LUIS ENRIQUE ORTIZ
Hace un par de décadas, durante mis tiempos de universidad, en la capital sonorense se hablaba mucho de un lenón homosexual (antes no se les decía gays) apodado La Maroly, quien al parecer controlaba una parte de la prostitución en Hermosillo; era la época pre teibolera y lo buscaban prominentes figuras públicas en pos de placeres carnales muy privados. Dos frases recuerdo que se acuñaron en ese tiempo desde la casa nonc santa de La Maroly. La primera aludía al hecho de que ahí no había fantasía que no se le pudiera cumplir al cliente (la demanda determinaba la oferta): "hombre, mujer o bestia, nomás que proporcione placer", se decía, primero dentro del prostíbulo y luego –y hasta la fecha- fue adoptado como grito de guerra de los metodistas (dícese del que le mete a todo). La segunda máxima tenía que ver más con la legítima preferencia sexual del proxeneta de marras y era utilizada como una especie de vacuna contra las calumnias, infundios y falsedades lanzadas por aquellos que veían la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio. Así por ejemplo, cuando alguien era acusado de algo de lo que adolecía el acusador, la respuesta era tajante: "oi nomás quién me dijo joto, La Maroly", era una especie de sinónimo del chilanguismo "botellita de jerez, todo lo que digas será al revés". El anterior breviario relativo a la cultura sonorense de fines del siglo XX, viene a cuento derivado de las recientes declaraciones del ex priista, ex gobernador de Baja California Sur y (aunque nadie lo haya notado) hasta hace poco presidente del PRD nacional, Leonel (mas) Cota Montaño. Dijo (más)Cota el pasado 5 de mayo, de acuerdo al periódico El Universal, que tras perder la dignidad, para un militante del Partido vienen los negocios, los privilegios y las canonjías. Interesante sentencia, especialmente si viene de boca de Leonel (más) Cota Montaño, quien se enriqueció en el cargo de gobernador de Baja California Sur haciendo pingües negocios con el patrimonio público de los sudcalifornianos (el emblemático Mogote, en la Paz; por ejemplo). Son recurrentes las versiones de que (más) Cota que está involucrado en decenas de despojos de tierras nacionales y ejidales que ahora son mega desarrollos en Los Cabos, Loreto, Comondú, etc. Que se da el privilegio de apostar (y de perder muy seguido) sumas millonarias a las patas de los caballos de carreras con figuras prominentes de su ex partido, el PRI. Qué reparte canonjías en forma de candidaturas y cargos públicos a sus familiares e incondicionales. Ante ello, sólo restaría preguntarse ¿a qué hora perdió (más) Cota su dignidad? ¿en qué momento se convirtió en pelele de un poder fáctico dentro del PRD? Nadie lo puede determinar con exactitud, por eso mientras no esté claro cuándo y en que partido perdió (más) Cota su dignidad, aplíquesele aquello de qué: "oi quien me dijo joto, La Maroly". Y conste, que no soy homófobo.
Mi espacio es breve, que el suyo sea mejor
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Fernando V. Ochoa
cel 6621 50-83-33
ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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