MOURIÑO, LAS MANDARINAS Y EL FACTOR PMP.
El factor PMP, tecnicismo poco conocido pero que aquí aclararemos, se está volviendo común en las explicaciones del gobierno? de Calderón respecto de los "accidentes" relevantes que han cobrado vidas humanas.
Primero fue lo de la plataforma petrolera accidentada. Los trabajadores de la plataforma, una vez declarada la emergencia, se subieron a las "mandarinas" (aquellos botes de emergencia en forma y color del cítrico que les da nombre), las mismas que fueron proveídas por la empresa Oceanografía, nave insignia del contratismo corrupto panista.
Las famosas mandarinas se hicieron gajos antes de llegar a tierra y los trabajadores resultaron muertos, ahogados en las agitadas aguas del Golfo de México. Para explicar las razones de sus muertes vendrían otros golfos, también de México.
Encabezada por el Nobel Molina, la comisión "independiente" encargada de explicar el accidente de la plataforma, llegó a la conclusión de que los muertos tuvieron la culpa de sus muertes. Tiene, la comisión, toda la razón. Los muertos debieron saber, antes de morir por supuesto, que las tales mandarinas habían sido compradas por PEMEX a la empresa de los hijastros y cuñado de Fox.
De esa manera, los muertos debieron saber que tenían mayores posibilidades de sobrevivir si se quedaban en la plataforma petrolera, incendiada toda ella, que si se trepaban en la mandarina de la corrupción foxista. En el recurso de echarle la culpa al muerto es donde aparece el factor PMP (pinche muerto pendejo). No se necesita un premio Nobel para saber eso.
El factor PMP vuelve a aparecer en el "accidente" que cobró la vida de Mouriño, el impune. Según la versión oficial todo apunta a que la desgracia fue causada por la "falta de pericia y capacitación" de los pilotos (QEPD). Resulta que el mantenimiento y operación de la aeronave estaban a cargo, contrato de por medio, de una empresa privada. Esa empresa, al parecer, puso la nave en manos de pilotos con "poca pericia". Ronda de nuevo el factor PMP.
Se supone que los aviones en los que se mueve la cúpula de gobierno estarían a cargo de pilotos, mecánicos y técnicos del Ejército y Fuerza Aérea. No es así. La corrupta voracidad panista ha llevado, desde los tiempos de Fox, a concesionar hasta esa función, básica para la operación del gobierno y la seguridad nacional. Parece que en el pecado han llevado la penitencia.
No deja de haber un rasgo de justicia divina en el hecho de que Mouriño, el señor de los contratos, haya muerto merced a la concesión de una función básica del gobierno, mediante contrato, a la iniciativa privada. Normalmente las víctimas de los contratos privados no son los contratantes, sino la sociedad entera.
Pero en fin, no le demos vueltas. La culpa es del piloto y del factor PMP (pinche muerto pendejo)
Martin Velez
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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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