Rebanadas de Realidad - Buenos Aires, 15/08/11.-
Exactamente 40 años atrás el dólar estadounidense, la última de las
monedas de reserva mundial acordada en el tratado de Bretton Woods,
dejó de tener respaldo oro ante la decisión anunciada por el entonces
presidente de los Estados Unidos de América, Richard Milhaus Nixon,
frente a la crisis que vivía el país tras la derrota en Vietnam y la
política monetaria impulsada por el presidente de Francia, Charles De
Gaulle.
El 15 de agosto de 1971 Nixon anunció oficialmente el fin del sistema
de patrón oro en la política monetaria internacional, acordado en la
conferencia de Bretton Woods (New Hampshire, EUA), entre el primero y
el 22 de julio de 1944, cuando se acercaba el fin de la Segunda Guerra
Mundial, y mediante el cual dos monedas de reserva con respaldo
metálico, el referido dólar y la libra esterlina del Reino Unido, se
convertían en el eje de todas las transacciones internacionales.
Esa noche de mediados de agosto, tras haberse asesorado con el
secretario del Tesoro, John Connally, y con el subsecretario de
Asuntos Monetarios, Paul A. Volcker y algunos otros colaboradores,
Nixon hizo saber al mundo que de ahí en más la moneda estadounidense
iba a flotar libremente, convirtiéndose tan sólo en un activo
fiduciario, lo que provocó el pánico en todo el mundo que veía como el
todopoderoso país que en 1896 se había convertido en la primera
economía planetaria comenzaba a hacer agua.
En el pueblo rural de Bretton Woods 27 años antes se habían reunido
730 representantes de 44 países en la sede del Hotel Mount Washington,
entre los que se contaron personajes tan notables como John Maynard
Keynes, en representación del RU, Harry Dexter White, por los EUA, y
Henry Morgenthau, por Noruega, mientras entre otros latinoamericanos
participó el mexicano Víctor Urquidi, en tanto la Argentina se mantuvo
al margen de todo ello hasta agosto de 1956 cuando la incorporó la
golpista "Revolución Libertadora" bajo la gestión de Pedro Eugenio
Aramburu.
Fue de allí que surgieron el Banco Internacional de Reconstrucción y
Fomento (BIRF, comúnmente llamado Banco Mundial) y el Fondo Monetario
Internacional (FMI), a cuya adhesión se negó a lo largo de todo su
gobierno el presidente Juan Domingo Perón como ya lo había hecho, bajo
la inspiración de éste, su antecesor, Edelmiro Julián Farrell.
El sistema de "cambio patrón oro" de Bretton Woods no pudo seguir
mucho tiempo como tal ya que el 19 de septiembre de 1949, bajo el
gobierno del laborista Clement Attle el Reino Unido devaluó su moneda
alrededor de un 40 por ciento y abandonó la convertibilidad metálica
dejando sólo al dólar estadounidense como referente de aquellos
acuerdos, aunque hubo países que siguieron con su propia moneda
respaldada en oro como Suiza, durante algunas décadas más.
Pero las políticas militaristas de los EUA tenían su costo y éste se
fue acrecentando con el tiempo generando fuertes déficits fiscales,
como sucede hoy mismo lo que lo han convertido en el país más
endeudado del mundo al adicionar a las erogaciones bélicas un
consumismo generador de saldos de intercambio comercial crecientemente
negativos todo lo cual ha venido siendo sostenido con la emisión de
títulos del Tesoro que hoy están en poder de China, Japón, el Reino
Unido, Arabia Saudita, Corea del Sur, el Brasil y otros países
acreedores de la primera potencia mundial.
La guerra de Vietnam, entre 1964 y 1975, en la que los EUA fueron
derrotados, causó en su momento grandes desajustes como hoy sucede con
las ocupaciones de Irak y Afganistán y el mantenimiento de unas 800
bases militares en todo el mundo y a ello se sumó que el general
Charles De Gaulle lanzó su propuesta de restablecimiento del patrón
oro y Francia comenzó a cambiar todas sus reservas monetarias por ese
metal castigando las tenencias del mismo que los EUA poseían en Forth
Knox, cosa que continuó aún después de que De Gaulle dejase la
presidencia en 1969.
Así fue como las reservas de oro estadounidenses bajaron de 20.000 a
8.000 toneladas y aún esta cifra estaba puesta en dudas por algunos
economistas como Henry Hazlitt, que pedía la devaluación del dólar,
algo compartido por el Premio Nobel Paul Samuelson, quién recomendó
esa medida durante la semana previa a la decisión de Nixon, pero el
presidente pidió consejo a Milton Friedman, el famoso monetarista,
quién le recomendó abandonar el compromiso de Bretton Woods.
Consejo de Friedman en mano, Nixon conversó con Connally, Volcker y
otros de su gobierno y en la noche del 16 de agosto de 1971 le hizo
saber al mundo que los EUA no iban a seguir entregando sus reservas
metálicas para que le devolviesen su papel moneda, así la
convertibilidad oro-dólar estadounidense se terminó y éste, cuyo
nombre está heredado del viejo thollar vikingo, se mantuvo a lo largo
de cuatro décadas como una moneda sostenida en la credibilidad social
de la solvencia del país, hoy puesta seriamente en dudas.
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(*) Periodista, historiador graduado en la Facultad de Filosofía y
Letras (FyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente en la
Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA en "Historia Económica
Argentina" y subdirector de la carrera de "Periodismo económico" y
colaborador de la cátedra de grado y de la maestría en "Deuda
Externa", de la Facultad de Derecho de la UBA. Asesor de la Comisión
Bicameral del Congreso Nacional para la Conmemoración del Bicentenario
1810-2010.
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Redacción: redaccion@rebanadasderealidad.com.ar
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