En estos días, recibí un correo de un ciudadano, muy enojado, criticando el apoyo que ofrecimos a las maestras que recurrieron a una huelga de hambre para solicitar ser reinstaladas en plazas que habían ocupado previamente. El correo decía "Hoy en Morelos y también en Quintana Roo, estamos viviendo una de las consecuencias de permitir que los sindicatos sean monopolios. Los grupos disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se oponen a una Alianza por la Calidad de la Educación que podrá ser tan imperfecta como se quiera, pero que en su parte esencial, al dar al Estado la posibilidad de seleccionar con un examen a los mejores aspirantes a ocupar cargos de maestros en escuelas públicas, es absolutamente indispensable y razonable".
Siempre será bueno conocer diversas opiniones, ya que ello contribuye a enriquecer el debate y permite dejar en claro algunos puntos importantes. Pienso que el tema de la educación tiene varias aristas y no es Elba Esther Gordillo la más indicada para hablar de la Calidad de la Educación. Por ser un tema tan serio, se requiere un análisis profundo por parte de los especialistas y, obviamente, se requiere también darle un espacio legal, a través del Congreso de la Unión para que todos los mexicanos seamos parte de la reforma estructural respecto a la Educación.
Un primer punto a debate sería la formación de los profesores. Cómo es que egresan de las diferentes opciones de educación y al paso de los meses o años reprueban en un 70% los exámenes de conocimientos. Pregunta: Es culpa de los maestros o del sistema de formación de los mismos? Desde que nos gobierna el sistema neoliberal la apuesta ha sido por el sistema de Competencias. En teoría, si no eres competente simple y sencillamente no egresas. Sin embargo, lo anterior se cruza con una "evaluación integral" esto es, se evalúa a la persona, actitudes, las habilidades que posee y el conocimiento adquirido. No obstante, en el examen solo se evalúa el conocimiento. Por fin, en que quedamos, formación integral o sólo interesan los conocimientos.
Hoy se afirma que, con el desarrollo de las nuevas tecnologías, el maestro es solo un guía en el aprendizaje, el cual está centrado en el estudiante. Se pretende que se fomente el autoaprendizaje y el maestro proporcione las herramientas necesarias para lograrlo. Esto es, el estudiante debe ser en gran medida autodidacta y cuando sienta que no entiende algo debe acudir al facilitador para que le explique algunos conceptos que le permitirán retomar el camino de la construcción de su propio conocimiento. Este esfuerzo, encomiable por lo que representa no ha logrado instalarse adecuadamente en nuestro país. Hace falta hacer un diagnóstico real de nuestro sistema educativo para ver la pertinencia de cambiar o no de Modelo Educativo. En México, somos muy poco afectos a llevar un registro estadístico de nuestras acciones y poco se aporta en cuanto a ideas propias, del país, para mejorar diversos campos del conocimiento.
Otro punto importante es la incongruencia entre la formación del profesor actual y el perfil requerido para implementar el nuevo modelo educativo. Algo similar sucede en la formación del estudiante y el perfil deseado del mismo. A pesar de todo, los resultados de estos experimentos van a tardar algunos años en presentarse. Entre tanto, seguiremos en el periodo de transición que se cruza también con la transición política que está padeciendo nuestro país. Con todo, el cambio puede ser positivo o negativo, depende de la seriedad con que se conduzca, pero si la agenda de Elba Esther está encaminada a mantener el control sindical y no a mejorar la Calidad de la Educación, entonces, casos como el de las profesoras de Hermosillo, los profesores de Cuernavaca y de Quintana Roo, seguirán siendo luchas justas por mantener una fuente de empleo. No hay garantía de que efectivamente están contratando a los mejores. Sabemos que al contrario, han aprovechado esta moda sexenal para imponer a sus incondicionales y con ello deshacerse de los que no han querido contribuir al ejército electoral prianista. Si realmente se quiere avanzar es necesaria una verdadera inversión en la educación, en un país en donde ni siquiera alcanzamos el 1% del Producto Interno Bruto, cuando organismos internacionales sugieren el 8%.
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ser como el clavo, que aun oxidado, sigue siendo clavo.
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