miércoles, 18 de marzo de 2009

LA FE COMO ELEMENTO ESCENCIAL DE LA TEORIA CRITICA

 

Por David Fajardo

 

 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve…

Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas,

 pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos,

confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

    Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia.

    Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron,

 habrían tenido oportunidad de volver.

Pero en realidad, anhelan una patria  nueva ymejor…

Pablo en su carta a los Hebreos

 

Malcolm X dejó de llamarse Malcolm Little y eso ofendió a más de uno. Cuando le preguntaron porque había abandonado el apellido de su padre y lo sustituyo con una letra que ni siquiera era un apellido, él respondió que Little no era su verdadero apellido, aquel era el apellido del amo esclavista. Dijo también que la esclavitud destruyo su herencia cultural negra imponiéndose la cultura del amo. La X representa en las matemáticas a la incógnita; Malcolm no conoce cuál es su apellido pero sabe que tiene uno. Vive, resiste y lucha en una patria extranjera, un país de amos, de hecho en la mismísima patria de los amos del universo, pero es un patriota, vivió y dio la vida por un patria sin esclavitud, sin opresión, una patria libre de hombres y mujeres verdaderos y nuevos. Esa es la fe no enajenada sino crítica que necesitamos en estos tiempos duros de lucha, la fe critica basada en el conocimiento profundo de la realidad que nos permite ver y vernos lo que ahora nos es negado y lo que somos, los potencialmente hombres y mujeres nuevos ahora vistos por el mundo como los "nadies".

Paulo Freire tenía la certeza de que el hombre y la mujer tienen una vocación ontológica: la humanización, la de ser más. "Vocación negada en la injusticia, en la explotación, en la opresión, en la violencia de los opresores. Afirmada en el ansia de libertad, de justicia, de lucha de los oprimidos por la recuperación de su humanidad despojada." Pero reconocía la viabilidad de su deshumanización, la distorsión de la vocación de ser más. La fe del apóstol Paulo, la fe del cristianismo en general, del islam, del budismo, la fe de Pablo Freire  son en su esencia una misma fe crítica y revolucionaria. Pero también una fe con la posibilidad histórica de quedar distorsionada, alejada de la vida, una fe opresora. Y la fe es crítica porque radica en la vida, en el trabajo vivo, en la praxis humana y humanizante.

Cuando pablo habla de los héroes de la fe en su carta a los hebreos se refiere a hombres y mujeres concretos que con su vida, en su vida portaron y constituyeron esa fe viva. Cuando Pablo dice que los hombres y mujeres de fe vivían como extranjeros y peregrinos en el mundo porque iban en pos de su verdadera patria, no se refería a crear un país, un territorio del cual ser amos y esclavos, tal cual es la enajenada y antirreligiosa concepción del estado de Israel o la del vaticano; sino que ellos, su vida, su ser mas intimo y autentico, su esencia, su humanidad, la vida en ellos, y nosotros mismos, sus herederos: Dios, el Dios de la vida, la existencia misma en ellos y nosotros; es para estas mujeres y hombres de fe, la verdadera patria.  Somos nosotros, los vivientes, la patria de nuestros héroes.

Esta es la fe que necesitamos en estos tiempos de lucha. Y esta fe revolucionaria nos sirve para superar el dogmatismo de quien cree (o equivocadamente muchas veces creemos) que la Parusía es el fin de la historia. Cuantos autoproclamados ateos se sientan cómodos en su sofá con cierto morbo y sadismo burgués a contemplar como el sistema capitalista agoniza y cae por su propio peso llevándose a miles, millones de víctimas inocentes a su paso.  O aquella neurótica y escapista idea de que el futuro será por si mismo mejor. Ese fanatismo que cree que nuestro destino está marcado. La fe revolucionaria también enfrenta a aquellos acetas modernos que creen que la salvación es individual. Buda no se quedo a vivir como un sama sino que su propia iluminación partió del meditar su condición humana, la condición de todos los humanos.  La fe revolucionaria nos lleva entonces a entrar resueltamente en la praxis revolucionaria y se alimenta de ella. No hay tal destino, los hombres y mujeres de fe a pesar de sentir en su corazón la victoria, de empezar a vivir ellos mismos la patria nueva están consientes de la posibilidad de la derrota y actúan en consecuencia. La parusía no es el fin de la historia, parusía significa presencia, la presencia de Jesucristo. Jesús se hace presente en el sentido en que las mujeres y los hombres lo traen a la vida, es decir, ser cada vez mas como Jesús que vivió y dio la vida por los hombres y mujeres, ser mas como san Francisco quien era tremendamente gentil con todos los seres, como Mahoma que era cariñoso con los niños, Como Buda que sintió en los más hondo de su corazón el sufrimiento de los humanos y dedico su vida a aliviarlos, como el Che que sentía ansias de justicia y que dio la vida por la libertad de los pueblos del mundo.  

Escribo esto porque veo la falta de fe en mí y en muchos de los que luchas. Y esa falta de fe nos hace tropezar en nuestra praxis y la lleva al riesgo de enajenar y revertir nuestra lucha. Esta falta de fe nos hace odiar a quienes encarnan a nuestro enemigo, odiamos a los opresores esclavos del capitalismo, pero dejamos de luchar contra la esencia del capitalismo. Es la falta de fe en el otro en la otredad lo que nos hace fanáticos y sectarios. Una chica blanca le pregunto una vez a Malcolm X que podía hacer ella para ayudar; Malcolm rechazo tal posibilidad, los blancos no pueden hacer nada bueno por los negros. Tiempo después Malcolm en su peregrinación a la Meca, al corazón mismo del Islam, despertó aun mas su conciencia. Se dio cuenta que la fe va mas allá de las razas y denominaciones religiosas. Poco antes de su asesinato fundo la Organización de la Unidad Afroamericana decidido a impulsar la organización del pueblo africano en los Estados Unidos y en el resto del mundo, revalorando a los hombres y mujeres negros no solo como negros o como musulmanes sino como oprimidos en lucha por su liberación. Malcolm X supero sus concepciones sectarias, se abrió al dialogo y al trabajo colaborativo con líderes cristianos como Martin luther King Jr. Y esto en gran medida por profundizar en la esencia de su fe musulmana.

En México no triunfaremos sin un dialogo, sin una fraternización entre las distintas organizaciones, No triunfaremos si no tenemos fe en los otros que luchan de distintas maneras, pero tampoco triunfaremos si no tenemos fe en la vocación humana de quienes hoy nos combate, sin amor y con odio seremos aplastados, nuestras fuerzas, nuestra creatividad se vendrá abajo. Tampoco venceremos al estado de Israel solo porque es un estado suicida y porque tendrá el mismo destino que la Alemania nazi. Tenemos que ver, vivir, tener fe en la humanidad de todos. Necesitamos de fe porque nuestro triunfo es la parusía, que todos y cada uno de los hombres y mujeres que habitamos este mundo nos hagamos presentes unos a otros como mujeres y hombres nuevos.   



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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo

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