domingo, 15 de junio de 2008

examenes de othoniel

Exámenes…

 

PISOTEA BOURS LIBERTAD DE EXPRESIÓN

 

"El tamaño del castigo contra quienes protestan, da idea de la dimensión del atraso de una sociedad": Nelson Mandela

Othoniel Ramírez R.

 

Muy a propósito del tema de temporada, la recién festejada libertad de expresión, es importante señalar que en Sonora, quienes hacemos uso de ella, denunciando las corruptelas de las autoridades, somos arbitrariamente perseguidos. Dicho de otra manera: existe la libertad de expresar lo que cada quien deseé, pero tenemos que atenernos a las consecuencias.

Esto no es nada nuevo, en mayor o menor medida, ha sido la costumbre; pero con el actual gobierno de Eduardo Bours, se ha llegado al extremo de expresar pública y abiertamente sus medidas represivas.

Para ello, ha tenido de su lado al grueso de medios y comunicadores comprados con nuestros propios impuestos, para ser cómplices y tergiversadores de esta triste realidad.

Son muy contados los espacios que se mantienen fuera del control oficial, asumiendo esa libertad y de paso permitir a los ciudadanos expresarse.

De manera impresa solo El Imparcial y Dossier Político, han conservado esa categoría de independientes y de contrapeso a los excesos gubernamentales. Podríamos también agregar un incipiente, modesto y comprometido esfuerzo editorial, denominado El Caracol. De allí en fuera, todo el gran resto de publicaciones que circulan, se caracterizan por su incondicionalidad y omisiones de lesa sociedad.

En cuanto a la radio, a pesar de la tendencia oficialista de concesionarios y conductores, han mantenido abierto los micrófonos a la audiencia, -que ya es un gran logro- en los noticieros matutinos de Fausto Soto, Juana María Holguin, Gloria Elvira Biebrich y Jesús Ruiz.

El caso de Radio Bemba en el 95.5 de FM se cocina aparte, por ser la única estación comprometida de tiempo completo con las causas justas y sociales.

En la red de internet, además de los concurridos portales que mantienen El Imparcial, Dossier Político y la Radio Bemba, son también de reconocerse por su apertura el de Kiosco Mayor y Contactox; de la televisión, mejor ni hablamos.

A estos espacios citados, se reduce el ejercicio de la libre expresión en los medios de la capital de nuestro estado y que merecen nuestro reconocimiento, ya que no son pocas las presiones y ofertas que reciben desde el poder gubernamental, para que se sumen "por las buenas" a la cargada como voceros oficiales. A ello obedece, durante este sexenio los casos de cierre de publicaciones como Cambio, Contralinea Sonora y muy recientemente Dossier Semanal.

También este gobierno irrespetuoso de esta garantía constitucional, ha confiscado también con recursos públicos, varios tirajes completos correspondientes a nuestro estado de las importantes revistas de circulación nacional Contralinea y Proceso, como una aceptación tácita de las imputaciones de corrupción y ligas criminales que allí se exponen. Por si esto fuera poco, han agredido las funciones informativas de Radio Bemba y también negado su reconocimiento como medio de comunicación al vetarla y negarle el acceso a los actos públicos de gobierno.

Demasiado contradictorio que se rechace al único medio electrónico que cumple a plenitud con su obligación de privilegiar el interés social por encima del económico; reflejando meridianamente con esto, el tamaño de su rencor a la libertad que allí se ejerce, cuantas maniobras tratan de ocultar y el enanismo mental que padece el boursismo.

Tenemos que hacer hincapié, en que la libertad de expresión, no solo la ejercen los periodistas y medios de comunicación; somos además los ciudadanos, organizados o por separado quienes también la asumimos con los riesgos que ello implica y una mayor vulnerabilidad. Es ya costumbre de esta administración, que los acusadores los convierta en acusados o mínimo víctimas de las difamaciones de parte de los mercenarios de la prensa y llamadores de la radio, mantenidos con nuestros fondos.

Es tal la soberbia de Eduardo Bours Castelo, que es más común que a sus opositores los mande golpear, encarcelar, hostigar, despedir de sus empleos y cometiendo abiertos desacatos a la ley; a que se digne a atenderlos.

Entre esas agresiones, por citar solo las más escandalosas, están los procesos legales inventados a quienes protestan por tantos agravios a la sociedad, ejemplos: a los defensores del parque Villa de Seris, al dirigente de los transportistas Alfonso Chaparro y miembros del Tribunal Ciudadano Víctor Abdiel; que llegaron al extremo del encarcelamiento y a las cínicas amenazas de liberar más ordenes de aprehensión.

En el caso de quien esto escribe, por ejercer nuestra crítica constante a las corruptelas y la intolerancia oficial, por todos los medios a nuestro alcance: prensa escrita, radio y protesta pública; estamos amenazados desde la Secretaría de Gobierno -que no se mandan solos- con despedirnos de nuestro empleo, aparte de enfrentar procesos legales con cargos, no solo inventados, sino inexistentes.

También se han dado a la tarea de sobornar a impresos donde hemos colaborado para que nos excluyan, pero siempre habrá medios dignos como Dossier Político, Kiosco Mayor, Contactox y el Caracol que reciban nuestras humildes opiniones. 

Por otra parte, como resultado de un juicio laboral que emprendimos contra la Secretaría de Educación y Cultura, no solo se niegan a acatar una resolución judicial emitida por el Tribunal Contencioso Administrativo y ratificada por el Juzgado Federal Segundo de Circuito en Material Civil y Laboral; sino que me responden tanto en la SEC, como desde la Secretaría de Gobierno, que no van a cumplir con ese laudo que los sentencia a reconocerme con la categoría que desempeño, mientras no renuncie a mi derecho a la libre expresión y la participación ciudadana.

Esto nos obligará a tener que acudir a la única arma que tenemos los ciudadanos, para defendernos de funcionarios con fuero que infringen la ley: plantear ante el Congreso del Estado, una demanda de Juicio Político en contra del propio Gobernador del Estado.

En conclusión: ese es el respeto que le merece a este despótico gobierno, la libertad de expresión y los ciudadanos que se atreven a levantar la voz, ante tantos abusos que comete; reviviendo con ello un terrorismo de Estado, propio de otras épocas, supuestamente ya superadas.
 


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Fernando V. Ochoa
cel 6621 50-83-33
ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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