lunes, 30 de junio de 2008

todos los caminos conducen a mexico


EMIGRACIÓN Y MAFIA  (V)


TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A MEXICO
                                         
Jorge Gómez Barata

 
México es como un puente o un cristal útil desde ambos lados y desde ambas orillas. El único país latinoamericano, hispano y pobre con fronteras con Estados Unidos y accesos terrestres, aéreos, fluviales y marítimos con todos los países iberoamericanos y caribeños; sus costas son bañadas por los dos más grandes océanos, además por el golfo de México y el Mar Caribe; por tierra se puede llegar desde la Patagonia y los confines antárticos, cruzando la frontera, se arriba al umbral del Ártico. En el Nuevo Mundo, en términos geográficos, culturales y humanos, todos los caminos conducen a México.


México es el más abierto y acogedor de los países latinoamericanos, institucionalmente el más estable y el que con más generosidad cobija a emigrantes y exiliados. Allí han encontrado refugio los luchadores y revolucionarios perseguidos por todas las dictaduras latinoamericanas, los comunistas y los judíos que huyeron del fascismo y los que lo hicieron del stalinismo, las victimas de Franco y los luchadores antifranquistas; Fidel Castro y quienes se le opusieron. Cuando de asilo se trata, los mexicanos no distinguen las ideologías sino la condición: a los  que creen más débiles les abren la muralla.


Las circunstancias y las tradiciones que hacen de México un país magnifico e irrepetible y en muchos sentido un paradigma de fraternidad, más de una vez han funcionado como una ruta de doble vía y, en ocasiones como un bumerang. Así ocurre ahora cuando la Mafia Cubanoamericana lo ha convertido en una especie de polígono para sus fechorías y aprovechando la infausta coyuntura que significó el gobierno de Vicente Fox y la debilidad de la administración actual, lo utiliza como plataforma.


Por lo enorme de su territorio y lo complicado de su geografía, la amplitud de sus fronteras, por su cosmopilitanismo y por los desgobiernos que no le han permitido salir de la pobreza y resolver las deformaciones estructurales legadas por el colonialismo y acentuadas por la mutilación territorial a que lo sometió Estados Unidos, en México han prosperado la corrupción y levantado cabeza algunas de las más poderosas inescrupulosas mafias del hemisferio que, dependientes también, miran hacía el lado norteamericano donde encontraron su  alter ego: la Mafia Cubanoamericana.


México no se ha dejado llevar por fatalismo geográfico alguno y ha aprendido a sacar provecho de su privilegiada posición geográfica, cuyas complejidades puede manejar. Lo que desborda su capacidad es que estas circunstancias geográficas y culturales se conviertan en infraestructura de las mafias asociadas al crimen organizado, traficantes de drogas y de personas, contrabandistas de mercancías y de seres humanos que, al operar desde y hacía Estados Unidos, adquieren un poder inusitado.


Como un puente de los milagros, México une al mundo pobre de Iberoamerica y el Caribe con el país más rico de la tierra, el más grande mercado laboral del mundo, la Nación que ofrece mejores oportunidades, a la vez, la única capaz de absorber toda la droga que los cosecheros y narcotraficantes sean capaces de suministrarle y donde la violencia es regla.


En conjunto, tales circunstancias han hecho de México una base de la Mafia Cubanoamericana, que en connivencia con organizaciones criminales locales, sintonizadas además con la política anticubana de Estados Unidos, ha creado una entente que operando en la costa del Golfo provocan una situación  virtualmente insoportable.


La Mafia Cubanoamericana, no se conformó con asociarse con las pandillas locales ni con dedicarse a actividades especificas, sino que, participa en una amplia gama de negocios ilegales: trafico de drogas, comercio humano, contrabando, soborno y naturalmente incursiona también en la política. Imbuida por su condición de norteamericana, no se conforma con ser accionista u operadora, sino que aspira al poder, lo que la coloca en ruta de colisión con entidades locales que se rehúsan a ser desplazadas.


El violento y sanguinario enfrentamiento entre las mafias y de ellas con las autoridades, las instituciones de emigración, aduana y gobernación, el contubernio con los elementos corruptos enquistados en la administración, se dirime a tiro limpio, mediante secuestros y ejecuciones diarias. El conflicto amenaza a las actividades pacificas, estorba el funcionamiento de la sociedad, obstaculiza la actividad de la prensa, perturba la tranquilidad de los ciudadanos y hace peligrar sus vidas. Con la mafia no hay otra opción que frenarla.    


Día a día, con minuciosidad, escrupuloso apego a la verdad y valor a toda prueba, los diarios ¡Por Esto! actualizan la crónica del desastre a que la mafia Cubanoamericana dedicada al tráfico de droga y de cubanos, a la actividad contra Cuba y cuanto negocio ilícito le proporcione dinero y poder, pretende conducir a importantes regiones de México.


Para México frenar a la Mafia Cubanoamericana ahora es de vida o muerte. De permitir que tome fuerza, arraigue, corrompa e imponga su estilo de actuar, llegará el día en que, tal como ocurrió en Estados Unidos, además del dinero y la influencia, quiera también el poder político. Con un Miami basta.
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Fernando V. Ochoa
cel 6621 50-83-33
ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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