El Zancudo
(No mata, pero hace roncha)
¿Por qué nadie extraña a Alfonso Elías?
Arturo Soto Munguía
Con la pena, pero de casualidad ¿alguien ha visto a Alfonso Elías Serrano?
Mejor aún: ¿Alguien lo ha echado de menos?
O peor aún: ¿Quién es Alfonso Elías?
Esta interactiva columna invita a sus muy pocos, pero muy grillos lectores, a aventurar algunas hipótesis acerca del lugar en el que pudiera encontrarse hoy, el hombre que debería estar al frente de la lucha voto por voto y casilla por casilla.
El excandidato a gobernador debería hacerse presente, por lo menos para no mandar ese mensaje que estuvo enviando desde la precampaña, y que lo hacía parecer como un buen hombre, pero manipulado a más y mejor por el gobernador Eduardo Bours.
Su ausencia sólo contribuye a arraigar la idea de que Alfonso Elías jamás existió como precandidato, ni como candidato, ni como ex candidato.
Con la ausencia del principal interesado, la lucha pos electoral no puede llegar a buen puerto. Y por eso los titubeos, los deslindes, las acusaciones y los arrebatos de ira y los gritos destemplados.
II
Quizá usted no se acuerde bien de quién es Alfonso Elías, pero él era el candidato del PRI-Sonora al gobierno del estado, una chamba en la que por cierto, se requiere salir de vez en cuando a dar la cara, a explicar algunas cosas, a fijar posiciones políticas, a defender convicciones y otras menudencias de esas.
Quizá usted no lo extraña, porque hasta en los spot de radio y televisión, otros hablaban por él.
Quizá usted no lo recuerde, porque siempre estuvo en un segundo plano, atrás del gobernador Eduardo Bours, como lo sigue estando.
Pero en estos momentos, cuando el rancho del PRI-Sonora está ardiendo, Alfonso Elías por lo menos debería enviar un boletín de prensa redactado por sus asesores -si es que no están ya haciendo antesala en la oficina de Guillermo Padrés-, en el que nos muestre esa pasión desbordada con que el 5 de julio por la tarde-noche, y al 'pelayesco' grito de 'sube, Sonora sube; sube Sonora sube', se declaró ganador de la contienda.
Con esa pasión debería salir a pelear voto por voto, su derrota en condiciones de inequidad.
Él, que tanto sabe de equidad.
III
Pero Alfonso Elías no aparece.
Muy pocos lo echan de menos, ciertamente, porque la única percepción que priva en Sonora en estos momentos, mayoritariamente, es que a Eduardo Bours ya se le acabó el sexenio y le quedan 52 días como gobernador.
Que la elección fue un fracaso en términos de participación ciudadana, que los candidatos no convencieron, que el nuevo gobernador llegará a su cargo con la base social más precaria de que se tenga memoria, con la legitimidad más endeble, con la imperiosa necesidad de promover acuerdos, sobre todo con los escépticos, porque los crédulos ya pasaron a mejor vida y a una nómina incierta.
IV
Pero Alfonso Elías no aparece, ahora que está ardiendo el rancho. "Los priistas, los que no nos refugiamos en la abyecta complicidad del silencio, sí estamos actuando y expresando nuestro desacuerdo frente a la ilegalidad que privó en las pasadas elecciones para Gobernador", dijo Otto Claussen, después de acusar de traidores a 'gente cercana' a Ernesto Gándara, Ricardo Bours, Carlos Zataráin, José Abraham Mendívil.
Lo entrecomillo, porque luego el gobernador dice que el Otto no dijo lo que le dijo que dijera y pa'cabarla de chingar, ni siquiera le entendieron.
El Otto, no está usted para saberlo, pero es el brillante parlamentario que la no menos refulgente Sub 17, está impulsando como coordinador de la bancada priista en el Congreso local.
Saque usted sus cuentas.
El caso es que si Alfonso Elías no aparece en estos días, puede ser incluido entre los refugiados en 'la abyecta complicidad del silencio', como dijo el Otto, aunque luego lo desmientan y lo pongan como un tipo que ni siquiera sabe decir lo que le dijeron que dijera.
Con la pena, pero eso es currículum.
V
Ahora es cuando Alfonso Elías debe mostrar las convicciones que lo mantienen en la lucha por ser gobernador de Sonora, en contra de la mayoría de los sonorenses que fueron, por voluntad propia o por alguna otra razón (o despensa de 50 varos), a las urnas el pasado 5 de julio.
Qué pena con los genios de la 'percepción', pero si el Vaquero no aparece, ni con 100 mil spot van a poder convencer a la gente de que su demanda de anulación va en serio.
Por eso Alfonso Elías debería aparecer por ahí, con la fiereza que le caracteriza, encabezando las marchas que corean a una sola voz: "¡Voto por voto-Casilla por Casilla! ¡Voto por voto-Casilla por casilla!".
Si no aparece, cualquiera pensaría que efectivamente, el senador con licencia (¡Uuuuuffffffffffff!) se anda refugiando en la abyección del silencio cómplice (¡Ayayayayyyyy!).
VI
Es que está cabrón tirarse a perder cuando menudean los zahirientes epítetos contra todo sonorense bien nacido y echado pa'delante, que no marche codo a codo con el cada vez más menguado y descolorido ejército rojo, rumbo a la anulación de una jornada electoral que convirtió un sueño de bebito en la peor pesadilla de un adulto.
Nomás por eso, Alfonso Elías Serrano debería de salir a dar la cara y hablar de frente, como sonorense bien nacido y echado pa'delante.
No vaya a ser la de malas, y mañana o pasado salga el Otto Claussen o Roberto Ruibal, o el propio Bours, a incluir entre los traidores a aquellos que no hicieron bien su tarea, y por eso les metieron unos cuarenta mil votos de diferencia en las urnas.
Aunque creo que ayer, el gobernador mencionó algo así como "se deben preocupar quienes en el PRI no hicieron su chamba".
Ahí es donde debe preocuparse Alfonso Elías.
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