Por Adelaido López
A fines de noviembre de 1993 estuve en las instalaciones del CEN del PRI, en la ciudad de México, para ver de cerca la toma de protesta de su candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, que partió de Insurgentes Norte, rumbo al Monumento a la Revolución, lugar en donde arengó a una multitud esperanzada de un México mejor, con su famoso discurso de la cultura del esfuerzo.
El pasado fin de semana regresé a ese edificio para atestiguar las deliberaciones de la Cuarta Asamblea Nacional del PRI, con la idea de tener de primera mano el debate central de esa reunión: su declaración de principios, que incluía virar hacía la izquierda democrática a ese viejo partido político.
La nueva dirigente nacional Beatriz Paredes, inicia su liderazgo con un saldo desfavorable ya que su propuesta de inclinar hacia la izquierda democrática a su partido político, el PRI, fue rechazada por la mayoría de los delegados de todo el país.
Por ello la ex gobernadora de Tlaxcala prefirió argumentar que los trabajos de la asamblea priísta era responsabilidad, de su antecesor, Mariano Palacios Alcocer y definió sólo asistir a su toma de posesión.
La asamblea realizó sus trabajos sin quórum y sus debates, deliberaciones y votaciones, fueron por demás desastrosos, que cualquier militante de ese instituto político puede levantar una impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y ganarla.
Para poner un ejemplo la delegación del PRI de Sonora hizo que la plenaria ganara la votación del artículo 78, referente a que en la integración de la Comisión Política Permanente, estén el 15 por ciento de los consejeros nacionales y todos los presidentes de los 32 comités directivos estatales,. Sin embargo fueron chamaqueados, por el presidente de la Mesa de Debates, Carlos Olmos Aceves, ya que éste se apresuró para señalar que esta propuesta había sido rechazada.
Por lo tanto sólo una tercera parte de los presidentes priísta estatales estarán en esta comisión que se encargará fundamentalmente de elaborar el reglamento para la elección de candidatos a puestos de elección popular en todos sus niveles así como a sus dirigentes partidarios.
En corto, el presidente del tricolor en Sonora, Ernesto de Lucas, me comentó que la integración de la Comisión Política Permanente, sería rotativa para que todos los estados estén representados en ella. Sin embargo nunca tuvieron el cuidado de que esto quedará plasmado en algún artículo transitorio.
El otro artículo interesante que se observó en los debates fue el número 7, ya que si bien en términos de importancia y poder, la redacción de esta enmienda no cambió en nada, ya que las actuaciones y decisiones centralistas que regularmente hace el PRI con las dirigencias estatales continuarán. Este artículo quedó casi igual: sólo cambió aprobar por acordar
Artículo 7. El partido podrá constituir frentes, coaliciones, candidaturas comunes y alianzas con partidos políticos, agrupaciones políticas nacionales y otras organizaciones en apego a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Para conformarlas en las entidades federativas el Presidente del Comité Directivo Estatal correspondiente solicitará el acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional.
En suma la asamblea del PRI no llenó las expectativas que los delegados del país esperaban, ya que a los dirigentes reales de este partido no les importó la trascendencia y reformas convincentes que necesita ese partido político para poder dejar el tercer lugar que hoy ocupa en la vida política nacional.
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ser como el clavo, que que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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