miércoles, 16 de septiembre de 2009

TITUBEANTES LOS PRIMEROS PASOS

Esteban Martínez Díaz

En la ceremonia de la asunción pública de Guillermo Padrés como gobernador de Sonora, se notó la ausencia de los damnificados del huracán Jimena. En  el discurso  del nuevo jefe de la entidad no hubo ninguna referencia a los miles de sonorenses que confrontan una situación harto difícil por la pérdida de sus bienes materiales y de aquellos bienes públicos altamente dañados, como las escuelas, cuya reparación, llevará meses, amén de que su habilitación con los materiales de estudio y equipo electrónico y de laboratorio será una verdadera odisea.

Me llamó la atención un letrero exhibido en el acto de la elevación a los altares de Padrés, por humildes habitantes de San José de Guaymas, que perdieron todo, ya que puede definirse como desaparecido el poblado; quedó en medio de la torrente impetuosa que se precipitaba sobre el estero del Rancho, para de ahí continuar con su obra destructora sobre Empalme, eliminando las propiedades de los indefensos vecinos de las colonias Bella Vista, Pesqueira, Ronnie Camacho y parte de la Moderna, además de la destrucción masiva de las vías de comunicación, por las aguas que llegaban incontenibles del Golfo de Cortés.

Dijimos hace días, creo que en la víspera de la toma de posesión, que el gobernador Padrés debería definir su postura frente al desastre, mediante un pronunciamiento en su primer discurso ya en el poder. Todo mundo esperaba que así fuera. Sin embargo, el funcionario calló, por lo que colocó las primeras dudas sobre su proceder para aliviar la situación grave de 200 mil damnificados.

Es claro que el Estado de Sonora no cuenta con los recursos suficientes para resolver un problema de esta naturaleza y que se debe de acudir al auxilio obligado del gobierno federal, para que fluyan recursos de inmediato para alimentar a los lastimados, proporcionarles casa habitación, ropa y todos los enseres domésticos necesarios para la sobrevivencia.

Hace días, en Tlanepantla, Estado de México, gobernado por el precandidato del PRI, Enrique Peña Nieto, se presentó una desgracia similar en la colonia Valle Dorado, lo que dio lugar a una intervención inmediata del presidente Calderón, quien se presentó a la zona acompañado del secretario general de las Naciones Unidas, pocas horas después del suceso.

La rapidez con que actuaron las autoridades federales, no deja de asombrar. Las familias perjudicadas fueron en el orden de tres mil, la mayoría de clase media alta, es decir, por encima de la pobreza. Quizás Calderón se vio presionado por la cercanía del lugar de los hechos, o por la fuerza política de Peña Nieto, que aspira a la presidencia, o por la norma de servicio a los demás que ha intentado aplicar en su gobierno, lo que debemos aceptar como buena y como obligación de todo funcionario público.

Nos informan que el Ejército ya está  interviniendo en la limpieza de la zona y que se instalaron cocinas militares para dar de comer a los damnificados y que la Secretaría de Educación Pública está trasladando, de urgencia, archiveros, bancas, escritorios, libreros, estantes, a tres escuelas primarias afectadas, a una preescolar y una estancia infantil.

Además, se pusieron en marcha los mecanismos adecuados para la reparación y reconstrucción de viviendas, con lo que se busca una solución en corto plazo.

Los damnificados recibirán una ayuda primaria de 40 mil pesos, para sus necesidades básicas.

En Sonora los daños fueron mayores. Miles, entre los que podemos contar a niños y ancianos, quedaron sin hogar, mientras que los jefes de familia deambulan desesperados en busca de ayuda de sus semejantes.

¿En dónde está la diferencia entre unos y otros? ¿Será que el gobernador Padrés acaba de entrar y aquella cercanía manifestada con el jefe de la nación no existe?

¿Es una ayuda para Valle Dorado generada en el interés político de que Peña Nieto puede ser presidente de México?

Sabemos y el pueblo está convencido de ello, que los políticos ofrecen todo lo que su imaginación puede construir mientras están en campaña. Pero les llega la amnesia una vez que consiguen su objetivo, para dedicarse a gobernar para los suyos, y ser el nuevo rey de una casta que también llega con las uñas afiladas, como auxiliares en el desmantelamiento del Estado.

En la medida que pasan las horas y los días, se va consolidando la idea de que Padrés no las trae todas consigo en cuanto a su convicción de gobernar para el pueblo. Dos de las materias más importantes se le han quedado en el discurso. Las tragedias de Empalme y Guaymas se han congelado en el tintero, a pesar de que la comunidad sonorense está convencida de que es el punto más importante que tiene Sonora en estos momentos. Cualquier ciudadano lo sabe y hasta un novato aprendiz de político, accionaría su poder recién adquirido, para aliviar las penas de estas gentes, ofrecerles esperanza y futuro, vivienda y seguridad.

Los políticos de ahora, los nuevos, los recién desempacados, se vanaglorian de su amistad y del apoyo que brindarán al presidente de la República. Ese apoyo es temporal, gaseoso. Sonora no está en condiciones de ofrecer ayuda a la federación. Y no debe de darla si se maneja con ideologías partidistas, de apoyo a las propuestas presupuestales, en discusión en la Cámara de Diputados.

El ciclo es a la inversa, si es que estamos sujetos a lo que nos pueda llegar del Ejecutivo, con esas reservas hacendarias que se guardan para los momentos en que se requiere el voto de las entidades, en un intercambio por el asentimiento a los proyectos presidenciales, al través de sus bancadas en la Cámara, que se supone están controladas por los gobernadores, o por el PRI, como sucede en Sonora.

El tiempo sigue corriendo para los sonorenses heridos por el ciclón Jimena, que luchan por levantarse, sin el apoyo del gobernador. Cuentan y eso es lo bueno, con el respaldo de sus compatriotas, que están aportando lo que es posible, para aliviar sus penas.

Las instituciones privadas están saliendo al quite. Sus despensas y ropa que están haciendo llegar a los necesitados por conducto del párroco local, en el caso de Empalme, dan alientos de que las autoridades reaccionen y coloquen este asunto como prioritario lo más pronto posible.

¿Y las escuelas de los niños, qué? ¿Perderán el ciclo escolar, cuando la SEP tiene capacidad para levantar aulas provisionales y el enriquecido SNTE esconde su fortuna calculada en 40 mil millones de pesos –recibida del gobierno--, como usurero agiotista, para su fortaleza económica, personal y política, en el ya cercano 2012?... 

Correo electrónico: esteban.emartinez@gmail.com

México, D. F., 16 de Septiembre del 2009.


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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

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