miércoles, 2 de septiembre de 2009

ESTALLIDO SOCIAL EN CIERNES

Isabel Dorado Auz 

     Desde hace tiempo un gran número de intelectuales de izquierda han estado alertando de la inminencia de un estallido social en México. Más aún, los defensores del actual sistema neoliberal, que se implantó en México a partir de 1982, coinciden a últimas fechas con los primeros. Sin embargo, la llamada clase política sigue inmersa en la consecución de sus intereses particulares y poco o nada ha hecho por evitar un brote de insurrección al "orden" establecido.

     La falta de un rumbo bien definido para sacar a la nación adelante tiene que ver con la cultura de la transa y paródicamente el presidente espurio, producto de la misma, ha iniciado toda una perorata para, según él, influir en las nuevas generaciones acerca de la importancia de acoger el valor de la honestidad. Poco a poco, pues, producto de la cooptación, el tráfico de influencias, el uso indiscriminado de la fuerza pública para acallar la protesta social, el Estado se ha ido sumiendo en un laberinto del cual prácticamente no podrá encontrar la salida.

     La lacerante brecha social entre los que mas tienen y los que están inmersos en la pobreza extrema está llevando al Estado a ser cada día más represor y están engendrando un odio social de las clases más desprotegidas. El uso indiscriminado de los medios de comunicación para calumniar a líderes rectos que tienen la osadía de enfrentar a todo el poder del estado está contribuyendo, de manera inexorable, a precipitar la caída del sistema neoliberal impuesto por las trasnacionales en nuestro país. Cada vez es menos la influencia del gobernante sobre sus gobernados y eso provoca, de manera natural, la impotencia del gran poder para operar pacíficamente sus relaciones con el conjunto del tejido social.

     Además, debido a la inequidad operante la eficiencia de la propaganda gubernamental es cada vez menor y el recambio natural de PRI por PAN o viceversa no está resultando y se está desgastando a pasos acelerados. Si a eso agregamos la forma tan burda como han operado la cooptación de un gran número de representantes de la izquierda, la única salida posible que están propiciando es la toma del poder por el pueblo al margen de los partidos políticos. Por eso es peligroso que no atiendan a tiempo las señales que están recibiendo cotidianamente.

     Por sobrevivencia propia debieran dar un giro sustancial a la conducción política del Estado, pero ignorantes de la realidad social, se empeñan en cargarle la mano a los que menos tienen. Están dirigiéndose, sin percibirlo, a la destrucción de sus actuales privilegios. Están enfrentando las consecuencias y no están atendiendo las causas. Por eso, esa mal llamada "guerra contra el narcotráfico" está exacerbando la disolución social y, paradójicamente, incrementado la violencia. Ayer fue el hijo de Alejandro Martí, hoy es el asesinato de la señora Coppel, lo que está poniendo en alerta a los más poderosos, por eso, no es de extrañar que los extremos se junten y empiecen tanto intelectuales de izquierda como los aduladores de la derecha a cuestionar el sistema político que padecemos. Aún así,  quienes ostentan el poder, por no perder sus actuales privilegios, siguen obcecados en mantener la transa como principio rector del Estado.



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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

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