Rómulo Pardo Silva (especial para ARGENPRESS.info)
Los recursos finitos se deben usar racionalmente para conservarlos. El capitalismo o un socialismo de crecimiento económico constante son igualmente contrarios a la humanidad porque agotan irresponsablemente la naturaleza.
Las personas que están por oponerse al consumismo y promover una civilización austera, sustentable, solidaria, deben organizarse en un nuevo socialismo que inicialmente contradiga la aspiración de las masas.
El socialismo real nunca proclamó que su modelo de sociedad igualitaria perseguía una producción y un consumo de bienes sustentable en el tiempo. Desapareció abandonado por buena parte de la población cuando no pudo competir como había dicho con el exitoso productivismo de los capitalistas.
El momento histórico actual exige advertir a la sociedad que la economía dominante empobrece los recursos terrestres y tendrá que colapsar en algún momento. Que insistir en ella por cualquier razón es un acto ciego.
La próxima civilización tendrá que ser obligadamente de consumo decrecido para los que compran en exceso. Será la única manera para que la vida humana subsista durante los miles, o incluso millones, de años que según la ciencia le son posibles.
Para esa escasez los magnates mundiales preparan la fuerza militar de la OTAN que les permitirá conquistar todas las riquezas naturales del planeta. Dentro del plan de la élite la población en desarrollo es un consumidor rival, un enemigo que se puede eliminar, como se ha hecho antes.
El nuevo socialismo debe luchar por más bienes y servicios para los pobres y al mismo tiempo tener la particular valentía de oponerse al sobreconsumo de empresarios, profesionales, capas medias y trabajadores especializados.
Un freno a la explotación de la naturaleza no será aceptado y en consecuencia durante largo tiempo el nuevo socialismo no debe esperar ser mayoría para tomar el gobierno. Su labor como minoría será explicar las condiciones objetivas del porvenir y su programa en resguardo de todos.
Las consecuencias de la crisis de escasez de materias primas, además de otras, creará al fin las condiciones para llegar a ser una fuerza política capaz de oponerse al fascismo de las corporaciones occidentales.
Cualquier socialismo orientado al productivismo y consumismo con el pretexto de poder ser gobierno para hacer más justicia es un socialismo oportunista que hará más pobre y peligrosa la existencia de las generaciones venideras.
Ni científica ni éticamente es posible justificar el consumismo que destruye las posibilidades de vida del mañana.
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soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
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