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15 de enero – Este año cuando la elite empresarial global se reúna en Davos, Suiza, para su retiro anual, el estado de ánimo será mucho más sombrío que hace unos meses.
Desde la última vez que se reunió el Foro Económico Mundial, las repercusiones de la crisis crediticia global han empeorado la perspectiva de las economías global y estadounidense. El poder y la riqueza se han desplazado de Occidente a Oriente, de las grandes corporaciones petroleras a los gobiernos que tienen petróleo, y de los bancos y fondos de inversiones de alto riesgo de Estados Unidos a los fondos de inversión controlados por los estados de Medio Oriente y de Asia.
Este drástico cambio promete crear toda una nueva lista de personajes estelares este año, incluyendo a los otrora oscuros administradores de fondos soberanos, a los antes aburridos banqueros centrales y a los ignorados economistas pesimistas.
"Un mar de cambio invade a las empresas", dijo Nigel Doughty, presidente de la firma de valores privados británica Doughty Hanson y veterano de Davos. "Todo el panorama ha cambiado, en gran medida por la pérdida de influencia de los Estados nacionales occidentales".
Pocos previeron eso. Cuando Charles Prince, el entonces director general de Citigroup, predijo un año "benigno" para la economía global y los mercados financieros en enero pasado en Davos, estuvo en buena compañía. Los banqueros de Estados Unidos y Europa, jefes de la industria y líderes políticos rebozaban de confianza cuando chocaron sus copas en el elegante centro turístico de esqui alpino.
Después, Prince perdió su trabajo a raíz de la crisis de los préstamos de alto riesgo que se presentó en el verano. Citigroup necesitó una inyección de efectivo de 7,500 millones de dólares de un fondo soberano de Medio Oriente. Otros nombres familiares de la banca también buscan efectivo en Medio Oriente, dejando a los gobiernos de Occidente preocupados por las implicaciones políticas.
Los mercados bursátiles occidentales están nerviosos. El precio del petróleo aumentó 50%, el oro subió de precio y el dólar se depreció cuando los inversionistas buscaron hacer inversiones seguras.
En la reunión de este año, se buscarán respuestas para una nueva serie de preguntas mucho más sombrías, como: ¿la desaceleración económica de Estados se convertirá en una depresión total? ¿Le seguirá Europa? ¿Podrán Asia y otras regiones emergentes continuar su auge exportador hacia los mercados occidentales?
Prince no estará allí para dar su opinión, pero algunas estrellas financieras que sí regresarán podrían mantenerse cabizbajos. Algunos directores generales de firmas que sufrieron pérdidas no estuvieron dispuestos a unirse a los paneles de discusión sobre la crisis crediticia, de acuerdo con personas familiarizadas con el proceso.
"Dudo mucho que seamos las estrellas del espectáculo este año, lo que pienso que es adecuado y sano. Me gustaría regresar a la oscuridad que bien nos merecemos", dijo Glenn Hutchins, fundador y codirector ejecutivo de la firma de valores privados Silver Lake, con sede en Menlo Park, California, y Nueva York. "Todos los que querían hablar sobre valores privados el año pasado, este año querrán hablar de los fondos soberanos".
Los banqueros centrales, incluyendo a Jean-Claude Trichet del Banco Central Europeo y a Ben Bernanke de la Reserva Federal de Estados Unidos, tal vez también tendrán una audiencia mucho más atenta, cuando los paneles discutan cómo reformar las reglas y detalles del sistema financiero global para evitar que se repita el contagio del incumplimiento en los pagos de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos.
Tal vez Trichet recuerde a los financieros de Davos, conscientes de las regulaciones, las que cree que son las lecciones de la crisis crediticia. Entre ellas: la necesidad de reducir la dependencia de los mercados en las firmas calificadoras de créditos y la necesidad de analizar los fondos afiliados a los bancos que jugaron un papel decisivo en la agitación de los créditos de alto riesgo.
El debate más importante en Davos será el de "las adecuadas políticas monetarias y fiscales que nos hagan salir de este pandemonio", dijo Nouriel Roubini, profesor de economía de New York University y presidente de la firma de investigaciones Roubini Global Economics. Roubini recuerda haberse convertido en objeto de bromas en Davos el año pasado, debido a sus opiniones pesimistas sobre la economía.
Un jefe de Wall Street que podrá caminar ufano en Davos es Lloyd Blankfein, presidente y director general del Goldman Sachs Group, cuyos corredores sacaron a tiempo a su firma de las arenas movedizas de los créditos de alto riesgo. Tiene programado hablar en un panel con Henry Kissinger, ex secretario de estado de Estados Unidos, referente a la necesidad de un nuevo concierto de poderes para asegurar la estabilidad global.
Sin embargo, Doughty, de Doughty Hanson, planea pasar algún tiempo en Davos buscando "personas de esas partes del mundo que de verdad tienen un crecimiento dramático y donde puede haber oportunidad para los productos y servicios que podemos proporcionarles", dijo. Entre ellos se incluyen las economías emergentes, como China, Rusia y Brasil, así como los productores petroleros del Medio Oriente.
Una señal del creciente interés en el Medio Oriente y más allá del petróleo: un grupo muy poderoso de ejecutivos, incluyendo a John Chambers, presidente de Cisco Systems, y a Daniel Vasella, presidente del grupo farmacéutico suizo Novartis, asisten a una conferencia internacional en Riad, Arabia Saudita, de camino a Davos. Como resultado, algunos se perderán el primer día de la reunión suiza.
Los delegados de Medio Oriente, China, India y otras regiones en auge transmitirán un mensaje de fortaleza en el centro turístico suizo, creen muchos participantes asiduos. El creciente comercio y los vínculos entre las inversiones de las economías emergentes están reforzando la confianza de que esos países pueden seguir creciendo a pesar de la desaceleración que está trastocando a Estados Unidos y Europa.
Es posible que este "desacoplamiento" sea un tema importante. Los escépticos dicen que la idea que los mercados emergentes ya no dependen de exportar bienes a las economías industrializadas para crecer podría ser la siguiente gran ilusión. "Asia no tiene suficiente demanda interna para compensar la recesión en Estados Unidos", dijo Stephen Roach, presidente de Morgan Stanley para Asia.
Las infatigables advertencias de Roach sobre el rompimiento de las burbujas inmobiliaria y crediticia de Estados Unidos lo hicieron una voz marginal entre la confianza excesiva de las reuniones de Davos de años recientes. Pero al aumentar las probabilidades de una recesión en Estados Unidos, él y otros pesimistas que emitieron las opiniones acertadas en 2007, podrían tener audiencias más amplias este año.
Traducido por Luis Cedillo
Editado por Juan Carlos Jolly
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