lunes, 26 de noviembre de 2007

En EUA, la inmigración ilegal es un tema decisivo para los candidatos a la presidencia de 2008

 
por June Kronholz
Dow Jones Newswires 

Chariton, Iowa, 20 de noviembre – Barack Obama terminaba su discurso ante un público amistoso, en este diminuto pueblo del sur de Iowa, cuando Stephen Scott, un pintor de paisajes de la localidad, levantó una mano para hacer una pregunta. ¿El presidente Obama habría firmado la "ley de amnistía" para inmigrantes ilegales, que fracasó el verano pasado?, preguntó con irritación.

Obama le respondió de manera cautelosa y evasiva, que finalizó con un plan para conceder el estatus legal a los inmigrantes ilegales que hayan vivido en Estados Unidos por vario años. "¿Alguna otra pregunta?", dijo, para evitar cualquier controversia.

El debate sobre cómo enfrentar la inmigración ilegal dividió al partido republicano hace dos años, enfureció a su base social-conservadora y alejó a los electores latinos. Para los demócratas, el tema podría ser aún más peligroso.

Los estrategas demócratas creen que los electores latinos bien podrían inclinar a un puñado de estados decisivos, como Florida, Arizona, Nuevo México, Colorado y Nevada, hacia su lado en 2008, asegurando la elección de un presidente demócrata y cimentando una mayoría de ese partido para los próximos años. Pero los partidarios de la clase obrera, negros y con ingresos medios, están cada vez más molestos por la inmigración ilegal, gran parte de la cual es latina.

Los demócratas "están bastante nerviosos por este tema", dijo Luis Gutiérrez, representante demócrata por Illinois, quien apoyó la reforma a la ley de inmigración en la Cámara de Representantes. "Prefieren permitir que los republicanos lleven los votos latinos al bando demócrata sin que tengan que ahuyentar a un solo elector por sí mismos".

"No es probable que eso ocurra. Esta elección podría encender este tema si no lo manejamos de forma inteligente", dijo Christopher Dodd, senador por Connecticut y precandidato demócrata a la presidencia. Luego de un discurso sobre política extranjera en Iowa City, cuatro de las 30 preguntas que le hicieron los asistentes versaron sobre migración.

El 5 de noviembre, en una encuesta patrocinada por el periódico The Wall Street Journal y la cadenda de televisión, NBC, 11% de los adultos, y 4% de los electores demócratas, dijeron que la inmigración ilegal es su máxima prioridad. Pero los miembros de esa minoría, organizados en internet, han creado suficiente agitación política al inundar oficinas de legisladores con faxes y al preguntar sobre el tema en las campañas.

Del mismo modo, una encuesta de University of Iowa en este mes muestra que sólo 2.4% de los demócratas de Iowa consideran a la inmigración como el tema "más importante" para decidir su voto, pero 85% dijo que la posición de un candidato sobre la inmigración es importante, o muy importante, para ellos.

En un signo de tensión dentro de la dirigencia demócrata, los legisladores de origen latino se enfurecieron la semana pasada porque los líderes del partido no bloquearon los esfuerzos republicanos para incluir una medida limitada que obliga al uso del idioma inglés en un proyecto presupuestal.

Los latinos representaron hasta 8% del voto nacional en 2006, pero su crecimiento y su molestia con los republicanos por estas intenciones podrían ser oro electoral para los demócratas. NDN, un centro de estudios demócrata sin fines de lucro, pronostica que "no existe un mapa de ruta (republicano) razonable para lograr la victoria en 2008", si la creciente población latina inclina varios estados estratégicos hacia el bando demócrata.

Pero una política a favor de la migración corre el riesgo de enfurecer a otras bases electorales demócratas. El representante Gutiérrez culpa a la debilitada economía estadounidense de intensificar la molestia por la inmigración entre los electores de la clase trabajadora. "Es fácil, ya que las personas están temerosas" por los salarios, las hipotecas y los empleos, dijo.

Aquí en Chariton, donde la Oficina de Censos reporta que sólo hay 40 residentes nacidos en el extranjero, al público al que se dirigió Obama le preocupaba que los trabajadores mexicanos desplazaran a los estadounidenses. "El ciudadano medio sabe lo que ocurre", le dijo a Obama un hombre de mediana edad. Las escuelas están atestadas de niños que hablan español y la anarquía de la inmigración ilegal parece encolerizar a las audiencias de la campaña casi por igual.

"Muchos demócratas de clase media creen que son superados (por los migrantes ilegales) y reaccionan igual que los republicanos, sólo que tienen más pena de decirlo", dijo James Ceaser, científico político de University of Virginia.

Asimismo, los demócratas corren el riesgo de generar una "rivalidad entre minorías" si se inclinan a favor de los latinos con su política migratoria, dijo Ceaser. El aumento del poder político de los latinos ha sido a expensas de los negros; y los inmigrantes latinos ya reemplazaron en gran parte a los ciudadanos de color en algunas industrias, incluyendo la construcción.

T. Willard Fair, presidente de Miami Urban League y uno de los pocos líderes de color que hablan de manera abierta de los efectos de la inmigración ilegal sobre los negros, dijo que "hay una corriente oculta" de resentimiento en su comunidad. No es probable que las personas de color abandonen el partido demócrata por eso, dijo, y están renuentes a oponerse públicamente a la inmigración debido a su propia historia en cuanto a los derechos civiles. Pero "no hay más que caminar hacia un bar del vecindario para escuchar hablar sobre el tema", dijo.

El problema de los demócratas es que ellos hicieron de la inmigración un tema nacional al promover el plan de reforma. Entonces, mientras lo dejaban calentarse, no pudieron promulgar una ley migratoria, a pesar de ser mayoría en el Congreso, dijo Peter Brodnitz, estratega demócrata que no apoya a ningún candidato.

Los demócratas enfurecieron aún más a muchos electores al proponer algunos beneficios para los inmigrantes ilegales antes de proporcionarles algo de alivio económico a los preocupados electores de la clase media, agregó Brodnitz.

Por lo general, las encuestas muestran a una mayoría de estadounidenses resignados a legalizar a los inmigrantes si el proceso incluye sanciones y se equilibra con una mejor vigilancia fronteriza y la aplicación de las leyes migratorias en los centros de trabajo. Pero las encuestas también muestran que los estadounidenses están indignados por los beneficios que otorga el gobierno a los inmigrantes ilegales, lo cual dificulta mucho a los demócratas enmarcar un mensaje de campaña de manera adecuada.

Por su parte, los republicanos consideran a la inmigración ilegal un tema positivo de campaña, ya que motiva a los electores de base al tiempo que desvía la atención de la guerra de Irak y siembra la discordia entre los demócratas. En la encuesta Wall Street Journal/NBC, 38% de los republicanos dijeron que la inmigración era su primera o segunda prioridad.

Además, los republicanos ven el valor de vincular la inmigración ilegal con el terrorismo y la seguridad nacional, dos temas donde, de acuerdo con las encuestas, tienen una ventaja sobre los demócratas. En un nuevo anuncio de campaña, el representante Tom Tancredo, republicano por Colorado, busca la presidencia con base en una plataforma que se opone a la inmigración, advierte que las "fronteras abiertas" de Estados Unidos incitarían otro ataque terrorista.

Traducido por Luis Cedillo

Editado por Juan Carlos Jolly

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Fecha de publicación: 23/11/2007
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Fernando V. Ochoa
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