Una nación sin sentimientos
Isabel Dorado Auz
"Creo que no les he contado que estoy enfermo, seriamente enfermo. Tengo cáncer, pero hasta ahora la enfermedad no me ha producido ningún dolor insoportable"
Germán Dehesa
La frase que antecede a esta colaboración parece ser un diagnóstico certero de la situación en que se encuentra nuestro país, aún y cuando el autor de la misma hace referencia a su situación personal en los últimos días de su existencia. Creo que Germán dibujó con esta frase, quizá para despedirse, el retrato de nuestro México. Un México que no termina por darle vigencia plena a los sentimientos de la nación, propuestos por Morelos en nuestra guerra de independencia.
Se perdió, por ejemplo, la independencia económica lo cual ha llevado a los gobiernos neoliberales a depender políticamente de organismos internacionales y se observa una especie de reconquista de los españoles a través de la banca y diversas empresas. Si bien Morelos planteaba que solo se reconociera a la iglesia Católica sin tolerancia de otra; hoy esa iglesia se degrada a sí misma en personajes tan siniestros como Juan Sandoval Iñiguez y Onésimo Cepeda.
La soberanía no dimana inmediatamente del pueblo y se están haciendo frecuentes los fraudes "patrióticos" para imponer a personajes ineptos o siniestros. Los sueldos de los funcionarios públicos resultan muy onerosos, principalmente los devengados por los encargados de impartir justicia, quienes cobran alrededor de medio millón de pesos mensuales y no son capaces de impartir justicia a los padres de los niños de la guardería ABC; o bien, respaldar las justas demandas de la clase trabajadora.
La esclavitud, aunque proscrita en la constitución, es cada vez más común en los campos agrícolas, en la trata de blancas o en las instituciones que supuestamente tratan problemas de adicción a las drogas. Las leyes generales no aplican de igual manera a todos los mexicanos, haciéndose evidente la diferencia entre distintos extractos sociales.
La propiedad de la tierra de los pequeños ejidatarios poco a poco se ha ido perdiendo desde que se hicieron las modificaciones al artículo 27 con la intención de desaparecer los ejidos y dar por terminado el régimen de propiedad comunal, con lo cual muchos campesinos han optado por vender sus tierras a unos cuantos terratenientes.
Decía Morelos que en la legislación no debía admitirse la tortura, pero en el México actual es muy común la denuncia de esta práctica por parte de las fuerzas policiacas.
La carga impositiva propuesta por Morelos fue del 5% sobre las ganancias y nuestros "ilustres" legisladores nos impusieron un 16% de IVA más el 33% de Impuesto Sobre la Renta, además de otros en otras áreas de la economía.
Por todo lo anterior, debiera avergonzarnos la intención de festejar algo este próximo 16 de Septiembre, fecha propuesta por Morelos cuando ilusamente pensaba que sus Sentimientos de la Nación tendrían plena vigencia y serían, por tanto, un motivo de festejo nacional cada conmemoración de esa fecha tan importante en la historia de nuestro país.
Por eso también, quiero resaltar la frase de Germán Dehesa, y solo mantengo la esperanza de que no esperemos hasta que el dolor sea insoportable para tomar conciencia de que el cáncer que padece México debe ser tratado con urgencia. El buen Germán, entendía que su situación era parte de su propio ciclo de vida; nuestra nación, en cambio, no pueda darse el lujo de morir en nuestras manos. Algo tenemos que hacer para recuperar los anhelos de los hombres y mujeres que nos dieron patria.--
soy como el clavo, que aun viejo y oxidado, sigue siendo clavo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario