jueves, 13 de marzo de 2008

piedritas ..piedrotas...del maestro dario arredondo.

em aestro dario arredondo, siempre se a distinguido por su lenguaje fino, su critica acida y profunda, a continuacion uno de sos textos, sobre el comportamiento del chapo y su borrego.

 

José Darío Arredondo LópezPor José Darío Arredondo López

 

 

"Con todo y las piedritas, piedrotas que se nos pongan en el camino, a patadas las vamos a quitar y vamos a poder lograr el desarrollo de Hermosillo y de Sonora", puntualizó ayer el gobernador Eduardo Bours Castelo (Edición electrónica de El Imparcial, 12/03/2008).

Tal fue la declaración que hoy anda de boca en boca en los corrillos políticos y ciudadanos de Hermosillo, entre expresiones de asombro e incredulidad, entre manifestaciones de coraje y de una indignada beligerancia ante la prepotencia y poco tino del declarante.

Despotismo"Ya lo dijo el Gobernador hace rato y lo voy a repetir, ni las piedritas ni las piedrotas, todo el obstáculo que nos puedan poner, no nos va a detener y no nos temblará la mano para trabajar por el interés general de los hermosillenses", dijo Gándara, según reporta un periódico local.

 

Huele a represión anunciada y vertebrada a costa de la imagen del gobernador y del alcalde, el primero por ser la cabeza del gobierno y la administración pública estatal, y el segundo por ser su equivalente municipal y además responsable de salvaguardar los intereses de los ciudadanos de la capital y el municipio en su conjunto, función que queda en entredicho al asumir la actitud de un regente, de un empleado de confianza del gobernador dejando de lado el carácter de funcionario electo democráticamente.

Ambos funcionarios parecen olvidarse del carácter de su responsabilidad que debe, en cualquier caso, de presentarse transparente de cara a sus electores; ambos pierden compostura al satisfacer intereses que no tienen necesariamente el aval de la comunidad que los eligió y sí mucho de negocio particular y de demagogia golpista.

Resolver los problemas políticos y sociales de Sonora y Hermosillo y además presumir de que esa será la solución, dan al traste con el respeto y la dignidad del cargo para ubicarse en la triste zona del picapleitos de barriada, del júnior prepotente, del hombre impolítico que acude a la grosería y la amenaza para desahogo de sus limitaciones mentales y políticas.

El señor alcalde de Hermosillo acusa agotamiento de la apariencia de hombre respetuoso de su apellido, de la respetabilidad familiar que muchos reconocemos, para pasar voluntariamente al papel de empleado de un déspota que imita ridículamente los rasgos del personaje que reconoce como patrón.

Muy distinta historia es la del "Guaty" Iberry, quien siendo presidente municipal de Hermosillo enfrentó la prepotencia del gobernador con absoluta y meritoria dignidad, con ejemplar probidad y arrostró la descalificación pública y la persecución política que dictaba la despótica irracionalidad del ejecutivo estatal en turno.

Gándara el ínfimo se pliega a los designios de Bours el mínimo, dejando para la historia política del estado y el municipio las frases arriba señaladas, como si fuera timbre de orgullo ser un objeto, una marioneta de un déspota.

Las patadas son válidas cuando de fútbol se trata, no para las lides políticas donde lo que cuenta es la inteligencia, la pertinencia, el razonamiento social que debe guiar a un funcionario público electo por ciudadanos que merecen respeto.

Las palabras del gobernador y las del presidente municipal decepcionan, alientan a la promesa de no volver a votar por empresario alguno porque están trágicamente llamados a pensar en los negocios y no en el quehacer público, porque el pragmatismo de los empresarios es un riesgo para la política y para la función de gobernar.

Las piedritas y las piedrotas que se quitan a patadas desgastan los zapatos o las botas, levantan polvo y permiten a los ojos del observador la visión de un hombre que nunca creció mentalmente, que permanece en el limbo de una infancia posfechada, que no puede ser serio aunque ostente el cargo de gobernador, que le faltan 80 centavos para ser un peso y que su elección es un error que pasó por mal menor en su momento.

Lástima por Sonora y por Hermosillo, en este período de gobierno signado por la ignorante prepotencia de gentes menores, de accidentes vulgares en la trayectoria del noble pueblo de Hermosillo, que se suman a los trienios del panismo empresarial, pero no hay mal que dure cien años ni cuaco que los aguante.

Correo electrónico: dalmx@yahoo.com


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Fernando V. Ochoa
cel 6621 50-83-33
ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.

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