sábado, 1 de diciembre de 2007

ALIADOS DE CHAVEZ .

 
por Simón Romero
New York Times News Service 

Caracas, Venezuela, 21 de noviembre – Durante varios años, antes de llegar al poder, el presidente Hugo Chávez conspiró junto con Raúl Isaías Baduel, quien hace poco se retiró como comandante del ejército, en una célula secreta de oficiales de izquierda que querían fomentar la revolución. Fue Baduel quien encabezó la incursión de paracaidistas que reinstaló a Chávez en la presidencia después de haber sido depuesto durante unos días por el intento de golpe de Estado de 2002.

Pero estas impecables credencial de izquierda no han impedido que el general sea objeto de una andanada de ataques desde que rompió con Chávez en torno a los cambios que propone el presidente venezolano a la constitución que, entre otras cosas, eliminaría los límites a la reelección presidencial.

En un mitin reciente, los partidarios del presidente denominaron "traidor" a Baduel y exigieron que fuera llevado al paredón.

Pocas personas hacen que los leales al presidente se sientan tan amenazados. Su crítica se considera particularmente dañina, no sólo porque fue uno de sus aliados más cercanos, sino también porque se dice que cuenta con el respeto de las poderosas fuerzas armadas. Los analistas políticos dicen que sus cualidades de liderazgo podrían convertirlo en alguien que puede desafiar al presidente, quien se ha beneficiado durante varios años por la ineptitud de la oposición.

En una entrevista realizada en su oficina, Baduel respondió con una sonrisa irónica a la pregunta sobre su decisión de oponerse de manera tan abierta al hombre que apoyó durante tanto tiempo. Dijo: "sólo soy un soldado retirado, un ciudadano común que expresa su punto de vista". Hizo una pausa, tomó una taza de café con sabor a cardamomo mientras tomaba un gastado ejemplar de la constitución de 1999.

"Creo que el periodo presidencial debe ser de seis años, con una sola reelección", dijo. Con frecuencia ha descrito la revisión constitucional propuesta como "golpe de Estado", una palabra que con seguridad provoca una fuerte reacción de un gobierno que con frecuencia describe a sus opositores como "golpistas".

La revisión, que se pondrá a votación en el referendo del 2 de diciembre, abarca 69 enmiendas, desde la creación de un nuevo sistema de pensiones para los pobres hasta aumentar el poder del presidente.

Cuatro meses después de su retiro como ministro de la defensa, Baduel, de 52 años, aún luce incómodo con ropa de civil; llevaba pantalones azules de mezclilla para la entrevista, pero la camisa blanca estaba almidonada.

Como Chávez, nació en las vastas planicies del interior de este país y por lo general vivió a la sombra del presidente. Fue comandante de la misma brigada de paracaidistas que alguna vez dirigió Chávez, y en los primeros días de la presidencia de su amigo fungió como su secretario privado. Pero si bien Chávez conversa de manera estruendosa, Baduel, famoso por citar a filósofos europeos, habla casi con un murmullo.

"Nada más actúo con base en mi conciencia", dijo Baduel, quien presagió su rompimiento con Chávez en su discurso de retiro de julio pasado, cuando hizo un llamado para que Venezuela permaneciera expuesta a las fuerzas del mercado "en lugar de resucitar modelos socialistas fallidos del siglo pasado".

En conferencias de prensa en las últimas semanas, Baduel ha ido más lejos, al pedir a Chávez que se retracte de las enmiendas constitucionales propuestas.

"Sus declaraciones a favor de la constitución de 1999 y en contra de la acumulación excesiva de poder presidencial es un discurso que ocupa el centro político de este país", dijo hace poco Heinz Dietrich, científico político con sede en México quien ha publicado muchos trabajos sobre la política venezolana, en un análisis sobre las posiciones del general.

Descifrar a este reservado general se ha vuelto una obsesión para muchas personas. Algunos analistas ya hablan de Baduelogía, o el intento por determinar su influencia en los cuarteles y en las calles.

Cuando se le preguntó sobre los rumores de que aumentó el descontento entre las fuerzas armadas desde que criticó de manera pública el esfuerzo de Chávez por alinear ideológicamente al ejército con su gobierno, Baduel respondió con cautela, "no pretendo ser el vocero de las fuerzas armadas".

Las fuerzas armadas, continuó, "deben estar libres de la militancia política", en una crítica a la nueva orden para que los soldados canten "¡Patria, Socialismo o Muerte!" en las reuniones públicas.

"No debemos olvidar que la función de las fuerzas armadas es preservar el carácter eminentemente pacifista de los ciudadanos venezolanos", dijo.

Desde que hizo públicas sus críticas, a Baduel se le negaron los guardaespaldas proporcionados por el gobierno y se investigó su vida personal. Como católico, ha sido criticado, por ejemplo, por la estrecha amistad que sostiene con miembros de la comunidad judía de este país, muchos de los cuales están cada vez más preocupados por la creciente alianza de Chávez con Irán y las tensas relaciones diplomáticas del gobierno venezolano con Israel.

Baduel describió su acercamiento con los judíos como parte de sus creencias "ecuménicas", pero algunas personas opinan de manera diferente. "Fue captado por la ultraderecha internacional, por el sionismo internacional", dijo Tarek William Saab, gobernador del Estado Anzoátegui y aliado del presidente, en una entrevista de este mes con el diario El Nacional.

Baduel dijo estar preparado para soportar tales críticas. Su apariencia serena y sus respuestas analíticas mostraron escasa angustia por el rompimiento con Chávez, luego de años de apoyarlo como su colega oficial, presidente y amigo.

El general dijo que no participó de manera activa en el golpe de Estado fallido de 1992, encabezado por Chávez, pero que de todos modos fue "castigado", dijo, al verse obligado a asistir a cursos militares en Estados Unidos. En ese tiempo, los aliados más cercanos de Venezuela no estaban en la Habana, como ahora, sino en Washington, y sus superiores esperaban atemperar sus puntos de vista de izquierda.

En un país donde pululan las teorías de conspiración, los reportes publicados proclaman que Baduel prepara el camino de su propio golpe de Estado, o bien que forma parte de un plan maestro de Chávez para crear su propia y leal oposición.

Baduel rechaza hablar de golpes de Estado y conspiraciones, pero no descarta entrar a la política. Dice que su ideología está más inspirada por la teología de la liberación que por el marxismo. Entonces cambia de tema, al de sus gustos literarios.

En su escritorio tiene una constitución de 1999, así como también los libros de Sun Tzu, el antiguo estratega militar chino, y de Robert Green, el estadounidense autor de The 48 Laws of Power. Green dedujo sus leyes del pensamiento de figuras históricas relevantes como Maquiavelo, Mao y Haile Selassie. ("Tercera ley: oculte sus intenciones"; ley número 25: reconstrúyase; etcétera).

Sin embargo, el general dijo que su reciente oposición a Chávez estaba inspirada en un libro diferente: la Biblia. "Nuestra lucha es como la de David y Goliat", dijo. "Como David, tenemos que elegir nuestra arma ahora, y esa arma es el voto".

Traducido por Luis Cedillo

Editado por Juan Carlos Jolly

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Fecha de publicación: 27/11/2007
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Fernando V. Ochoa
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