Asi pueden resumirse los primeros pasos del nuevo gobierno de Sonora. Si alguna vez los vi, ya ni me acuerdo. Parece decirles Guillermo Padrés a sectores que jugaron un papel importante en su triunfo frente a los priístas.
Primero resalta el caso de la conformación del gabinete legal, en el que no se incorporó a ninguna mujer, ninguna. Pésimo augurio de lo que será el nuevo gobierno, en tratándose de equidad y políticas de género. Si hasta los priístas más conservadores, como Bours, saben que al pastel del gabinete hay que agregar por lo menos una cereza.
No es por dárselos a desear, pero las activistas de la brega femenina deben recordar que el gobierno de López Obrador, ese loco, estuvo conformado paritariamente. Es decir, que la mitad de los cargos del gabinete fueron ocupados por mujeres. ¿Será que las sonorenses tienen menos capacidades que las defeñas? ¿O será acaso que un gobierno conservador, como el que se inicia en Sonora, se siente más cómodo reduciendo a las mujeres a su papel de lavadoras de dos patas, como dijera Fox, el ilustre sabio guanajuatense?
Luego está el caso de los pastores evangélicos, quienes fueron visitados una y otra vez por Guillermo, el candidato; pero fueron ignorados por Guillermo, el gobernador. Pues en los actos iniciales del nuevo gobierno la única grey tomada en cuenta fue la católica, en la persona del sr. Ulises Macías. Tan bonitos actos de campaña que organizaron los evangélicos (cuya legalidad es discutible, la de los actos, no la de los evangélicos).
Por último, la señal más ominosa: la permanencia de Abel Murrieta en la Procuraduría de justicia estatal. Miles y miles de sonorenses, todo Sonora, salió a las calles a demandar justicia en el caso de los niños asesinados en la guardería ABC. Los panistas sacaron provecho electoral de esa justa demanda, acusando a Bours de cómplice, de entorpecer la justicia para que ésta no alcanzara a los principales responsables de la tragedia, omitiendo o minimizando, los panistas, las obvias responsabilidades del gobierno federal. En cualquier caso el instrumento de Bours, el injusto, fue Abel Murrieta, el mismo que ha sido ratificado por Padrés en la Procuraduría. Si algunos papás de los niños fallecidos o lesionados esperaban de Padrés algo distinto a lo que Bours les ofreció, de esa ratificación del procurador ya pueden sacar sus conclusiones. El Padrés gobernador no se parece nadita al Padrés candidato.
Así pues, los primeros pasos del nuevo gobierno parecen indicar que vamos a transitar de la Memomanía a las Memomañas... al tiempo.
Martín Vélez.
Primero resalta el caso de la conformación del gabinete legal, en el que no se incorporó a ninguna mujer, ninguna. Pésimo augurio de lo que será el nuevo gobierno, en tratándose de equidad y políticas de género. Si hasta los priístas más conservadores, como Bours, saben que al pastel del gabinete hay que agregar por lo menos una cereza.
No es por dárselos a desear, pero las activistas de la brega femenina deben recordar que el gobierno de López Obrador, ese loco, estuvo conformado paritariamente. Es decir, que la mitad de los cargos del gabinete fueron ocupados por mujeres. ¿Será que las sonorenses tienen menos capacidades que las defeñas? ¿O será acaso que un gobierno conservador, como el que se inicia en Sonora, se siente más cómodo reduciendo a las mujeres a su papel de lavadoras de dos patas, como dijera Fox, el ilustre sabio guanajuatense?
Luego está el caso de los pastores evangélicos, quienes fueron visitados una y otra vez por Guillermo, el candidato; pero fueron ignorados por Guillermo, el gobernador. Pues en los actos iniciales del nuevo gobierno la única grey tomada en cuenta fue la católica, en la persona del sr. Ulises Macías. Tan bonitos actos de campaña que organizaron los evangélicos (cuya legalidad es discutible, la de los actos, no la de los evangélicos).
Por último, la señal más ominosa: la permanencia de Abel Murrieta en la Procuraduría de justicia estatal. Miles y miles de sonorenses, todo Sonora, salió a las calles a demandar justicia en el caso de los niños asesinados en la guardería ABC. Los panistas sacaron provecho electoral de esa justa demanda, acusando a Bours de cómplice, de entorpecer la justicia para que ésta no alcanzara a los principales responsables de la tragedia, omitiendo o minimizando, los panistas, las obvias responsabilidades del gobierno federal. En cualquier caso el instrumento de Bours, el injusto, fue Abel Murrieta, el mismo que ha sido ratificado por Padrés en la Procuraduría. Si algunos papás de los niños fallecidos o lesionados esperaban de Padrés algo distinto a lo que Bours les ofreció, de esa ratificación del procurador ya pueden sacar sus conclusiones. El Padrés gobernador no se parece nadita al Padrés candidato.
Así pues, los primeros pasos del nuevo gobierno parecen indicar que vamos a transitar de la Memomanía a las Memomañas... al tiempo.
Martín Vélez.
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