miércoles, 12 de agosto de 2009

EL PRD EN SU TRAGICOMEDIA, EN SU ENCRUCIJADA HISTÓRICA




Escrito por xavier Araiza   
Martes, 14 de Julio de 2009 00:18

(El 30 de abriel de 2008, en mi columna Zoon Politikón/Zoon Kulturón del periódico electrónico Los Tubos publiqué el artículo que ahora reproduzco.

Como entonces lo anunciaba El Profeta Desalmado: los tiempos y los hechos de la crisis profunda en el PRD, se han cumplido. En las reciente elección del 5 de julio, la contradicción en el sol azteca estalló no sólo de manera tragicómica sino también patética. Las debacles del PAN y del PRD, le abrieron el terreno al PRI, al mismo partido que envileció la política y canceló la democracia durante siete décadas. En el PRI no hay novedad, remozamiento, modernidad alguna: sigue siendo el partido de Díaz Ordaz, Martínez Domínguez, Luis Echeverría, Salinas de Gortari, Elba Esther Gordillo, El Gober Precioso, el maleante de Oaxaca; y de Peña Nieto, hoy lanzado como actorcito de moda-galán telenovelero publicitado por Televisa hacia la presidencia de la República en 2012.

¿Involución de la política? ¿Todo el terreno es y será de la derecha?

Por lo pronto en el PRD las cartas están echadas: se refunda radicalmente o se divide, ajuste de cuantas mediante contra Jesús Ortega, sus secuaces y las tribus que se han mareado en el ladrillo (pedestal mínimo de poder) que les otorga el presupuesto partidario y las relaciones públicas con los gerentes y funcionarios de la derecha que manda en el país. El borrón y cuenta nueva, sin autocrítica, sólo postergará el hundimiento del partido y hará irrisoria toda pretensión de unir a las izquierdas en la contienda que ya empezó hacia la presidencia de la República.

Para tan dura e histórica contienda: El Peje, el Subcomandante Marcos y Cuauhtémoc Cárdenas, ¿pactarán, negociarán, se darán la mano, harán alianza, firmarán la pipa de la paz, irán a la guerra política comandando a sus correligionarios y simpatizantes, unidos los tres para derrotar al enemigo común? ¿Dejarán la veleidad de superhéroes de la izquierda y tendrán los arrestos para reconocer los aciertos del otro y verse en el espejo de sus propios personales errores políticos? ¿Escucharán el clamor de los ciudadanos mexicanos que repudian a las derechas y quieren la unidad de las izquierdas? Veremos.

Entre tanto sucede ese milagro profano, López Obrador sigue haciendo el juego que sabe jugar magistralmente: espantando a los Capos de la Camorra, devaluando a los merolicos del poder mediático, moviendo sus piezas en el ajedrez político que definirá la contienda en 2012.

¿Qué dirán los espotistas de la guerra sucia comandados por el falangista Solá? Si en 2006 fue para México el mal encarnado con acento tabasqueño, ¿ahora AMLO es un peligro para el mundo? Pues ya tenemos en Los Pinos al salvador de la humanidad que derrotó a la influenza; lástima que en el cielo no tenga jerarquía ni mucha influencia, pues el PRI le acaba de arrimar una paliza callejera.)

No soy perredista. No soy del FAP. No soy lopezobradorista. No soy militante de partido alguno. Eso sí: desde mi años de preparatoria me definí por la izquierda del espectro político.

Así, con esta breve declaración de principios abundaré un poco sobre lo que intermitentemente he dicho en otros artículos: que desde hace tiempo, en su fundación, el PRD vive contradicciones internas que, en estos días, están tocando fondo. Paradójica, pero explicablemente, toca fondo, se descompone, cuando ha alcanzado el más alto nivel de posiciones en la cámara de diputados, en el senado y en el gobierno de varios estados de la República, principalmente en el Distrito Federal, epicentro de la política nacional y bastión del perredismo desde los tiempos de Cuauthémoc Cárdenas.

Pero lo tragicómico del PRD es que su crisis estalla cuando el gobierno de Felipe Calderón se descompone y el movimiento de masas encabezado por López Obrador se organiza, va in crescendo. El pragmatismo, la falta de debate interno; las cuotas de poder a las llamadas tribus; la política partidaria centrada en los procesos electorales; el ingreso indiscriminado de militantes formados en la cultura priísta, prepararon un cóctel explosivo. Hoy, en plena disputa nacional por el futuro de la industria petrolera, donde el PRD debería ser actor central, se muestra desgastado, desprestigiado y dividido.

Es obvio que en esta crisis hay una mano que no sólo toca la pierna de la corriente de los llamados chuchos, sino que acaricia obscenamente todo el cuerpo tratando de seducir, desde el poder y con el dinero, para que revienten al PRD y dejen colgado al FAP y al movimiento que encabeza López Obrador.

¿Alguien en su sano juicio cree que no intervinieron los gobernadores (dato que ocultan los comentadores de la telecracia) de Chiapas, Oaxaca y el Estado de México (dos priístas y un perredista de ocasión) para abultar las urnas y llevar a la presidencia del PRD a Jesús Ortega?

La división entre los "radicales" (que se oponen a la negociación con Calderón) y los "modernos" de la izquierda (que negocian sin principios y se venden a quien los compra) sería anormal en un partido organizado bajo principios filosóficos, ajeno al pragmatismo burdo y al oportunismo servil.

El intercambio de siglas y la venalidad también la padecen los partidos de derecha. Y con métodos siniestros y maneras grotescas, esperpénticas.

Sin embargo, no todo es cochinero (o chuchinero) en el PRD, como dicen los propagandistas-periodistas alquilones de los medios. Hay en ese partido ciudadanos que vienen de la izquierda histórica, de la época en que para ellos/ellas no había curules, ni regidurías ni puestos públicos en municipios y gobiernos estatales; militantes y dirigentes decentes, que saben que sin ética no hay política de izquierda; militantes que critican y les duele lo que sucede en su partido. Esos militantes jamás olvidan que la cuota de su aportación a la lucha por la democracia y un gobierno de la izquierda, les ha costado marginación, persecución y la vida de aproximadamente 600 militantes–la mayoría en el sexenio de Salinas de Gortari.

En la crisis del PRD que se resume en la pregunta, ¿ruptura o refundación?, esos militantes honestos, hasta donde se percibe, apuestan por la corriente que encabeza Alejandro Encinas, ex militante del Partido Comunista, hombre coherente, con imaginación e ideas políticas. En el otro lado de la contradicción figura Jesús Ortega, hombre gris, de pocas ideas, pragmático, negociador a diestra y siniestra, ex miembro del PST-partido paraestatal fundado por un tal Rafael Aguilar Talamantes de triste memoria, que cobraba en la nómina de los gobiernos priístas.

No creo en el dogma cristiano del pecado original. Ni en las conversiones iluminadas, súbitas, al estilo Saulo de Tarso/San Pablo. Pienso que los individuos, en determinadas situaciones y rupturas existenciales, ideológicas, psicológicas, cambian su praxis y su visión del mundo. De ahí que no sorprende ver ex comunistas y ex guerrilleros uncidos al carro de la derecha; a ex priístas y ex panistas, enarbolando las banderas de la izquierda.

Alejandro Encinas y Jesús Ortega definirán su catadura de dirigentes, y el del PRD su futuro inmediato en su relación con el movimiento que encabeza López Obrador, único político de alcance nacional con credibilidad en millones de mexicanos hartos de la impunidad y los fraudes de la derecha.

Aún desmadrado como está, si hace su autocrítica y se refunda, el PRD es el único partido de la izquierda que puede balancear las cosas ante la debacle del país y la agresiva política de la derecha mexicana, que vive su hora postrera en la tendencia histórica que se perfila en Latinoamérica.

Ojalá encuentre la hora y la forma de la autocrítica profunda, severa, sin contemplaciones. La refundación como única salida. Si se hacen el harakiri en público, los ciudadanos desamparados, impotentes, sin esperanza, lamentarán la pérdida.

La derecha, cínica, depredadora: se lamerá los bigotes, saltará sobre la presa. Y soltará la carcajada histérica.

http://www.revistapantagruelica.com/

Monde en Question

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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

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