El próximo domingo se llevarán a cabo las elecciones para renovar la dirección nacional del PRD. Se trata de uno de los procesos más importantes que celebra la izquierda mexicana en momentos que se debaten decisiones fundamentales para el futuro del país.
Son tiempos de definición política en los que no caben dudas ni ambigüedades.
A lo largo de la campaña que he realizado por todo México he encontrado un ánimo de renovación en la militancia perredista, que exige dejar atrás las querellas y conflictos internos para avanzar en la unidad del partido y recuperar su vocación transformadora, ante los intentos de la derecha por comprometer los destinos del país.
Llego al final de la campaña con optimismo, convencido de que ese espíritu renovador me otorgará la mayoría de los votos, lo que representa una gran responsabilidad. Por ello, deseo plasmar con toda claridad los compromisos que asumiré desde la presidencia nacional del PRD.
Me comprometo a:
1. Construir un partido que cuente con visión estratégica en la disputa por la nación. Un partido abierto, democrático, plural, tolerante, con iniciativa política y vocación de mayoría, que asuma plenamente la vía democrática para transformar la vida de los mexicanos.
Un partido que ponga en el centro de su atención la construcción de una cultura democrática que reivindique las demandas sociales y los derechos de cada ciudadano, y pugne por el poder público para su democratización.
2. Construir un partido democrático y organizado, que permita la conformación de una amplia red de alianzas, sin pragmatismo, con relaciones transparentes, basadas en principios, coincidencias y compromisos duraderos.
Desde la presidencia nacional haré del PRD la columna vertebral del gobierno legítimo, del Frente Amplio Progresista y de la Convención Nacional Democrática.
3. Un partido coherente y congruente, con identidad y fortaleza ideológica y programática, como un claro referente de la izquierda democrática.
4. Un partido con autonomía del poder público y de los poderes fácticos. Que erradique todo tipo de intervención gubernamental en los asuntos internos del partido. Un partido que, a su vez, respete la autonomía de las organizaciones y de los movimientos sociales y rechace toda práctica clientelar o corporativa.
5. Un partido con gobiernos y representantes populares, leales a los principios, al programa y a las causas que reivindica el partido. Con representantes populares calificados, que sean fiscalizados y rindan cuentas de su gestión pública.
6. Un partido con principios y valores. Con claridad en sus objetivos, con una práctica ética en su vida interna y en su actuación pública, que haga de su diversidad una virtud y no motivo de conflicto.
7. Un partido que garantice la equidad de género, el reconocimiento de los derechos de la diversidad sexual, y que abra a los jóvenes la oportunidad del relevo generacional.
8. Un partido en que la formación política permita el desarrollo de las capacidades de sus militantes para asumir plenamente sus responsabilidades y competir en condiciones de equidad por los cargos de dirección y las candidaturas partidarias.
9. Un partido que transparente el manejo de sus finanzas y de las prerrogativas públicas que recibe. Que rinda cuentas del manejo de los recursos y éstos se canalicen al fortalecimiento orgánico y al desarrollo del partido.
10. Un partido cuyo objetivo fundamental sea dar respuesta a los millones de mexicanos que le han dado su voto y han depositado su confianza y esperanza en el proyecto que representa, que sea capaz de construir la fuerza política que permita volver a ganar la Presidencia de la República en 2012 y tener la fuerza suficiente para impedir que nos la vuelvan a robar.
En Los Pinos están muy preocupados con nuestro triunfo. Así lo demuestran los comentarios y encuestas del señor Mouriño. Tienen que estarlo porque vamos a ganar y habrá un partido de izquierda fuerte y responsable, que hará valer su peso, sin actitudes vergonzantes, en la defensa del interés nacional.
Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM
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Fernando V. Ochoa
cel 6621 50-83-33
ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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