Alberto Híjar.
El miércoles 3 acompañada por dos diputados perredistas, regresa a México desde Managua la pasante de Letras Dramáticas Lucía Andrea Morett, sobreviviente de la masacre de Sucumbíos del 1º de marzo de 2008. El ataque alevoso y premeditado, violador de la soberanía de Ecuador, arrasó el campamento del Comandante Raúl Reyes de las FARC-EP donde atendía las visitas que hombres y mujeres de buena voluntad de América y Europa interesadas en discutir los pormenores de una guerra de más de cuarenta años contra el Estado colombiano corrupto. Once bombas de fragmentación arrasaron las instalaciones y masacraron a 22 personas más los cuatro estudiantes mexicanos que venían del Encuentro Bolivariano celebrado en Quito unos días antes. Verónica, Soren, Juan, Fernando y Lucía Andrea de la Cátedra Bolivariana en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, habían llegado al caer la tarde anterior del bombardeo proveniente de la base militar yanqui en Manta, Ecuador, la misma que el gobierno ecuatoriano ha decidido expulsar al término del convenio de operación en 2009. Lucía Andrea fue encontrada malherida por el ejército colombiano que remató con tiros en las espaldas a los sobrevivientes. A ella y a dos compañeras colombianas decidieron dejarlas vivas como testigos para inculparlas de su presencia en el campamento de Raúl Reyes y justificar la brutal agresión planeada con alevosía.
Una infame campaña internacional acompañó las imágenes de Lucía Andrea en el hospital de Quito. Televisoras y radios, periódicos y revistas, compitieron por el título más inculpatorio y escandaloso hasta llegar a presentar a los estudiantes mexicanos como terroristas internacionales al servicio de las FARC-EP con un proyecto insurgente en México y relaciones de colaboración con los gobiernos de Cuba, Venezuela y organizaciones como el EPR, ETA y Al Qaeda. La Organización de la Democracia Cristiana presidida por el expresidente del PAN Manuel Espino perteneciente al clandestino Yunque, rápido facilitó patrocinios del gobierno de Álvaro Uribe y las organizaciones empresariales ante la pasividad del gobierno de Felipe Calderón pese a las protestas de los familiares de las víctimas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en especial. La flagrante violación de la soberanía de Ecuador extendida al asesinato de los cuatro mexicanos, fue malversada por periodistas sicarios como Jorge Fernández Meléndez, Carlos Marín y otros en competencia por la inculpación más extrema. Dos organizaciones de ultraderecha comandadas por vividores del cuento del comunismo terrorista, disputan desde entonces los favores de Álvaro Uribe, buscan a Vicente Fox, vicepresidente de la Democracia Cristiana y logran patrocinios de la ultraderecha como la de los gobernantes de Jalisco y Guanajuato, el Cardenal Sandoval Iñiguez y a tras mano así sea por omisión, del gobierno de Calderón y su cancillera.
Una asombrosa computadora sobreviviente de las altas temperaturas del bombardeo y de la destrucción del tiroteo, se ha ostentado como prueba contra el masacrado Comandante Raúl Reyes. Hay quien hizo cuentas de los mensajes registrados para probar que hubieran sido necesarios más de cien años para procesarlos. La anulación jurídica de la computadora como prueba es evidente por haber permanecido todo el tiempo en poder de las fuerzas armadas de Colombia. Nunca tuvo custodia debida como exigen los juristas. Desesperados ante la evidencia de corrupción del gobierno de Álvaro Uribe con acusaciones a granel de ejecuciones masivas, desapariciones forzadas, paramilitarismo, contrabando y recientemente por el fraude de las pirámides, los patrocinadores han pagado un costoso libro de Fernández Meléndez, editado por la trasnacional Alfaguara con prólogo infame de Joaquín Villalobos el excomandante del ERP salvadoreño ganado como asesor contrainsurgente para el exterminio del EZLN y otras organizaciones americanas semejantes. Ahora anuncia Antonio Ortega, abogado de la reacción clerical, otro libro una vez que la denuncia de su organización disfrazada de Consejo Ciudadano y la de Guillermo Velasco Arzac, Mejor Sociedad Mejor Gobierno (sic), no prosperaron por su pésima fundamentación en títulos de prensa amarillista, rumores y presunciones fantasiosas. Intentan ante la PGR impulsar el procesamiento de los masacrados, la sobreviviente y los convocantes al Encuentro Bolivariano de Quito del mes de febrero.
Refugiada pro el gobierno de Nicaragua, Lucia Andrea Morett ha decidido regresar para graduarse en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM donde el Consejo Técnico y el Director han acompañado los pronunciamientos de la Rectoría y del Consejo Universitario en defensa de la autonomía universitaria y de la libertad de cátedra e investigación puestos en duda por los embajadores de Colombia sin que la Cancillería mexicana llame su atención. Ni García Márquez se sustrajo a recibir en su casa a Álvaro Uribe acompañado de fotógrafos de prensa. Pero la autonomía universitaria es poderosa y recibirá a Lucía Andrea en la Facultad el jueves 4 en un acto en donde el director, la Consejera Universitaria de Letras Dramáticas y quien esto escribe como asesor de la tesis profesional sobre Teatro Latinoamericano, ofrecerán apoyo y solidaridad a la pasante reintegrada a su Patria. De su calidad como investigadora académica del teatro latinoamericano dimos ya un adelanto en El Unicornio de POR ESTO!.
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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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