En 1980 los verdes eran la coalición apache de un movimiento de protesta, un "partido antipartido" compuesto por ecologistas y pacifistas, feministas, cristianos, gente del área "K" (comunistas, sector ladrillo), contraculturales y todo lo que había surgido del 68 alemán y contribuyó a democratizar un Estado de tradición gendarme y preocupante pasado. Treinta años después, el partido es un manso instrumento del establishment, que durante su paso por el gobierno federal (1998-2005) se situó a la derecha del SPD de Gerhardt Schröder, abrazó fórmulas neoliberales y el atlantismo.
En 1983 los verdes ingresaron por primera vez en el Bundestag y en 1985 Fischer se convirtió en el primer ministro verde de un estado federal (Hesse), y, a partir de 1998 en vicecanciller y Ministro de Exteriores. Los verdes de Fischer fueron decisivos para regresar a la (anticonstitucional) intervención militar alemana en el mundo; primero contra Serbia, para evitar lo que Fischer definió como "un segundo Holocausto", y luego en Afganistán, en el Índico, y donde haga falta para garantizar el "acceso" de Alemania a suministros energéticos y rutas comerciales, como dice la Canciller Merkel.
Por el camino muchos sustituyeron el colorido jersey de lana gruesa por el Armani y la corbata. Fischer es hoy asesor de BMW, Siemens y consorcios energéticos, el abogado y ex secretario de Estado Rezzo Schlauch es consejero de (EnBW), una de las grandes empresas de centrales nucleares, y su colega el también ex Secretario de Estado Matthias Berninger se dedica a promocionar la imagen en Europa de la multinacional americana de chucherías "Mars Inc.". Sería absurdo reducir el actual Partido Verde a esta serie, pero en su actual estado el partido se parece más a una versión modernista del FDP, el partido liberal, que a lo que fue en sus orígenes.
Nada ilustra mejor su ausencia de principios ideológicos que su debate sobre con quién aliarse, con la derecha o la izquierda. El Partido cabe en las dos. Gobierna con la izquierda en Berlín, pero con la derecha en Hamburgo y el Sarre. Fueron ellos quienes introdujeron la cuota de mujeres en cargos, hoy generalizada, el irreversible rechazo a la energía nuclear -hoy Merkel sólo habla de prolongar la vida de las centrales en servicio sin atreverse a ir más lejos- y algunas otras cosas, pero en su historia, lo más significativo quizá no sea lo que han aportado, sino lo que han confirmado con su transformación. En los años ochenta el sociólogo Oskar Negt explicaba que en la historia de la socialdemocracia alemana no es el partido el que conquista el Estado, sino el Estado el que conquista el partido. Nadie como los verdes confirma hoy esa tradición nacional, de la que el realismo conformista y un "leal" ("Kaisertreu") atlantismo, son la lógica consecuencia.
Hitos de una transformación:
1980: Fundación en Karlsruhe y primera entrada en un parlamento regional (5,3% en Baden Württemberg)
1983: Ingreso en el Parlamento federal con un 5,6% de los votos y un programa anti Otan y anti centrales nucleares.
1984: Ingreso en el Parlamento Europeo con un 8,2% de los votos.
1985: Comienza la discusión entre "realistas" y "fundamentalistas" sobre la oportunidad de coaliciones con el SPD. Joschka Fischer, primer Ministro de medio ambiente verde en Hesse.
1989: Inicio del gobierno de coalición SPD-verde en Berlín Occidental.
1990: Los verdes se quedan fuera del primer Bundestag de la Alemania reunificada, tras una torpe campaña cuyo lema era, "Todos hablan de Alemania, nosotros del clima".
1994: Regreso al Bundestag (7,3% de los votos).
1998: Inicio de la coalición con el SPD en el gobierno federal.
1999: Apoyo a la intervención militar contra Serbia.
2001: Apoyo a la "guerra contra el terror" y la intervención en Afganistán.
2003: Apoyo al recorte neoliberal del generoso Estado social alemán.
2008: Primera coalición de gobierno regional con la derecha (Hamburgo)
2009: Segunda coalición de gobierno regional con la derecha (Sarre). 10,7% de los votos en las elecciones generales.
:: Rafael Poch > La Vanguardia
--
soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario