viernes, 6 de febrero de 2009

EL ZANCUDO DEL CHAPO SOTO

SE PRESENTA EL ZANCUDO COMO GATO PANSA ARRIBA EN ESTE ESPACIO
El Zancudo

(No mata, pero hace roncha)

Arturo Soto Munguía

El Borrego pone agenda: debate, no ataques

Jornada de confirmación de certezas, la de ayer.

Ernesto Gándara partió plaza; Alfonso Elías casi aprende a hablar, y la televisora oficial, Telemax, aquella de la que Eduardo Bours dijo un día que 'no será más la televisora del gobernador', sigue siendo una meretriz vieja y enferma, aunque muy maquillada de modernidad y ataviada con prendas de última moda.

Con el registro de los precandidatos del PRI al gobierno del estado, se abre una etapa definitoria para el rumbo del estado en los próximos seis años, por lo menos.

Declinó Guillermo Hopkins, y también se registraron Carlos Zataráin y Julio César Córdova.

Pero la atención estuvo centrada en dos contendientes.

Si de enseñar el músculo se trataba, El Borrego le ganó el primer round a un Vaquero al que ya le quitaron hasta el sombrero, después de que sus mercadólogos de plano no pudieron venderlo con su imagen de cowboy de pocas palabras.

Del lado de El Borrego, el '¡Sí se puede!' que retumba en el vetusto edificio del PRI estatal, donde el ruidoso tropel que irrumpe es recibido con seriedad y azoro por algunos; con alegría que se contagia en otros.

"¡Sí se puede!, ¡Sí se puede!", como el grito que desde las tribunas, anima a la proeza, a dejar todo en la cancha, por la victoria.

Del lado de El Borrego, los conceptos y la propuesta: unidad, civilidad, madurez, construcción, debate.

Y también la fiesta, desde luego, con un grupo norteño que desde temprano puso a bailar a la pequeña multitud que comenzaba a juntarse alrededor de la cancha de futbol rápido, en el Parque Madero, a un costado del edificio del PRI.

Entre cuatro y cinco mil personas acompañaron a Ernesto Gándara en su registro. Las fotografías están ahí para despejar dudas y sobre todo, para saber quién miente, lo cual es muy importante, sobre todo cuando se busca el voto.

II

Alfonso Elías fue el primero en registrarse y lo hizo como se esperaba: como si le pesara demasiado la losa del oficialismo que carga a cuestas.

Por más apretones que le dieron, los aguacates no maduraron y Alfonso Elías apareció con un discurso plano, soso y esa actitud de quien no está muy convencido de querer ser lo que dice que quiere ser.

La sorpresa que habían anunciado, después de unas semanas en que al candidato oficial lo enclaustraron para capacitarlo en dicción, oratoria, modulación de voz, manejo del escenario y control de su marcado nerviosismo, no apareció.

El acarreo fue insuficiente y el entusiasmo no dio para mucho entre los funcionarios y empleados de gobierno que le acompañaron; aspirantes a otros cargos de elección, líderes de sectores y organizaciones del PRI, y no más de dos mil asistentes.

Ricardo Bours, quien hasta donde se sabe sigue siendo el coordinador de la campaña alfonsista, tampoco apareció.

Y para completar el cuadro, un par de horas después, Ernesto Gándara puso en la agenda política, la necesidad de uno o varios debates sobre los temas que le darían contenido a esta etapa de la precampaña.

El 'aparato' no funcionó, y en el registro de Alfonso Elías, eran muy pocos los que brincaban y coreaban porras.

Un par de horas después, el registro de Ernesto Gándara prendió todos los focos rojos en el tablero del precandidato oficial.

Para el mediodía, los tres puntos de ventaja que le dio la encuesta de El Imparcial a Alfonso Elías ya eran un mal chiste, y sus operadores de medios calentaban las líneas telefónicas cabildeando, a veces exigiendo un trato preferencial para ese extraño 'proyecto ciudadano' que finca sus esperanzas en la estructura corporativa del PRI.

Mejor dicho, en los jerarcas de un corporativismo que hace mucho dejó de garantizar victorias, incapaz de asegurar el voto de sus agremiados, como bien lo sabe Pancho Bojórquez Mungaray, el dirigente estatal de la CTM que mal había declarado su apoyo al candidato oficial, cuando ya estaba aclarando que dicho apoyo fue a título personal.

Casi al mediodía, Ernesto Gándara llegó a la sede del PRI estatal, con el ánimo por todo lo alto.

Según la nota de El Imparcial, 'subida' a su página web casi de inmediato, dos mil personas asistieron al registro de Alfonso Elías, y 'cientos' al de Ernesto Gándara.

Con ese manejo editorial, el periódico al que Eduardo Bours no le ha quitado el guante de la cara en todo el sexenio, por 'panista', chantajista' y 'poco profesional', enseñó de nuevo el cobre de sus inclinaciones verdaderas.

Y de paso, dio al traste con cualquier margen de credibilidad que pudo tener la encuesta publicada ese mismo día, en la que colocan al panista Guillermo Padrés a la cabeza de todas las preferencias, seguido de Elías, quien a su vez aventaja tres puntos a Gándara.

Pero la encuesta imparcialera apenas era el preámbulo de lo que vendría más tarde. Las notas de diferentes portales daban cuenta de auditorios 'abarrotados' para Alfonso Elías, y 'cientos' de simpatizantes para Gándara.

Pero el video y las fotografías de los registros, los desmentían en sus propios espacios periodísticos.

Si por la víspera se saca el día, la de ayer fue una jornada que anticipa el desaseo y el gandallismo que están dispuestos a emplear quienes se empeñan en imponer a chaleco, a un candidato que simplemente no ha podido ganarse, en por lo menos tres años de campaña disfrazada, la simpatía de los sonorenses.

El debate propuesto por Ernesto Gándara, abre el espacio para conocer, más allá del márketing que pretende vender candidatos como si fueran papas fritas o refrescos de cola, las ideas de los que aspiran a gobernar el estado.

PD.- No sólo no se prohíbe, sino que se exhorta a la reproducción total de esta columna, apenas un modestísimo esfuerzo por equilibrar la nada modesta 'cargada'.



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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo

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