miércoles, 8 de abril de 2009

CULTURA: UN POCO DE MUSICA AFRICANA

ARGENPRESS

"Nos enseñaron que la música es el arte de combinar bien los sonidos, algo grato para el oído. Para los africanos sin embargo, la música es el arte de cantar a la vida"

Francis Bebey, músico camerunés

Hablar de "la" música africana es demasiado amplio. Una descripción general de lo que podríamos hacer entrar en ese concepto tan extenso sería sumamente difícil dada la cantidad y diversidad de expresiones. Sin embargo hay similitudes regionales entre grupos disímiles, así como tendencias que son constantes a lo largo y ancho del continente.

La música del norte de África y partes de la región del Sáhara tiene características propias que la distinguen claramente de lo que llamamos África negra; en la región norte del continente encontramos patrones que pertenecen a la cultura musulmana. Al sur del gran desierto del Sáhara, la zona sub-sahariana tiene como característica especial, que la hace única e inmediatamente reconocible entre otras expresiones musicales de otras partes del mundo, el desarrollo del elemento rítmico. Los conjuntos de tambores, xilófonos y otros instrumentos tocan siguiendo varios modelos rítmicos y métricas diferentes que crean estructuras complejas llamadas polirítmicas. Incluso instrumentos musicales diferentes a los de percusión, como la mbira o los cuernos, se tocan de manera percusiva, por ejemplo, tirando de una cuerda o acentuando fuertemente la voz. Es común, en muchos pueblos, el que en la música interpretada en grupo haya una voz que actúa como líder, y el resto de voces vayan contestando alternativamente. Además de acompañar las danzas, el trabajo, las ceremonias y las procesiones reales, se usa también para la comunicación, imitando al lenguaje hablado.

Las funciones sociales que tradicionalmente ha cumplido la música en África ha condicionado su sometimiento a los imperativos de los dirigentes, especialmente en cuanto a su vinculación con la religión se refiere.

En las sociedades islamizadas, a menudo, se considera que la música desvía a la gente de su fin principal, el culto a dios. En estas sociedades, la música es consentida durante períodos festivos, pero reprimida en su utilización social más trascendente.

En las sociedades que mantienen su religión tradicional, la música habitualmente va ligada de forma indisociable con los actos sociales de dimensión religiosa, o funciona como instrumento de comunicación con lo sobrenatural, utilizándola en la curación de las personas enfermas, en los dominios diarios de la caza, la pesca o las actividades agrícolas.

Por otro lado, la música también está comprometida con la denuncia político-social que lucha contra la marginación, la miseria y la falta de libertad a la que se ven sometidos millones de africanos.

La música forma parte inevitable del paisaje urbano. En cualquier ciudad africana, desde casi cualquier calle, la música está viva, emitiéndose desde un equipo estéreo de segunda mano en venta, en los altavoces de un viejo vehículo desvencijado o resonando en los tambores de un grupo de jóvenes. La música en África camina paralela a la vida, a la historia. La música moderna tiende la mano a la tradicional y ambas se fusionan dando frutos de belleza única.

Aquí presentamos una breve síntesis de esta riquísima producción
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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo

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