sábado, 28 de agosto de 2010

VENEZUELA: PLAN PARA AVANZAR EN REVOLUCION. el socialismo, un largo y complejo proceso

Edwin Sambrano Vidal (especial para ARGENPRESS.info)
 
Las experiencias socialistas son una fuente de enseñanza sobre lo que hay que hacer y sobre lo que no se debe hacer. Si hay algo que nos enseñan todas las experiencias socialistas es que el proceso de transición o simplemente la transición es un proceso largo y complejo. Esto es que alcanzar una sociedad libre de explotación, dominación y alienación no es un simple acto.


Nos acostumbramos a oír desde nuestra niñez, que algún día llegaría la revolución, similar al anuncio del juicio final; esto es, un momento, un evento determinado y determinante a partir del cual todo sería diferente. En la religión el momento de enfrentarse a la verdad celestial, a lo infalible y eterno que nos juzga y de ello esperamos que nos absuelva o nos condene. En la política, la revolución es el momento del triunfo definitivo de la justicia y para los socialistas esquemáticos el momento de la abolición de las causas de la explotación, la miseria y la ignorancia; la eliminación de cuajo de las causas de la desigualdad: La supresión de la propiedad privada capitalista. A propósito de propiedad privada capitalista, este concepto no es igual a propiedad privada simplemente. La primera es la propiedad privada sobre los medios de producción para producir mercancías mediante el trabajo asalariado y la explotación y la apropiación de la plusvalía (esto es apropiación por parte del capitalista del mayor valor del producto a partir de la intervención de la fuerza de trabajo que portan los trabajadores y que aplican a los demás factores en el proceso de producción masiva de mercancías). La otra, la propiedad privada simplemente, es el dominio material y jurídico que ejercen las personas sobre determinados bienes para su uso o consumo, la cual identificamos normalmente como propiedad privada personal o familiar y generalmente no tiene propósitos mercantiles ni de producción en serie.

 

Capitalismo Liberal y Capitalismo de Estado

 

La comprensión de estos conceptos es vital para la comprensión del proceso mediante el cual se produce la implantación del socialismo. El capitalismo liberal supone la existencia de la propiedad privada capitalista sobre todos o la mayoría de los medios de producción y, en consecuencia, el control absoluto y directo de los capitalistas sobre todo o casi todo el producto nacional. En Venezuela, tal situación del capitalismo liberal nunca se ha presentado y especialmente, desde el siglo XX lo que ha existido es un capitalismo de Estado en el cual, el Estado es propietario de importantes medios de producción y de vida que son administrados por el gobierno y las instituciones políticas en beneficio principalmente de los grandes capitales nacionales y extranjeros asociados con el capital imperialista. Esto quiere decir que, mediante la toma del gobierno pueden comenzar a administrarse en beneficio de los trabajadores, los sectores medios y el pueblo en general. Mientras en el capitalismo de Estado se favorece la acumulación de sectores capitalistas tradicionales y en parte de nuevos grupos capitalistas cercanos al partido en el gobierno; en un gobierno revolucionario definido por el socialismo se quebranta esta línea de acumulación y mediante la decidida y consciente participación de los trabajadores y la colectividad en la dirección del proceso productivo se garantiza el aumenta la capacidad de producción del sector estatal de la economía a través de un uso más racional de los recursos, el aumento de la calidad del producto, el mejoramiento de las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores y de sus familias y un mayor aporte al plan de desarrollo nacional con fácil acceso de la población a los productos a través de las redes de comercialización y del precio en caso de que salgan a la venta, o a través de las redes de distribución social en caso de que se proceda a la asignación de los mismos para la satisfacción de necesidades sin la participación del mercado.

 

Regla de oro

 

En cualquier caso, siempre, es indispensable que se aumente la producción, que mejore la calidad el producto y que se disminuya el costo del mismo (a eso llamamos uso más racional de los recursos y factores de producción), todo lo cual se hará mediante una organización y una gestión democrática del proceso productivo que implica la participación consciente de los trabajadores y de sectores de la colectividad a la dirección productiva.

 

El ejemplo empieza por casa

 

Tales logros de un gobierno revolucionario definido por el socialismo solo serán posibles en la medida en que sea capaz de ponerlo en práctica en las empresas de propiedad estatal. En Venezuela, ya lo hemos dicho, la producción y el procesamiento del petróleo, la producción de aluminio, la explotación del hierro, la más grande siderúrgica del país. Se encuentran bajo el régimen de propiedad pública y existen grandes factorías que requieren ser manejadas productivamente y bajo los criterios anteriormente expresados. La prioridad del Gobierno, en esta materia, debe ser la de poner a producir estas empresas hasta su máxima capacidad, diversificar los productos mediante el procesamiento del petróleo, el oro, el acero, el aluminio, el hierro y otros minerales no ferrosos, instalando plantas procesadoras de propiedad pública y promoviendo, si fuere necesario la instalación de otras con capital mixto o privado, en aquellas áreas no reservadas al dominio de la nación. Toda esta política económica debe estar sustentada en el respeto y consolidación de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores, en el impulso de la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas privadas y mixtas, en la implantación de una gestión democrática en las empresas de propiedad pública en la cual se incorpore a sectores de la colectividad, además de los trabajadores (Obreros, técnicos, profesionales, empleados administrativos).

 

Escala de prioridades

 

De allí que sea de capital importancia que se establezca con claridad una escala de prioridades a fin de evitar que se use la expropiación, la "nacionalización" o la compra de acciones de determinadas empresas con fines contrarios al desarrollo nacional y a la articulación de una economía productiva.



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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

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