viernes, 17 de septiembre de 2010

LO QUE ENTRO, SALIO. el zancudo del chapo, columna.

Arturo Soto Munguía

Este título, que parece albur, no lo es. Bueno, no en el sentido estricto.

Es más bien la cita que los colegas más veteranos le achacan a un alcalde de la sierra que hace muchos años saltó a la fama por su exagerada capacidad de síntesis, ya que con esas cuatro palabras resumió su primer informe de gobierno.

Ignoro si la anécdota sea cierta, pero conviene traerla a colación ahora que los 72 presidentes municipales de Sonora comparecieron ante sus respectivos cabildos, para dar cuenta del estado que guardan sus administraciones municipales; sus finanzas, sus programas, obras y proyectos.

Para este día, los periódicos amanecerán llenos de notas y columnas acerca de lo bonitos o desangelados que estuvieron esos rituales de la vida pública; de los asistentes y los ausentes; de lo ahí tratado y lo que se dejó de mencionar.

En mi caso, aunque no fui requerido y mucho menos acreditado al primer informe del alcalde capitalino Javier Gándara Magaña, acudí por la sencilla razón de que a mi jefe inmediato, o sea el señor Javier Martínez Barraza a quien familiarmente suele aludirse por el mal nombre de El Vago, se le puso que debería ir a 'cubrir' el evento.

Y efectivamente, fui. Pero como no tenía acreditación, no pude entrar a la sala de Cabildo, donde se congregaron distinguidas personalidades de la vida pública local, para escuchar el citado informe.

El reducido espacio impidió que varios colegas pudiésemos colarnos, pero amablemente fuimos conducidos a una pequeña sala donde hacía un chingo de calor y donde el personal del Ayuntamiento tuvo a bien colocar unas sillas frente a una pantalla de televisión para seguir en vivo y en directo el recuento de actividades del alcalde, que por cierto se reportan en nota aparte.

Ignoro cómo hayan sido los informes de otros presidentes municipales, pero al menos el de Hermosillo fue austero y plano; sin mucha 'carnita' para los reporteros que más bien se dieron a la tarea de 'cazar' a las personalidades asistentes y sacarles notas suficientes para reportar chamba en estos días de patriótico megapuente, donde la raza reporteril se anda tronando los dedos para acabalar su cuota diaria de información. Ya llegarán el sábado y el domingo, para exprimir las libretas.

Por ahí me topé con el secretario de Gobierno, Héctor Larios Córdova, que se me tiró como El Santo para aclarar algunas cosas planteadas en la columna de ayer en torno a los nuevos protagonistas del caso ABC: padres y madres que reclamar atención para sus hijos, a quienes el IMSS clasifica como 'expuestos' y no 'lesionados', de manera que no alcanzan una serie de prerrogativas, sobre todo económicas.

"Ya leí tu columna", me dijo, y comenzó una puntual explicación del asunto, para concluir que a los niños en cuestión sí se les ha brindado la atención médica en hospitales nacionales y extranjeros; se les han hecho los estudios correspondientes y el asunto de la 'clasificación' le compete al IMSS.

Sugirió además la existencia de intereses no del todo claros detrás de las protestas que el grupo de padres y madres han realizado en los últimos días, auspiciados por su abogado. De hecho, en la víspera, los voceros del Movimiento 5 de Junio, Patricia Duarte y Julio César Márquez, declararon también en sendas entrevistas, que a los otros padres los inspiraba un afán de lucro.

Será el sereno, pero lo cierto es que los nuevos protagonistas de este capítulo se mantienen en sus exigencias y habrá que estar pendientes de cómo evoluciona el asunto.

Lo cierto también es que el secretario de Gobierno, Héctor Larios resultó un asiduo visitante de El Zancudo, lo cual viene a sumar lectores a esta columna que no mata, pero hace roncha.

Y precisamente una de esas ronchas fue la que dejó en días pasados, tras la publicación de la crónica de la sesión del Congreso del Estado, donde se discutió la cuenta pública estatal correspondiente al los últimos meses de la administración boursista y los primeros del Nuevo Sonora.

Parte central de esa discusión la ocupó el trabajo del Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización, que preside Eugenio Pablos Antillón y que entre otras funciones tiene las de revisar los estados financieros trimestrales y anuales del gobierno del estado y los municipios.

Y también se puso de relieve la actuación del presidente de la Comisión de Vigilancia del ISAF, el diputado Otto Claussen Yberry.

A propósito de esto es que recibimos en nuestra bandeja de entrada una misiva de un funcionario cuyo nombre nos reservamos, que conoce de cerca las labores de ese instituto, y que a la letra dice:

"Arturo.- Con mucha prudencia y discreción, sólo a ti te comento que el ISAF, lo conozco muy bien, nunca ha servido para nada. La Contraloría, desde hace mucho, desde su creación, con (Óscar) López Vucovich, con el Temo (Balderrama), con el Nono (Arnoldo Soto Soto), todos sabemos que tampoco nunca ha servido para nada. Por cierto, ¿que pasó con aquella promesa de campaña de que el Contralor fuese designado por la ciudadanía o el congreso? ¿Te fijas cómo ahora estos azules están justificando la corrupción y mala calidad de las obras del PSP de los colorados?
Con rojos, amarillos o azules, es la misma clase "empresarial y constructores". Y el ISAF???? y la Contraloría ??? Te aseguro que Jamás, nunca encontrarán ninguna falta.
Ahí se las dejo. Aunque eso de la mucha prudencia y discreción no es tan necesaria, considerando que nuestro amigo no es el único que piensa eso. Y considerando sobre todo, que ni mi pecho ni mi bandeja de entrada son bodegas. Jejejee.

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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo

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