jueves, 18 de junio de 2009

PRD ANTE ELECCIONES 2009 UN ANALISIS DE RAMIRES CUELLAR

EL P.R.D ANTE LAS ELECCIONES DEL 2009 

                                                                     

                                                                   Alfonso Ramírez Cuèllar 
 
 

I 

Es preciso lograr una votación superior al 17% en la elección del próximo cinco de julio. Este porcentaje electoral resulta indispensable, dado que con ello se puede garantizar la permanencia de un partido político de alcances nacionales y relativamente estables. Hacia ese objetivo deberán movilizarse liderazgos y militantes perredistas. 
 

Pero hay que cambiar la conducta política de la dirigencia del partido. La nueva estrategia se sintetiza en un sólo hecho: menos "cooperación" y más oposición. Dejar de arremolinarnos en el centro-político y presentar la convocatoria de la izquierda mexicana. Es la exigencia del contraste político abierto entre las distintas opciones, y también de promover la acción popular. 
 

El hecho de obsesionarnos con la idea  de anclarnos en el centro-político nos llevó al atolladero electoral y nos  está anulando políticamente.  
 

La izquierda ha perdido la fuerza y carece de iniciativa para imponer o promover los temas fundamentales de la agenda de cambios nacionales. Estamos a tiempo de darle fuerza al tema central. ES LA ECONOMIA….. COMPAÑEROS PERREDISTAS 
 

Al mismo tiempo, el Presidente del PRD y la Dirigencia Nacional deben anunciar el acuerdo para someter a referéndum o plebiscito, (figuras establecidas en nuestros estatutos), la permanencia en los cargos directivos o el adelanto del proceso electivo. Este acuerdo incluye la reforma radical del partido y la organización del debate nacional sobre la estrategia frente al poder y la unificación política del movimiento de izquierda del país. 

Lo importante es dar certezas, generar confianzas. El acuerdo post-5 de julio debe ser construido desde ahora. 

II 

El voto a favor del PRD no debe albergar ninguna duda y se debe de promover sin vacilación en todos los municipios y distritos del país. La dispersión del voto no tiene justificación política ni moral. El voto disperso sólo tiene un desenlace: el control absoluto del Congreso de la Unión por parte de la derecha mexicana. Es, al final de cuentas, la renuncia anticipada  de promover los cambios nacionales también desde el poder legislativo.  

Hoy se promueve una idea: "poquitos diputados, pero bien valientes". Es una idea errónea que menosprecia la lucha por las reformas. Encierra la convicción de que sólo los cambios nacionales serán a partir de nuestra llegada a la Presidencia de la República. En los hechos nos coloca en una posición conservadora que niega la constitución de una fuerza popular creciente en todos los ámbitos de la vida nacional.  

Alcanzar dicho porcentaje de la votación no es para salvar a ninguna clase política llena de conservadurismo o a la vieja nomenclatura perredista. Se trata de tener el mejor escenario desde donde se levante la convocatoria para realizar las grandes transformaciones derivadas de la profundidad de la crisis económica y de la descomposición del sistema político y de seguridad publica en México. 

También es un acto de responsabilidad y de respaldo pleno hacia nuestros gobiernos. Sobre todo para aquellos que tienen bajo su mando verdaderos programas de reformas sociales  y cuya intensidad y convicción los hace distintos al PRI o al PAN.  Son gobiernos que han demostrado que es posible ser diferentes y que hacen un esfuerzo de romper con la vieja inercia de simples  administradores para colocarse como promotores de verdaderas reformas que combaten las desigualdades sociales. A estos gobiernos no  podemos debilitarlos con el voto disperso. 

Obtener una votación ligeramente mayor al 10 % será un castigo estructural, político y también ético de los ciudadanos a la corriente de la izquierda que históricamente ha encarnado la lucha por la democracia en el país. De un resultado de tal naturaleza sólo puede desprenderse la fragmentación política y orgánica, la confusión que trasciende el corto plazo. 
 

III 
 

Lograr la votación que se ha obtenido históricamente en las elecciones intermedias por parte del PRD no es, en las actuales circunstancias, algo sencillo. La principal adversidad proviene desde el mismo campo de la izquierda: en el electorado y el liderazgo tradicionalmente perredista.  

Dicha adversidad ahora también se presenta en el desencanto de muchos demócratas que siempre han acompañado la opción progresista. Son ellos, entre otros, los que empiezan a darle forma a la corriente de opinión, cuya fuerza en estos momentos es difícil cuantificar, que promueven el "votar nulo". No es sólo una rebeldía electoral. Son demócratas que también están señalando la crisis política del principal partido de la izquierda mexicana. 

El PT y Convergencia son partidos que carecen de tradición y significado histórico en las luchas por la democracia mexicana. La presencia de ellos en la contienda electoral carecería de significado relevante. Pero lo grave es que enfrentamos una división del electorado y del liderazgo histórico que ha construido la fuerza del PRD a lo largo de muchos años. 

Con excepción del Distrito Federal y Michoacán, dicha división se hace patente y preocupante en aquellas entidades que han jugado un papel fundamental en la construcción de la fuerza electoral de la izquierda y del PRD en lo particular. En situación crítica se encuentran los estados de Zacatecas, Estado de México, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, entre otros. 

Desde el surgimiento del PRD dichas entidades se han constituido en las bases fundamentales sobre las que ha descansado buena parte de nuestra fuerza política y parlamentaria, incluso desde antes de la fundación del partido 

Las distintas encuestas han proyectado un nivel de abstención superior al 60%. De ser esto real, la votación de los partidos surgirá del electorado "duro" y tradicional. El grave problema es que el electorado "duro" que presenta la mayor fragmentación es el que tiene que ver con el PRD y la izquierda del país.  

Es decir, estamos ante la presencia de una disputa por el mismo voto, que cada día tiende a escalar niveles insospechados de confrontación en un electorado común. Tal parece que, hasta ahora, la campaña electoral de la izquierda, sobre todo la de los candidatos del PRD y del Movimiento Salvemos México, no está disputando el voto del PRI o PAN, ni el del elector imparcial. 
 

La competencia es, en lo fundamental, por la misma franja de electores que han decidido el triunfo del PRD en distritos y municipios. 

Lo que observamos hasta ahora, es, en verdad, una esquizofrenia política inexplicable que cobra relieve, sobre todo por la descomposición política del régimen y la profundidad de la crisis económica. Una situación de emergencia nacional donde lo natural es que la izquierda presente un programa radical de cambios en todas las esferas de la vida nacional. 

En un momento de "normalidad nacional", quizá la confrontación que estamos mostrando resultaría intrascendente o simplemente pasajera. Pero en la situación actual del país, no es así. 
 

IV 
 

El PRD está obligado a cambiar de estrategia política. El reto no es la "cooperación", sino la oposición franca al poder. 

La actual es una campaña para proyectar una agenda legislativa de oposición. No estamos en el momento de una negociación parlamentaria. Tampoco es una campaña donde se impone la obligación de hacer concurrir una diversidad de intereses o lo ineludible de construir acuerdos con fuerzas distintas a la izquierda y el movimiento democrático. El buen comportamiento no está reñido con la radicalidad de nuestra denuncia y la contundencia de nuestra convocatoria. 

El contraste radical de opciones de política y de estrategias de desarrollo económico, de libertades y derechos, y la denuncia de privilegios es, en verdad, lo que tiene que cobrar fuerza. 

Necesitamos –Hasta este punto hemos llegado- tener un enemigo político a enfrentar. De hacerlo abiertamente y donde quede claro ante los ojos de la población la determinación de la lucha que hemos emprendido. 

Son cinco cambios para enfrentar la elección del cinco de julio. 

1.- Volver a reconstruir la oposición de izquierda en aquellas entidades del país gobernadas por el PRI y PAN. 

Esto lo debería también asumir el liderazgo de la Coalición Salvemos México, dado que los partidos en dichas entidades se han convertido, por omisión o decisión, en prolongaciones vulgares de los poderes estatales. 

Es increíble y por ello también inadmisible que la oposición de izquierda prácticamente haya desaparecido en aquellos lugares donde la pobreza y la miseria son más insultantes, y el abuso de poder se realiza con el mayor descaro, donde el robo y el desvío del presupuesto es sistemático, donde los vínculos  del poder con el crimen se hace insoportable, y donde ocurre una violación constante de los derechos de las personas. 

2.-El 5 de julio debe de haber una sanción ciudadana por el manejo de la tragedia en la economía del país. Este es el punto central. El PRD debe movilizar absolutamente todos sus recursos humanos y financieros para poner la economía en el centro de la confrontación política. 

La gravedad de la crisis de la economía nacional es responsabilidad del gobierno federal del PAN y también del PRI. Los dos partidos y el gobierno han quedado pasmados frente a una adversidad internacional  y han sometido a la economía del país a una inercia que solamente consolida el estancamiento productivo. El desempleo y la quiebra de empresas se han profundizado por el hecho de negarse a poner en marcha un verdadero programa de inversiones, y de trastocar privilegios. 

Es el momento de demandar la movilización de todos los recursos financieros que están congelados en fondos y fideicomisos. Es la hora de erradicar los privilegios fiscales que existen en el pago de la renta y que garantiza privilegios a unos pocos. Se necesita bajar sensiblemente los costos del gobierno y de la clase política. Se precisa recurrir al crédito internacional para el desarrollo de inversiones. Se  necesita gastar rápido y gastar bien el presupuesto aprobado por los Diputados para el ejercicio 2009, y obligar a los gobiernos estatales y municipales a gastar en obra productiva. 

La declaratoria de emergencia nacional presupone, ante todo, la constitución inmediata de un gran Fondo de recursos financieros que debe ser puesto de inmediato al servicio de una cartera nacional de proyectos de obras de infraestructura y financiamiento de empresas agrícolas e industriales, de turismo y prestación de servicios. 

El gran desafío es el de la juventud mexicana. Es una franja significativa de la población que no tiene absolutamente ninguna certeza en términos de realización social y productiva. 

3.- A partir de la campaña electoral se debe poner en marcha, sin ningún temor, el programa de lucha contra los monopolios y en defensa de los consumidores. Ya resulta inaceptable que la clase política se siga aterrorizando frente a la televisión y permanentemente se someta ante el poder creciente de los monopolios y el control de los bienes y servicios que tienen muy pocos. 

Ni la economía, ni las instituciones, ni la sociedad pueden seguir siendo sometidas por la fuerza de los que controlan los servicios financieros, las telecomunicaciones, la venta y compra de alimentos, los servicios privados de salud, los materiales de construcción. 

El control de estos y otros mercados de bienes y servicios, no sólo son un impedimento para que la economía pueda crecer, son también los beneficiarios eternos del saqueo fiscal del estado mexicano, los que establecen impuestos ocultos y, la distorsión de precios en permanente abuso a millones de consumidores. 

4.- La denuncia de los vínculos entre el poder y el crimen debe ser abierta, tajante. El poder de los criminales ha crecido por el hecho de contar con una clase política que solapa y protege. El crimen está creciendo al amparo de esa clase política. 

Hemos llegado a una situación de peligrosa descomposición. Lo grave es que la ciudadanía nos está viendo a todos iguales, con responsabilidades comunes. El deslinde de la izquierda debe de cobrar mayor fuerza. Ninguna urgencia electoral justifica guardar silencio o tolerar hechos. 

5.- El sistema político mexicano se agotó. La reforma establecida sólo para contar bien los votos resulto insuficiente. Ahora hay que volver a empezar por el sistema de rendición de cuentas y las sanciones. Hacer la reforma de la participación directa de los ciudadanos a través del plebiscito, y la revisión de un federalismo distorsionado que sólo genera gobiernos estatales, municipales y delegacionales  como pequeños monarcas con más dinero y mayor impunidad. 

Ya es la hora de la reforma de los partidos políticos y de las organizaciones sociales y de los gremios. El gran reto es restituir la vitalidad democrática de organismos políticos y sociales y convertirlos en verdaderas institución de representación ciudadana. 

Es la reforma para restablecer los derechos y las libertades de los militantes y erradicar el creciente poder de burocracias que han nulificado la existencia misma de los partidos, de los sindicatos de las organizaciones de la sociedad mexicana.  

Lo que se necesita es la reforma que desate la movilización y el poder de los ciudadanos mexicanos. 

V 

En la campaña electoral el PRD debe proyectar y movilizar sus liderazgos. Es la oportunidad para construir una nueva franja de líderes políticos nacionales. Dadas las circunstancias y la fragmentación del liderazgo histórico del perredismo debemos echar mano de muchos de nuestros gobiernos y representantes parlamentarios. 

El PRD no puede darse el lujo de andar en el proceso electoral sin un liderazgo contundente. Todos deben de ser movilizados en la promoción del voto nacional. La ciudadanía debe notar que decenas de hombres y mujeres formados en la vida del partido, en los gobiernos estatales y municipales, en las Cámaras del Congreso están, con toda autoridad, llamando a la votación a favor del PRD. 

En forma particular, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal tiene la gran responsabilidad y debe contar con todo el apoyo para desplegar una labor política nacional que ponga en evidencia las grandes potencialidades de desarrollo y bienestar que se logran, al contar con verdaderos programas de reformas y justicia social en beneficio de millones de mexicanos. En las actuales condiciones, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, es uno de los principales activos políticos que debe ser movilizado y respaldado. 

VI 

El cumplimento de nuestros objetivos político-electorales se reforzarán al momento de dar certezas y generar confianzas sobre el futuro del Partido de la Revolución Democrática. 

El Presidente Nacional del partido debe anunciar, desde ahora, la configuración  de UNA CARTA POLITICA que sintetice los acuerdos básicos del nuevo PRD que podemos construir. 

Primero: Expresar la determinación de someter, luego de terminado el proceso electoral, a referéndum o plebiscito la permanencia de los actuales dirigentes de nuestro partido. El objetivo es garantizar la existencia de un cuerpo de dirección nacional plenamente fortalecido mediante la sanción de la militancia.  

No se trata de buscar culpables luego de la elección. Lo que en verdad necesitamos, son dirigentes con una fortaleza incuestionable para lograr mantener la unidad y la concurrencia de todas las fuerzas y militantes que existen en el partido. 

Segundo: Abrir el proceso de reformas del Partido. Lo que se pretende es lograr la democratización del PRD. Realizar la reforma del dinero y de la forma de funcionamiento y financiamiento de las llamadas corrientes partidistas y restablecer los derechos y la existencia misma de los militantes y afiliados, suprimir el aplastante peso de las burocracias del partido, y promover los cambios legislativos para garantizar la validez del voto de los militantes en la elección de sus dirigentes y la sanción penal a los infractores de las normas perredistas. 

Llegó la hora de que los partidos políticos, por la fuerza de la ciudadanía, y por mandato legal y constitucional, sean sometidos a grandes reformas. Desde hace años, las oligarquías partidarias de todos los partidos, han venido boicoteando la regeneración política y democrática de los partidos. 

Las burocracias partidarias marchan bajo una convicción común: Hacer todopoderosas a las oligarquías de los partidos aún a costa de los mismos partidos políticos, y de la misma democracia en el país. 

Tercero: Iniciar el debate nacional sobre la unificación política de la izquierda mexicana y establecer las bases de una gran Coalición Democrática  para enfrentar el cambio de gobierno en 2012. Este es también el debate sobre la estrategia política a seguir frente a la situación emergencia que se vive en la economía y en la vida política del país. 
 

                                                 Ciudad de México, junio del 2009.


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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo

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