por Craig TorresBloomberg News
20 de agosto, Washington, D.C. – Los responsables de las políticas de la Reserva Federal estadounidense, quienes hace apenas dos semanas declararon que la inflación era el desafío más importante, han sido obligados a reconocer que la estabilidad en los mercados financieros se convirtiera en el disparador de los cambios en las tasas de interés.
Al bajar la llamada tasa de descuento y emitir una declaración en la que se aceptaban las amenazas a la economía, los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto acabaron con el comentario de su reunión del pasado 7 de agosto. Algunos economistas describen el cambio de 180 grados, luego de meses de asegurar que el problema de las hipotecas de alto riesgo estaba bajo control, como el primer error serio del presidente Ben S. Bernanke desde que asumió el cargo el año pasado.
"Fue un error de novato", dijo Kenneth Thomas, profesor auxiliar de finanzas de Wharton Schoool, de University of Pennsylvania. La Fed "subestimó las necesidades de liquidez" de los inversionistas y la "lluvia" provocada por la recesión en la vivienda, y agregó, "eso demuestra la diferencia entre haber aprendido en los libros y haberlo hecho en la vida real".
Bernanke, antiguo presidente del departamento de economía de Princeton University, ha elevado la importancia de los pronósticos en la política de la Fed, en lugar de acumular cientos de pistas que proveían de docenas de indicadores del mercado, como lo hacía su predecesor, Alan Greenspan.
Los pronósticos de la Fed demostraron que continuaría un crecimiento "moderado", y que la inflación seguiría siendo el mayor peligro. El colapso del crédito ha socavado esta posición, y es posible que Bernanke reduzca la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual en la reunión del Comité Federal del próximo 18 de septiembre, o antes, dijeron los analistas.
"A veces, la dinámica cambia con gran rapidez", dijo Laurence Meyer, antiguo gobernador de la Fed, quien votó a favor de tres reducciones de tasas en 1998, luego de las caídas de las divisas de Asia, Rusia y Latinoamérica. El cambio de Bernanke "nos dice lo difícil que es traducir la turbulencia financiera en un pronóstico macroeconómico".
El 17 de agosto, la Fed disminuyó la tasa de descuento, es decir, lo que cobra a los bancos cuando les otorga créditos directos, en medio punto porcentual, hasta 5.75%, en un esfuerzo por aumentar la liquidez en los créditos y en el mercado de bonos de largo plazo.
La solicitud inicial del movimiento vino de los bancos de distrito de la Fed en Nueva York y San Francisco, encabezados respectivamente por Timothy Geithner y Janet Yellen, ambos antiguos funcionarios del gobierno de Clinton, quienes enfrentaron la crisis de las divisas de 1997-1998. El Consejo de Gobernadores de la Fed en Washington es dominado por personas con antecedentes académicos.
Meyer, vicepresidente de Macroeconomic Advisors, una firma con sede en Washington, recomendó, antes de la reunión del Comité del pasado 7 de agosto, que los responsables de las políticas dejaran de describir la inflación como el mayor riesgo. Al decir que los riesgos al crecimiento y la inflación eran aproximadamente iguales, el banco central se habría dado a sí mismo un mayor margen de maniobra, en caso que los mercados, que ya se debilitaban, siguieran deslizándose, dijo.
En su declaración de hace tres días, el Comité dijo que "los riesgos en contra del crecimiento se han elevado de manera apreciable" debido a los trastornos en los mercados. Los funcionarios abandonaron además la predicción de una expansión "moderada", y no se mencionó la inflación.
Al tiempo que dejó en 5.25% la tasa de referencia, el panel dijo "estar preparado para actuar en la medida necesaria para mitigar los efectos adversos sobre la economía".
Después del anuncio, las acciones tuvieron un rally, aunque los mercados del crédito permanecen inestables. El índice 500 de Standard and Poor's aumentó 2.5%, en su mayor avance en cuatro años.
El lunes, ese índice tuvo un cambio marginal de 0.1% a la baja.
"La Fed tiene un sesgo hacia la reducción de las tasas, pero dictado directamente por las condiciones económicas", dijo Stephen Stanley, economista en jefe de RBS Greenwich Capital Markets en Greenwich, Connecticut. "Se trata de una cuestión de mercados financieros, que trasciende a la economía".
La decisión de mantener sin cambio por ahora la tasa de referencia mismo día podría ser un signo de que el banco central sigue preocupado por verse como un fiador de las decisiones equivocadas de las instituciones financieras y de los inversionistas en cuanto al mercado hipotecario. El 15 de agosto, William Poole, presidente de la Fed en Saint Louis, dijo en una entrevista que sólo una "calamidad" justificaría un recorte de las tasas entre dos reuniones programadas del Comité.
"Ellos saben lo que hacen" al haber mantenido el sesgo antiinflacionario en la reunión del 7 de agosto, dijo Robert McTeer, antiguo presidente de la Fed en Dallas. "No estoy de acuerdo, pero creo que hicieron un gran esfuerzo por no tener un put de Bernanke. Tuvieron muchas presiones para no hacerlo. No era realista".
Los corredores y economistas utilizan el término "put de Greenspan" para describir la prioridad que el anterior presidente de la Fed daba a la estabilidad de los mercados financieros. Un put da el derecho, pero no la obligación, de vender un valor, una divisa o un commodity dentro de un periodo determinado y sirve para amortiguar caídas fuertes en los valores de los títulos.
Luego del crash de los mercados de valores de 1987, Greenspan proporcionó gran liquidez, al tiempo que fue uno de los arquitectos que diseñaron un plan de rescate para México tras la devaluación del peso en 1994. En 1998, la Fed también ayudó a supervisar el rescate del fondo de cobertura Long Term Capital Management, y redujo las tasas de interés en 0.75 puntos porcentuales en tres movimientos separados, a fin de amortiguar las consecuencias de los trastornos financieros globales.
Los antiguos funcionarios de la Fed dijeron que es difícil que los banqueros centrales puedan juzgar cuándo deben abandonar sus pronósticos, a los que con frecuencia llegan después de meses de cálculos y debates internos.
Con la acción del viernes, Bernanke y sus colegas "entraron" y "tratan de alcanzar el equilibrio correcto entre no hacer nada y lanzarse al rescate", dijo Gary Schlossberg, economista senior de Wells Fargo Capital Management, en San Francisco, quien supervisa activos por un valor de 200,000 millones de dólares. "Dejaron la puerta abierta para una reducción plena de las tasas. Hasta la fecha, los resultados han sido mixtos, y los primeros rendimientos sugieren que aún no hemos salido del problema".
Traducido por Juan Carlos Jolly Fecha de publicación: 20/08/2007
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