Muere premio Nobel de literatura José Saramago
MADRID (AP) - José Saramago, el primer escritor portugués que llegó a ganar un Nobel de Literatura aunque su popularidad en su país quedó empañada por su inquebrantable apoyo al comunismo y su actitud franca, murió el viernes. Tenía 87 años.
Saramago falleció en su casa en Lanzarote, Islas Canarias, debido a una insuficiencia de múltiples órganos tras una larga enfermedad, dijo la Fundación José Saramago.
"Murió en compañía de su familia, diciendo adiós de un modo sereno y plácido", según la fundación.
Saramago fue un hombre franco y a veces irritable que contrarió a muchos. Tras una confrontación pública con el gobierno portugués en 1992, se mudó a Canarias, donde vivió desde entonces.
Sin embargo, su Nobel de 1988 fue ampliamente celebrado en el país porque hasta entonces se había eludido a los escritores de su lengua, hablada por unos 140 millones de personas alrededor del mundo.
"La gente solía decir de mí: 'Es bueno, pero es un comunista'. Ahora dicen: 'Es un comunista, pero es bueno'", expresó a The Associated Press en una entrevista en 1998.
El primer ministro portugués José Sócrates dijo que Saramago fue "una de nuestras grandes figuras culturales y su desaparición ha empobrecido nuestra cultura".
Nacido el 16 de noviembre de 1922 en el poblado de Azinhaga, cerca de Lisboa, Saramago se crió en la capital. De familia pobre, no llegó a terminar la universidad pero continuó estudiando a tiempo parcial mientras trabajaba como obrero metalúrgico.
Su primera novela se publicó en 1947, "Tierra de pecado", y trata sobre campesinos que atraviesan una crisis moral. El libro se vendió mal, pero le dio a Saramago el suficiente reconocimiento como para obtener un empleo en una revista literaria.
Sin embargo, durante los 18 años siguientes Saramago sólo publicó unos cuantos libros sobre viajes y poesía mientras trabajaba como periodista.
"Supongo que llegué a la conclusión de que no tenía nada que contar", dice de aquel período.
Volvió a escribir ficción tras el derrocamiento de la dictadura de cuatro décadas impuesta por Antonio Salazar en un golpe militar en 1974.
El aplauso de la crítica internacional llegó tarde en su vida, empezando con su fantasía histórica de 1982 "Memorial del convento", que se publicó en inglés en 1988 como "Baltasar y Blimunda".
La historia transcurre en la época de la Inquisición y explora la batalla entre los individuos y la religión organizada, recogiendo el recurrente tema de Saramago de la lucha del ser solitario contra la autoridad.
El relato recuerda un acalorado enfrentamiento que Saramago tuvo con el subsecretario de estado para la cultura, Antonio Sousa Lara, unos años antes y que llevó al escritor a mudarse a las islas españolas.
Sousa Lara retiró el nombre de Saramago de los postulados portugueses al Premio Europeo de Literatura. Dijo que su novela de 1991 "El evangelio según Jesucristo", en la que Cristo vive con María Magdalena e intenta evadir su crucifixión, ofendió las creencias religiosas de los portugueses y dividió al país de mayoría católica.
Saramago, indignado, acusó al gobierno de censura.
Saramago a menudo se encontró nadando contra la corriente de la opinión popular. La afiliación de Portugal a la Unión Europea es considerada en general como algo positivo en este país.
Pero no para Saramago.
"Antes que nada soy portugués, luego ibérico, y entonces, si se me antoja, europeo", le dijo alguna vez a la AP.
Desde la década de 1980 Saramago fue uno de los escritores contemporáneos más exitosos de Portugal. Sus trabajos se han traducido a más de 20 idiomas.
Pero él nunca cortejó el tipo de fama ofrecida por los premios literarios y su franqueza podía a veces ofender.
"Soy escéptico, reservado, no hablo efusivamente, no me la paso sonriendo, abrazando a la gente y tratando de hacer amigos", declaró.
En 1998 dijo que su libro "Ensayo de la ceguera" versaba sobre "una ceguera de racionalidad". Ese libro, que en el 2008 fue llevado al cine en una película protagonizada por Mark Ruffalo y Julianne Moore, la población de una ciudad no especificada sufre una enfermedad misteriosa que nunca se explica. Las fragilidades de la sociedad saltan a la vista cuando se produce un colapso general de la infraestructura.
"Somos seres racionales, pero no nos comportamos racionalmente. Si lo hiciéramos, no habría hambre en el mundo", expresó.
Esa compasión y ansiedad por la distorsión de las prioridades en la sociedad moderna es evidente en todas sus obras y también muestra su perdurable inclinación hacia el Partido Comunista.
A menudo se le comparó con el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez y su estilo narrativo fue descrito como realismo teñido con misticismo latinoamericano, particularmente por su técnica de enfrentar personajes históricos con personajes ficticios.
El crítico portugués Torcato Sepúlveda dijo que Saramago exitosamente "buscó reconciliar el racionalismo de su visión materialista con la riqueza de su estilo barroco".
Otros estaban en desacuerdo y decían que Saramago era demasiado intelectual y que su ritmo narrativo a menudo se diluía en la monotonía, o que su limitado uso de signos de puntuación confundía al lector.
Saramago tenía un remedio: "Les digo que lean mis libros en voz alta y entonces agarrarán el ritmo, porque esto es 'oralidad escrita'. Es la versión escrita del modo en que la gente se cuenta cuentos entre sí".
Saramago se caracterizó por sus travesuras históricas y literarias.
En "Historia del cerco de Lisboa", de 1989, un corrector inserta maliciosamente la palabra "no" a un texto sobre la captura de la capital portuguesa de los moros en el siglo XII, alterando de ese modo el curso de la historia de Europa.
En su libro de 1986, "La balsa de piedra", la península ibérica se separa del resto del continente europeo y flota hasta el norte del Atlántico, quizás en una metafórica de su búsqueda de identidad lejos de la naturaleza estandarizadora de la UE.
Sobreviven a Saramago su esposa, la periodista española Pilar del Río, y una hija de su primer matrimonio.
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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
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