Por: Diego Morales, Secretario Ejecutivo OCLAE
El pasado 21 de abril se inició una huelga general estudiantil en la Universidad de Puerto Rico, los once recintos universitarios de todo la nación caribeña plegaron a esta convocatoria hecha por varias organizaciones, encabezadas por la histórica FUPI, que ha luchado en sus 54 años de creación en contra de las políticas gubernamentales que asfixian a la universidad pública en este país, y por la liberación de Puerto Rico, que es un Estado Libre Asociado, es decir, es una colonia de EE.UU. en pleno siglo XXI.
Demostraciones del gran potencial del movimiento estudiantil boricua son las huelgas generales realizadas en 1981, 1991, y la última en el año 2005, que no logró la propuesta de eliminar el aumento del 4 % anual a las matrículas, pero que es la semilla de lo que sucede actualmente, porque se mantiene la misma decisión de hace cinco años. Esta medida de hecho realizada por los estudiantes de Puerto Rico tiene varios antecedentes, entre ellos vale conocer que la economía de ese país es dependiente, el 80% de su PIB es manejado por la potencia norteamericana, todos los años se entregan créditos a Puerto Rico desde Wall Street, a manera de deuda externa, los cuales comos sabemos son cobrados con creces al pueblo.
El nuevo Gobernador, que es la denominación que se le da al Presidente del país, decidió en esta vez contribuir a esa deuda que tienen, con una consigna: primero Wall Street y luego el pueblo, subastando los mínimos recursos que tiene la educación superior. En casi 2 años ha quitado más de 300 millones de dólares a la Universidad de Puerto Rico, supuestamente considerando un sacrificio para quedar bien externamente. El absurdo llega también a que como hay un déficit de cerca de 2 billones de dólares en este año, a inicios de marzo decidió sacrificar las asignaciones a salud, educación y servicios básicos, tomó medidas sobre los funcionarios públicos de todo el país, creando una ley para despedirlos y sin derecho ni a indemnizaciones ni a reclamos, enviando a la desocupación a miles de puertorriqueños, demostrando que, según el manual neoliberal de salvación de la crisis económica actual, es mejor privatizar las ganancias y socializar las perdidas actuales.
La Universidad de Puerto Rico tiene 12 recintos y es dirigida por una Junta de Síndicos, que son nombrados directamente por el Gobernador de Puerto Rico, léase Presidente de la República, y que ordena, propone, ejecuta las decisiones que resuelvan a su parecer, maneja la dirección de la Universidad, contrata empleados, nombra profesores; como sabemos, estos síndicos no son profesores o grandes maestros o académicos, sino que son entre otros el presidente de la cámara de empresas, el representante de la cámara de producción, de turismo, es decir, solo empresarios, grandes millonarios que no tienen ninguna vinculación con al Universidad, ni tampoco han salido de sus aulas sino que son graduados de las grandes universidades de Harvard, Oxford, lo que demuestra que sus políticas no van precisamente a beneficiar y a defender la educación pública, sino más bien a beneficiar al sector privado, llegando incluso a negar el derecho al cogobierno, que no existe en ese país, por lo que la huelga da inicio luego de la aprobación de la eliminación de las becas estudiantiles entregadas a los que se distinguían en sus estudios, o a nivel deportivo, cultural, artísticos, o de escasos recursos, a las cuales accedía la mayoría de estudiantes que son a su vez trabajadores, ya que no tienen los recursos para estudiar, por lo que les toca trabajar para sobrevivir y velar por sus familias.
Luego se realizó una toma de las instalaciones y de las facultades en especial Humanidades y Sociales, que fue considerado al principio preventivo de 48 horas, luego al unirse más estudiantes y existir la amenaza de desalojarlos fue tomando mayor forma, presentando ya un pliego de peticiones, entre cuyas peticiones estaban: mantener las becas, la rebaja de matriculas, el respeto a los derechos estudiantiles de cogobierno, libre ingreso, autonomía.
Varias actividades, incluso culturales, se realizaron durante los casi dos meses de huelga, se nombró un Comité Estudiantil Negociador que era representativo, equitativo, que llevó adelante sus peticiones, vale que conozcamos que no era parte de esta lucha el Comité Estudiantil de la Universidad, ya que los mismos eran proadministración de la Junta de síndicos, y negaban el derecho a movilizarse a los estudiantes, llegaron incluso a convocar a una Asamblea de todos los estudiantes, donde se les viró la tortilla, ya que todos ahí decidieron nuevamente apoyar la medida, solidarizarse con los estudiantes que estaban en huelga al interior de la Universidad, y respaldar en todo lo que se necesite a los que llevaban adelante esta acción, porque sentían que por fin alguien tomaba la batuta y decía basta a la prepotencia, al autoritarismo y a decir ante todos que las deudas o los recursos de la universidad no deben salir del bolsillo de los estudiantes.
Hace una semana y media esta Junta administrativa firmó el acuerdo de cumplimiento de las peticiones que planteaba los estudiantes, se logró, a base de la lucha y unidad, esta victoria, no solo para el movimiento estudiantil boricua sino a nivel internacional, estamos pendientes que si deciden o no ejecutar este acuerdo porque si es así, nuevamente miles de estudiantes se tomaran las calles y plazas de Puerto Rico, como lo han hecho en esta semana con el objetivo de defender sus derechos que han conquistado, para ellos esta es una batalla ahora vienen muchas más, tendrán que pelear para que no se despida y expulse a los estudiantes que estuvieron en huelga como han plateado esta famosa junta y el gobierno, criminalizando a los estudiantes, además de revisar que no tomen medidas para acallar su voz, y no estarán solos cientos y miles de estudiantes y organizaciones los apoyarán como lo han hecho, sin dejar a un lado la consigna que la lucha es el camino de victorias, el ejemplo de los estudiantes de Puerto Rico esta hoy mas vivo que nunca en la realidad que viven nuestro pueblos.
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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
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