los actos de los demás. Y uno no conoce a esos anónimos autores de la continuidad más allá de la muerte.

Chávez le regala a Obama el libro "Las venas abiertas de América Latina" en la Cumbre de las Américas

Chávez le regala a Obama el libro "Las venas abiertas de América Latina" de Eduardo Galeano

viernes, 25 de diciembre de 2009

opera italiana con voz atzeca

MÚSICA-MÉXICO: Ópera italiana con voz azteca
Por Emilio Godoy

MÉXICO, 23 dic (IPS) - La ópera "Motecuhzoma II", escrita por el italiano Antonio Vivaldi (1678-1741) y adaptada por el músico mexicano Samuel Maynez, rescata la visión del mundo indígena ante la versión eurocéntrica.

"Se busca dar un espacio a la réplica indígena a la conquista. Se intenta un rescate de la cosmoacústica mesoamericana merced al uso de las verdaderas lenguas que resonaron durante la confrontación de culturas y a la yuxtaposición de instrumentos musicales prehispánicos en la orquestación vivaldiana", explicó a IPS Maynez, profesor del Conservatorio Nacional de Música de México.

Vivaldi escribió la partitura en 1733 a partir de un libreto de su coterráneo y coetáneo Alvise Giusti (1709-1766), el cual narra la historia del emperador azteca Moctezuma y su hija Teutile, quien se enamora de un hermano de Hernán Cortés, el conquistador español del territorio que hoy ocupa México.

Máynez, quien ha tocado en prestigiosos teatros como la Scala de la ciudad italiana de Milán, el Lincoln de Miami y el mexicano Palacio de Bellas Artes, se basó en una copia del manuscrito original para crear una ópera de tres actos, de más de dos horas de duración y que incluye diálogos en náhuatl, la lengua de los aztecas, maya y español del siglo XVI e instrumentos musicales prehispánicos.

La puesta en escena, estrenada el fin de semana pasado en México y patrocinada por instituciones mexicanas e italianas, reunió a intérpretes locales y del país europeo. La orquesta fue dirigida por Francesco Fanna, director del Instituto Italiano Antonio Vivaldi, y participó también el grupo de cuerdas italiano Sonatori de la Gioiosa Marca.

"El país está en grado de refutar el monólogo histórico dándole voz a sus propios forjadores. Vivaldi no innova desde el punto de vista musical, empero, es un pionero en el acercamiento a un personaje del México antiguo", señaló Maynez, un violinista que estudió en la estadounidense Universidad de Yale y en el Conservatorio Verdi, de Milán.

El manuscrito de Vivaldi, autor entre otras obras centrales de la música universal de "Las cuatro estaciones", permaneció extraviado entre 1733 y 1945, cuando un tanque del ejército ruso trasladó de Alemania a la ciudad soviética de Kiev, hoy capital de Ucrania, unos cofres con obras de arte expoliadas por los nazis.

La leyenda detrás del texto es digna de toda obra perdida. A inicios de esta década, unos académicos de la estadounidense Universidad de Harvard lo descubren en el Conservatorio de Kiev y el documento retorna a la Academia Coral de la localidad alemana de Berlín.

Si bien Vivaldi no tuvo un contacto directo con el continente americano, sus antecesores los hermanos Ugolino y Vadino Vivaldi, originarios de la ciudad italiana de Génova, navegaron, mucho antes que lo hiciera Cristóbal Colón, en busca de una ruta más corta hacia lo que llamaban entonces las Indias Orientales.

"El padre rojo", como se le conoció al artista italiano por el color de su pelo, escribió unas 90 obras musicales, de las cuales entre 30 y 40 están desaparecidas, sobre todo óperas. Asimismo, las óperas barrocas escritas en México durante el siglo XVIII tuvieron el mismo destino.

"Motecuhzoma II", sobre la cual Maynez empezó a trabajar en 2005 y cuya representación costó unos 300.000 dólares, plantea la unión artística que simboliza dos mundos en antagonismo constante y constituye la primera aproximación de un europeo a un personaje de la historia de México. En su versión, el artista mexicano "corrige" el original para dar voz al pueblo azteca.

Con motivo de que el año próximo México celebra los dos siglos de su independencia de España, es posible que la ópera sea montada en otros sitios de esta nación norteamericana. Además, no se descarta su exhibición en Europa.

"Encontré mucha aceptación en Italia, les ha interesado la propuesta", indicó Maynez, un músico especialista en Vivaldi y a quien ha interpretado muchas veces.

"A Vivaldi le debo mucho, le debo que me haya aligerado muchas horas de mi infancia", recordó.

En 2007, un grupo de músicos alemanes y mexicanos realizó otra puesta en escena de la ópera, pero sin las readecuaciones emprendidas por Maynez.

Actualmente, el violinista mexicano labora en la recuperación de las obras de Ignacio Girosaleme, un hasta ahora ignoto músico italiano que vivió y murió en México, y que serás publicadas próximamente. (FIN/2009)

Fwd: consume y seras feliz?

miércoles 23 de diciembre de 2009

¿Consume y serás feliz?

Ernesto Carmona

La ausencia de noticias reales recrudece en los medios comerciales en vísperas de Navidad, mientras intensifican la propaganda sobre un supuesto "fin de la crisis" fundado en el afán de compras banales inculcado en los pueblos. Los "contenidos informativos" están saturados de ofertas navideñas disfrazadas de noticias chatarra, por ejemplo las últimas "novedades" tecnológicas que deberían regalarse a los seres queridos o dónde se pueden comprar gangas para los regalones.

La parafernalia comercial contrasta con la historia legendaria del nacimiento del Niño Jesús alumbrado por María en un modesto pesebre. El patrimonio familiar sólo era el burrito de José, pero hoy la meta universal es regalarse un sofisticado "burrito" japonés cero kilómetro, no importa que contamine el ambiente.

En todos los países resuena la misma consigna mediática: "salgan a comprar y sean felices (antes que se acabe la mercancía)". Las chimeneas echan humo y gases fabricando juguetes, pinturas tóxicas y toda clase de objetos ornamentales sintéticos que pronto se convertirán en basura. Esto ocurre "aquí y en la quebrada del ají". Es una pandemia mundial.

Pero en los noticiarios de TV no hay espacio para explicar cómo y por qué fracasó tristemente la cumbre de Copenhague sobre cambio climático, ni la manipulación de sus acuerdos hecha por los países industrializados, los mismos que destruyen el planeta liderados por EEUU. El fin del mundo ya no es una amenaza de Nostradamus o una profecía más. Es un hecho real, no del futuro sino del presente. Una prueba flagrante es esta Navidad fría en EEUU y Europa, con 20 grados bajo cero. Allí también hay pobres que son los primeros en morir congelados.

La TV logró que todos conozcan los nombres de los Simpson y sepan dónde y qué comprar para estas navidades. Y pocos saben de qué tratan los acuerdos de Kyoto de 1997 que el gran capitalismo sepultó en Copenhague 2009. La TV infla "la propuesta" del guerrero Obama, un saludo a la bandera para "congelar" en dos grados el aumento de la temperatura global (que probablemente tampoco se cumplirá), pero oculta que no se permitió hablar a los líderes de 170 países no industrializados, relegados al rol de meros "oyentes" pobres, con la excepción de Evo Morales y Hugo Chávez, que dijeron sus verdades.

Los grandes medios no informan sobre problemas reales, sino que saturan con propaganda y noticias basura o banales. Por tanto, la gente no debería comprar tantas tonterías, atender menos la pantalla chica e informarse mejor apoyando los nuevos medios independientes, no comerciales o públicos.

martes, 22 de diciembre de 2009

UN POCO MAS DE LA REFORMA AL CODIGO CIVIL DEL DF

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF, Congreso local de la capital mexicana) aprobó una reforma a la Ley al Código Civil para permitir el matrimonio entre homosexuales, con la posibilidad de que podrán adoptar niños.

La iniciativa de ley, aprobada en lo general y en lo particular, incluye reformas a seis artículos de ese Código, en especial el 146, para que en lugar de establecer que "el matrimonio es la unión libre entre un hombre y una mujer", señale que es la "unión libre de dos personas".

La propuesta adoptada, que fue impulsada por los partidos de la izquierda, que son mayoritarios en la ALDF y en el gobierno de la ciudad, fue aprobada por 39 votos a favor, 20 en contra y 5 abstenciones.

Esas reformas deberán ser ratificadas por el alcalde capitalino, Marcelo Ebrard, la semana entrante, y entrarán en vigor una vez publicadas en la Gaceta del Distrito Federal, donde quedarán promulgadas.

De ser así, a partir del primer trimestre de 2010 podrán celebrarse los primeros matrimonios entre personas del mismo sexo en la capital mexicana.

Este nuevo reconocimiento legal a las parejas del mismo sexo no existe aún en otro país de América Latina, mientras en el mundo sólo están autorizados ese tipo de matrimonios en Suecia, Sudáfrica, Noruega, Holanda, España, Canadá y Bélgica.


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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

LA POBREZA RENTABLE

Miguel Romero

19 de diciembre de 2009

Llega la Navidad y su estribillo de paz y flácida preocupación por los y las desheredadas. Una canción transformada en 'grandes éxitos' por puestas en escena internacionales como el show de la última cumbre contra el hambre en el mundo de Roma, en noviembre. Es una oportunidad para analizar los mimbres de "la lucha contra la pobreza".

Con la proclamación de los Objetivos del Milenio por las Naciones Unidas en el año 2000, la "erradicación de la pobreza" entró en la agenda política internacional. ¿Y qué? Pues lo que llevamos padeciendo desde entonces: una avalancha ininterrumpida de discursos y compromisos gaseosos de quienes deciden el contenido real de esa agenda y un seguimiento a veces bienintencionado, a veces cómplice, de la 'sociedad civil'. "Hay una idea conductora sincera o falsamente común a todos: la idea de que el peor de los males del mundo es la pobreza, y que por tanto la cultura de las clases pobres debe ser sustituida por la cultura de las clases dominantes", decía P. P. Pasolini.

Haro Tecglen definió los Objetivos del Milenio como "increíbles e indecentes". Que son 'increíbles' se demuestra en las pruebas repetidas de su incumplimiento, aún más abundantes desde que se instaló la crisis capitalista global. Que son 'indecentes' puede verificarse, por ejemplo, leyendo que se llama "erradicar el hambre" a reducir a la mitad el porcentaje de hambrientos a 15 años vista, hambrientos a los que, a la vez, se aseguraría "empleo productivo y trabajo digno". Cuando se tiene la capacidad de incumplir compromisos impunemente, da igual caer en contradicciones flagrantes.

El discurso dominante en las ONG sitúa el problema en que la voluntad política para luchar contra la pobreza es "insuficiente"; en consecuencia, el objetivo de la 'sociedad civil' debería ser presionar sobre los gobiernos para incrementarla. Es una propuesta tan inútil como desorientadora. La cuestión central está en que, para sus agentes fundamentales de la 'voluntad política' -los gobiernos de los países del Centro, el sistema de la ONU, incluyendo particularmente al FMI y al Banco Mundial,...- el objetivo no es "erradicar la pobreza", sino gestionarla de acuerdo con los principios del mercado, es decir, rentabilizarla.

Por tanto, no se trata de convencer a quienes hacen y dirigen las 'reglas del juego' para que las mejoren, sino de cambiar radicalmente de reglas y de 'juego'. Y para eso, no vale el lobby de despacho, en el que normalmente influye más el que se sienta en la silla más grande, sino promover movimientos sociales críticos, autónomos de los poderes establecidos y, por esa razón, capaces de crear alternativas.

Nada rentable

Veamos el problema desde otro enfoque. Se considera habitualmente que una de las consecuencias perversas de la pobreza es la "exclusión social". Pero éste es un término equívoco. Es verdad que las personas pobres sufren exclusión de derechos políticos y sociales fundamentales y de los medios precisos para satisfacer necesidades básicas en alimentación, salud, enseñanza, etc. Pero no es verdad que estén excluidas del mercado, que es finalmente la institución que rige nuestro mundo.

El mercado no excluye a nada ni nadie potencialmente rentable. Y las personas pobres, más de la mitad de la población mundial, lo son en grado sumo. Trabajan en condiciones indignas, pero muy productivas para las empresas que los emplean cuando y como quieren, y por salarios miserables. Se les despoja a conveniencia de sus tierras, al servicio, por ejemplo, de la compra a precio de saldo de tierras cultivables africanas por corporaciones y fondos de inversión que practican, parafraseando a David Harvey, el "imperialismo por desposesión". Se les introduce en los circuitos de consumo solvente, por ejemplo, por medio del astuto proyecto del gobierno brasileño de regalar móviles a los once millones de beneficiarios del programa asistencial Bolsa Familia, con un saldo de siete reales (2,7 euros) mensuales. "El Gobierno asegura que, con este plan, las operadoras lograrían expandir el sistema de telefonía móvil, que ya ha llegado cerca del límite. Las empresas basan sus expectativas de beneficio en que las familias acabarán superando el consumo de siete reales al mes, pudiendo llegar hasta los 12, casi cinco euros" (El País, 11/11/2009). Y en fin, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), destinada teóricamente a las personas pobres, movilizó el año 2008 unos 80.000 millones de euros de fondos públicos. Obviamente, el mercado orienta estos fondos hacia el beneficio de las corporaciones transnacionales con inversiones y negocios en los países del Sur.

La cooperación al desarrollo funciona así como un mecanismo perverso de inclusión de las personas pobres en el mercado mundial. Hay que tenerlo en cuenta cuando, por ejemplo, el presidente Zapatero se presenta como "líder de la ayuda internacional", un argumento que escucharemos mil veces durante la próxima presidencia europea. El fundamento de ese liderazgo estaría en el avance -muy dudoso, por cierto- hacia el mítico 0,7%, una espuma que oculta a quien no quiere verlo, el uso que se hace de la AOD. En ese uso, por cierto, hay que incluir espectáculos millonarios, a cargo de ONG sumisas, destinados a dar cobertura a las operaciones más reaccionarias de la diplomacia española: la llamada Coalición de Madrid (nacida en diciembre de 2008, promovida por la ONG española Asamblea de Cooperación por la Paz y el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuya última reunión fue en octubre pasado). Una agresión directa en nombre de la 'paz' y la 'diplomacia ciudadana' (sic) contra la mayoría de las organizaciones sociales palestinas y las israelíes solidarias con ellas, es el ejemplo más reciente.

Puertas para empresas

En general, el uso de la AOD está hoy determinado por las 'Alianzas Público-Privadas', que han abierto de par en par a las empresas las puertas de los fondos públicos de la cooperación española, con el apoyo entusiasta de la corriente mayoritaria en las ONGD, sometida a 'la cultura de las clases dominantes'. No es extraño, y es significativo que las críticas consistentes a la política de cooperación española vengan fundamentalmente de fuera del sector ONGD, como ha ocurrido recientemente con las críticas de la campaña Quién debe a Quién a la reforma del FAD. En realidad, el mejor criterio para juzgar la calidad de una ONGD es saber cuáles son sus relaciones y alianzas prioritarias; las ONGD comprometidas efectivamente en la acción solidaria están junto a los movimientos sociales, aunque tengan que asumir los riesgos y los esfuerzos de remar contra la corriente.

"Somos la primera generación que puede acabar con la pobreza", dice un bobo eslogan de moda, que sirve como estribillo de canciones de protesta-light coreadas dentro de lo que Isaac Rosa ha llamado las "adhesiones fofas" contra la pobreza. Pero la capacidad de acabar con la pobreza no depende de avances tecnológicos o del volumen del PIB mundial. La historia de nuestra época puede leerse como una sucesión de luchas emancipatorias contra el capitalismo y el colonialismo de generaciones de las gentes 'de abajo', que quisieron y pudieron acabar con la explotación, y por tanto, con la pobreza, pero fueron derrotadas. Vencieron las 'clases dominantes', el capitalismo, o si se quiere los ricos, o también 'la riqueza'. ¿Para cuando una "Alianza contra la Riqueza"?

Miguel Romero
Militante de Izquierda Anticapitalista y editor de la revista 'Viento Sur'

Este artículo ha sido publicado en Diagonal, nº 115, diciembre de 2009



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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo